Xi Jinping moldeando China

Por Marco Jiménez

Es casi seguro que a finales de este año 2022, Xi Jinping sea elegido para un tercer mandato, esto gracias a que en 2018 China eliminó el límite de mandatos a la presidencia, que en ese momento prohibía a un presidente estar en el cargo por más de diez años.

Al eliminarse dicha cláusula de su Constitución, se abre la posibilidad de un tercer mandato para mantener a Xi Jinping en la presidencia por tiempo indefinido.

El límite de diez años se debió a la época de la Revolución Cultural, impulsada en 1966 por Mao Zedong, que llevó a una crisis humanitaria en China y dejó cerca de 20 millones de muertos.

Es por esto por lo que los chinos decidieron implementar un límite máximo de periodos para que ningún otro dirigente lleve a la tiranía el poder que tiene como presidente de la República Popular China.

Para China, el mandato de Xi Jinping a lo largo de una década lo ponen a la altura de dos de sus mayores líderes como es Mao Zedong y Deng Xiaoping.

“Si Mao fundó la República Popular y Deng la hizo prospera, Xi —viene a ser el mensaje— la hará fuerte y gloriosa”, así lo describe la periodista Macarena Vidal Liy en su artículo “El partido comunista chino eleva a Xi Jinping a la altura de Mao y Deng y le asegura el poder hasta 2027″, publicado por El País, el 11 de noviembre de 2021.

Xi Jinping también tiene críticos dentro y fuera de su país, sin embargo, dentro de su país no hay esa libertad de expresión, ya que en su gobierno ha aumentado la censura, la vigilancia masiva y detención de activistas.

Y dichas acciones se acercan más a un dictador. 

Por ejemplo, en China los jóvenes menores de 18 años tienen prohibido jugar videojuegos más de tres horas por semana. Su argumento es que los adolescentes son el futuro de su patria, así como la salud física y mental se relaciona con el cultivo de la generación de jóvenes.

Por el lado económico Xi Jinping ha hecho un trabajo plausible, ya que en todos los años ha crecido más que cualquier economía en el mundo de acuerdo con datos del Banco Mundial.

China también ha enfrentado crisis económicas y comerciales, sobre todo con Estados Unidos. En 2019 China devaluó 1.4% su moneda frente al dólar estadounidense. Estados Unidos, por su parte, lo designó como un país manipulador de divisas, ya que incurre en prácticas desleales.

China, en este 2022, tiene un panorama nuevo y Xi Jinping un reto muy grande, ya que son tiempos de guerra y está en juego el nuevo orden mundial que trae consigo una China que puede convertirse en la economía dominante en el mundo con su yuan.

Pero también tiene otro reto importante que puede desestabilizar esa hegemonía y es con Taiwán (puedes leer mi artículo anterior donde hablo sobre Taiwán).

Xi Jinping tendrá unos años convulsos de quedarse en su tercer mandato, y si quiere estar a la altura de la historia, como sus antecesores, tendrá que continuar moldeando a China para lograr la hegemonía económica, la independencia alimentaria y unión de los países en la nueva ruta de la seda.

Pero lo que lo haría sobresalir sería que, por primera vez, China se convirtiera en una potencia mundial.

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