Biden desesperado por obediencia

Por Marco Jiménez

Como hemos visto durante la historia moderna, las guerras que Estados Unidos provoca e impulsa para mantener su economía en auge, tienen la misma propaganda de siempre y hasta es ridícula después de tanto escucharla, pero es más ridícula que sus ciudadanos crean las mismas mentiras: “libertad” y “democracia”.

Esas son las dos palabras clave que siguen justificando invasiones, muertes masivas, venta de armamentos y una hipocresía tremenda hacia la misma democracia y la libertad de los países que invaden y que roban descaradamente, llevando esa libertad que pregonan y que se ha vuelto una palabra hueca si se requiere usar para que expliquen sus atrocidades.

Joe Biden tiene uno de los mayores desafíos en la historia de su país y es mantener la unipolaridad mundial a favor de Estados Unidos y en parte de Reino Unido, sin embargo, este último no tiene el poder militar que tiene Estados Unidos.

Lo que sí tiene es la estrategia de “divide y vencerás”, que ayudó a la desaparición de Yugoslavia con el apoyo y fuerza bruta de los estadounidenses para destruir todo a su paso.

Joe Biden se enfrenta a la multipolaridad mundial en Ucrania, la cual va perdiendo y, como es costumbre de los estadounidenses, mandó miles de millones en armamento, presionó a Europa para que inviertan el 2% de su producto interno bruto para defensa, claramente a los países que pertenecen a la OTAN.

Y también, presiona para que los ciudadanos europeos no gasten tanto gas, por una política de dominio sobre la Unión Europea que los llevará a una posible desaparición del euro y, nuevamente, a la ruina de Europa, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial. 

Debemos poner especial atención en Alemania, que se armará hasta los dientes y sin olvidar que han perdido dos guerras mundiales.

Ahora los enemigos de Estados Unidos son los rusos y los chinos. Recordemos que, desde el séptimo arte, crean enemigos que fomentan el odio de su población hacia cierto sector, raza o país; japoneses, rusos, musulmanes, latinoamericanos, chinos y nuevamente rusos, todos estos en diferentes momentos del siglo XX y parte del XXI, donde casualmente han invadido sus territorios en muchos de esos países, con excepción de Rusia y China.

El mundo ahora está reaccionando a las imposiciones de Estados Unidos y los está dejando de lado. Un caso excepcional fue el de Arabia Saudita, que no le tomaban el teléfono a Biden por nombrarlos “nación paria”.

Biden ha tenido que ir al país árabe a tratar de suavizar las relaciones con los que fueron sus aliados durante 80 años y que posiblemente no tengan esa misma relación, ya que se están abriendo nuevos mercados que no usaran dólares, y esto beneficia a las monedas locales y quitan valor a la unipolaridad mundial monetaria.

Los aliados de la gran potencia ahora se revelan y no temen a las consecuencias bélicas que Estados Unidos pueda ejercer sobre ellos, ya que no es el único país que puede protegerlos o que ofrece un beneficio económico por dicha relación. Ahora están los BRICS y es una alternativa para Asia, Medio Oriente y Sudamérica.

Por si fuera poco, América Latina está teniendo rebeliones pequeñas que no le gustan tanto al imperio, como es el caso de Nicaragua, Venezuela, Cuba y hasta cierto punto México, sin embargo, México no tiene opción de una rebelión contra el vecino del norte. Si se revelara, harían todo para derrocar a dicho gobierno y posiblemente hasta dividir a la república en norte, centro y sur.

Biden, en su desesperación por no permitir que se sigan sublevando los países ahora ataca a México con temas energéticos. Esto le daría un respiro, pero no para vivir en las elecciones de noviembre, que perderá terriblemente.

En el capítulo 8 del T-MEC, textualmente dice:

“Artículo 8.1: Reconocimiento del Dominio Directo y la Propiedad Inalienable e Imprescriptible de los Estados Unidos Mexicanos de los Hidrocarburos

1. Según lo dispone este Tratado, las Partes confirman su pleno respeto por la soberanía y su derecho soberano a regular con respecto a asuntos abordados en este Capítulo de conformidad con sus respectivas Constituciones y derecho interno, en pleno ejercicio de sus procesos democráticos.

2. En el caso de México, y sin perjuicio de sus derechos y remedios disponibles conforme a este Tratado, Estados Unidos y Canadá́ reconocen que:

(a) México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna; y

(b) México tiene el dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos en el subsuelo del territorio nacional, incluida la plataforma continental y la zona económica exclusiva situada fuera del mar territorial y adyacente a éste, en mantos o yacimientos, cualquiera que sea su estado físico, de conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.”

Fuente: 

https://www.gob.mx/t-mec/acciones-y-programas/textos-finales-del-tratado-entre-mexico-estados-unidos-y-canada-t-mec-202730?state=published

Está dentro del T-MEC y da la razón a México sobre sus energías, pero la desesperación del presidente Biden y los oportunistas canadienses, quieren aprovechar para seguir explotando los recursos naturales mexicanos sin bastarles el litio y la plata que a Canadá se les ha entregado a manos llenas y que, además, generan ecocidios donde llegan sus mineras.

Ello, sin mencionar la migración de las poblaciones que son amenazadas por el crimen organizado.

La prioridad de Biden debería ser la de tener a América Latina unida y fiel a la potencia, pero ese país sigue teniendo su ideología de hace 200 años, donde la Doctrina Monroe reina y es mejor tener empobrecida a América Latina en lugar de crear un bloque comercial fuerte y una región continental que compita en el mundo.

China, con su transferencia de tecnología, fomenta la competencia global y con eso les basta para que más países se unan a su comercio.

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