Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Lavilledieu, Francia. 1891. Hervé Joncour es un hombre que se dedica a la crianza, compra y venta de gusanos de seda y, para poder conseguir los huevos de los gusanos de seda, tiene que viajar hasta Japón, que está del otro lado del mundo. En esos largos viajes encontrará mucho más de lo que va buscando.
Seda es un trabajo, quizá el más reconocido, del escritor italiano Alessandro Baricco, y a primera vista podría parecer un libro sobre viajes, ya que cuenta de forma detallada el trayecto, o más bien odisea, que tiene que emprender el protagonista cada que va a proveerse de huevos de gusanos de seda.
En un principio, sus viajes son a Siria y Egipto pero, al darse una plaga, tiene que viajar a Japón que, en ese entonces, estaba cerrado para los extranjeros (hay un capítulo dedicado a poner al lector en contexto de forma por demás detallada), y por lo tanto era una locación cargada de enigmas y un exotismo tal que genera una gran curiosidad en Hervé.
Joncour inicialmente ve a Japón como un centro de negocios, pero que se termina convirtiendo en un lugar al que no podrá dejar de ir, ya que se encuentra con una misteriosa mujer que despierta todos sus sentidos.
La narración en tercera persona nos permite conocer, aunque no del todo, el carácter, pensamientos y emociones de Hervé, así como de su fiel y amorosa esposa Hélene, quien lo espera pacientemente y lo recibe con los brazos abiertos cuando vuelve de sus muy largas travesías.
Y cuando decimos que no del todo, es porque pareciese que el mismo misterio de ese sitio a donde acude Hervé se traslada a la forma en cómo se cuenta la historia; esto es, dejando más enigmas que respuestas concretas.
El autor estructura su texto en 65 capítulos, todos ellos muy breves que van desde menos de tres páginas hasta solo cinco líneas y que no poseen mucho diálogo, sino más bien descripciones de personajes, lugares y situaciones que tampoco son tan extensas.
Por ello, el lector tiene que echar mano de su imaginación para tener una mejor comprensión de lo que se está leyendo.
Pero lo que es a todas luces evidente, aun y cuando este libro podría parecer una crónica de viajes, es que el tema principal es el amor, ya que Hervé, como muchos seres humanos a lo largo de la vida, experimenta de forma simultánea dos versiones diferentes de éste.
Uno es el amor de pareja que suele ser tierno, tranquilo, sereno como el mar en calma y que acaricia el alma, mientras que el otro es lo diametralmente opuesto: prohibido, misterioso y muy pasional al grado de revolucionar y cuestionar lo antes por lo que es inevitable dejarse llevar por él porque posee al cuerpo y a la mente.
Tan es así que Hervé es uno al empezar el texto y es otro al terminarlo, por lo que se hallan presentes la obsesión, el misterio, el deseo, la seducción, la entrega y todo aquello que rodea al romance.
Seda es un texto corto y por lo tanto fluido. El lenguaje es bello, sensible y por demás exquisito, pero a la vez sencillo, que no es lo mismo que básico, que es lo que menos tiene, ya que a ratos peca de ser muy melancólico.
Y si hay un elemento que flota en el ambiente, ese sería el erotismo, pero abordado de una forma muy fina, delicada y envolvente, justo como una prenda de seda, esa que se siente bien en el cuerpo…al igual que el amor.
Seda. Alessandro Baricco. 1996. Editorial Anagrama.

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