Día 80: Las raíces de una República policiaca y discriminadora

Por Rivelino Rueda En un momento dado un niño le preguntó a un policía al ver el cuerpo de uno de los jóvenes sobre el piso: “¿Está muerto?” El policía respondió en afrikans: Ja, jy kan mos sien hy es vrek (“Sí, puedes ver que está muerto”), pero vrek es una palabra en afrikans que sólo se usa para designar no a una persona sino a un animal muerto. Verónica Volkow/Diario de Sudáfrica Es la séptima ocasión en lo que va del año que policías de la Alcaldía Benito Juárez detienen a Leandro.…

Día 78: La noche de los 1,092 muertos; la noche de los canallas que optaron por politizar

Por Rivelino Rueda Ayer me dijo un ave que volara por donde no hay ardor que lo sufrido no resucita en sueños y en rezos nunca murió Que saque el aire de mis ojos que abrace al miedo con tus sueños que sea un guerrero de sangre para que nadie te haga daño. Saúl Hernández/Ayer me dijo un ave Que los 1,092 decesos de este miércoles 3 de junio no hayan sido por la suma de las defunciones de la pandemia de Covid-19 en las últimas 24 horas, no exenta…

Día 77: Cuando el hambre aprieta en la cresta de la pandemia

Por Rivelino Rueda Como los indios no sabían el remedio para las viruelas, antes como tienen muy de costumbre, sanos y enfermos, el bañarse a menudo, y como no lo dejasen de hacer morían como chinches a montones. Murieron también mucho de hambre, porque como todos enfermaron de golpe, no se podían curar los unos a los otros, ni habían quien les diese pan ni otra cosa ninguna. Tzvetan Todorov/ La Conquista de América, el problema del otro Han sido ochenta días con el mismo alimento. Ochenta días de fenecer…

Día 76: No, a esa “nueva normalidad” no queremos regresar

Por Rivelino Rueda Para quienes perciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Eduardo Galeano/Las venas abiertas de América Latina Para Larissa la “nueva normalidad” no sólo es soportar las múltiples agresiones de Martín en los dos meses y medio de…

Día 73: El abuelo Cayetano mejor prefiere contagiarse

Por Rivelino Rueda Aunque soy un enfermo experimentado y, durante toda mi vida, he tenido que vivir con mis enfermedades más o menos graves y gravísimas y, en definitiva, siempre con las llamadas enfermedades incurables, una y otra vez he caído en el diletanismo en materia de enfermedad, y he cometido tonterías, imperdonables. Thomas Bernhard/El sobrino de Wittgenstein El lastimero andar de Don Cayetano se percibe como el abrir de una puerta remotamente oxidada, o como lámina de zinc sin atornillar en un violento ventarrón de finales de mayo. Ni…

Día 61: La abominable repetición de objetos (y de uno mismo) en las horas de la peste

Por Rivelino Rueda Hacía rato que a Oliveira le importaban las cosas sin importancia, y la ventaja de mediar con la atención fija en el jarrito verde estaba en que a su pérfida inteligencia no se le ocurriría nunca adosarle al jarrito verde nociones tales como las que nefariamente provocan las montañas, la luna, el horizonte, una chica púber, un pájaro o un caballo. Julio Cortázar/Rayuela La pequeña cubeta anaranjada que está debajo del excusado llega a su tope con la gota número 2,187. Luego viene el caótico desbordamiento. La…

Día 60: Una bocanada de aire fresco en medio de la tragedia

Por Rivelino Rueda Todo me pareció encantador en aquella tierra lluviosa: las franjas de bruma en el flanco de las colinas, los lagos consagrados a ninfas aun más fantásticas que las nuestras, la melancólica raza de ojos grises. Marguerite Yourcenar/Memorias de Adriano Son tres. Caminan a mitad de la calle. Carcajean. Hacen bromas. Están uniformados con una camisa amarilla, pantalón caqui y botas industriales color negro. El más bajo de estatura rompe la monotonía agria de la cotidianidad pandémica… –¡Pero todo va a estar mejor en unas semanas! ¿Verdad?—lanza con…

Día 59: A Fede, el fontanero de guantes rojos, sus nenas lo cuidan de la peste

Por Rivelino Rueda No soy un hombre débil. No he sido nunca ni un castrado ni una rata; he luchado siempre. No seré el más duro de los malnacidos que corren por ahí, pero siempre he dado la cara y contado entre los hombres. Norman Mailer/La canción del verdugo Parte de la indumentaria de Federico Zamora se debe a la angustia de sus dos pequeñas. No es que tenga la fiebre escarlatina ni que en sus tuétanos habite el hielo. No. Los guantes tejidos con estambre rojo, el suéter de…

Día 58: Pandemia supera los decesos de todas las tragedias del México contemporáneo

Por Rivelino Rueda Tengo el derecho a no llevar la cuenta y de olvidarlos.  ¡No! –repuso otra voz dentro de él–. «No tienes derecho de olvidar nada, ni de cerrar los ojos ante nada, ni de hacerlo más agradable, ni de cambiar nada.  Ni siquiera tienes el derecho de engañarte a ti mismo  acerca de ello». Ernest Hemingway/¿Por quién doblas las campanas? Alguien llegó gritando sobre lo horrorosa que era la escena, creo que fue Jerónimo, el amigo guerejo que vivía en la fábrica que tenía como giro la venta…

Día 57: Ticho, el cosmonauta que aplasta el virus con las manos

Por Rivelino Rueda ¡Ahí están! ¿De dónde vienen? Cuelgan del techo como racimos de uvas negras, y son ellas las que oscurecen las paredes; se deslizan entre las luces y mis ojos, y son sus sombras las que me hurtan tu rostro. Jean-Paul Sartre/Las moscas Ticho Uribe aplasta el aire con las palmas de sus gruesas manos. A veces tiene suerte y tritura moscas y palomillas de temporada. A veces sólo es un choque de extremidades a la nada. Doña Nora le dijo que así podía aplastar a varios bichos…