Décimas
Por Frino
Soy hombre, afroamericano,
46 años cumplidos
George nombre, Floyd apellido,
de Minneápolis, mi hermano.
No merodeo, voy al grano
a donde quiero llegar:
he muerto en este lugar
pero en mi último aliento
le di al mundo un argumento:
“ya no puedo respirar”.
Soy los Estados Unidos
dicen “The land of the free”
aunque hoy se sienten aquí
los ánimos encendidos.
Hay tres muertos, diez heridos,
gente que fue a protestar,
la voluntad popular
en EEUU es una falacia
y hoy dice su democracia
“ya no puedo respirar”.
Me llaman el tercer mundo
soy el hemisferio sur:
São Paulo, Kuala Lumpur,
soy el contraste profundo.
Hoy me encuentro moribundo
sin comida y sin hogar,
mano de obra que explotar
de George Floyd somos los clones,
claman cinco mil millones
“no podemos respirar”
Soy el planeta completo
que ahora mismo ha entrado en pausa
no es la pandemia la causa
el dilema es más concreto.
Hoy el verdadero reto
no se enuncia en singular:
es preciso replantear
la vida y hacerlo ahorita
ante un planeta que grita
“ya no puedo respirar”.
Vivirá después que pase
esta terrible pandemia
la humillante polisemia
de Floyd y su última frase.
Ese fatal desenlace
debe hacernos reaccionar,
en cualquier tiempo y lugar
mientras exista violencia;
no olvidemos su sentencia
“ya no puedo respirar”.