Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Ciudad de México. Década de los sesenta. Gabriel Guía es un adolescente de clase media que vive con sus padres y asiste a un colegio privado. A sus 16 años vive mucho y muy rápido, por lo que las consecuencias se dejarán ver de un momento a otro.
La tumba es un trabajo del reconocido escritor mexicano José Agustín, quien irrumpió con fuerza en la escena literaria nacional, ya que fue el precursor de un estilo narrativo muy particular que lo hizo un representante de la literatura de La Onda.
En su momento fue innovador del uso de un lenguaje muy coloquial, pero a la vez necesario para ilustrar el sentir y el pensar de un chico de 17 años que está en pleno desarrollo como ser humano y anda en la búsqueda de su lugar en la vida y en la sociedad.
El estilo narrativo nos permite conocer a fondo a los personajes, ya que expresa sus pensamientos y sentimientos de forma por demás clara, además de que nos hace partícipes de sus anécdotas y vivencias.
Gabriel es un chico que ha absorbido mucho conocimiento referente a la filosofía y a la música clásica, por lo que el lector encontrará referencias a Maurice Ravel, Johann Strauss, Richard Strauss así como a Kierkegaard, Heidegger, Nietzsche o Marx.
Pero no deja de ser un chico que mezcla esto con palabras propias de alguien de su edad y entorno, siendo así un personaje por demás complejo y muy elaborado que, además, intenta labrarse su propio camino, ya que los adultos a su alrededor no lo han sabido guiar.
Al ser un adolescente, el autor aprovecha para mostrarnos lo que sucede tanto dentro como fuera de ellos; esto es, el cuestionamiento que hacen al respecto de la forma en que han sido educados, así como las personas que los han educado como sus padres o sus maestros y la autoridad moral (o falta de) que poseen.
Además, el desdén y falta de aprecio que suelen sentir por las personas que consideran distintas a ellos, así como la formación intelectual que van adquiriendo.
El protagonista se ve expuesto a un mundo de excesos, sobre todo sexuales, y podemos ver el efecto que esto causa en una psique en formación. Se tratan temas como la confusión, los problemas emocionales, el temor, las dudas y la incomprensión, así como esa soledad que suelen experimentar los jóvenes en ese preciso momento de sus vidas.
La tumba no solo está cargada de referencias musicales y filosóficas, sino que también es un recorrido a ese México de principios de los sesenta en todos los sentidos visto a través de los ojos de un chico de 16 años, edad que tenía el autor al momento de escribir este texto quien nos habla de bares, cafés, universidades y otros lugares que forman parte de la cultura de la Ciudad de México y del siglo XX.
Su lectura es ágil y amena. A medida que avanza el texto, que coincide con las complicaciones que va adquiriendo la vida de Gabriel, la tensión aumenta y por lo tanto el lector se involucra más con la historia, sobre todo porque se sentirá identificado con Gabriel y con todo aquello que pasa por la mente del protagonista, que sólo quiere ser feliz y amar y ser amado, aunque no comprenda lo que pasa a su alrededor y no halle una razón o el sentido para seguir en este plano.
La tumba. José Agustín. 1964. Editorial Debolsillo.

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