Por Guillermo Torres
Como estrategia emergente, dadas las circunstancias de confinamiento, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México ha intensificado su esfuerzo y actividad, creando materiales culturales para su respectiva difusión en redes sociales.
No obstante que hubo que adaptarse a dicha situación de manera imprevista, el desempeño de su equipo y la respuesta del público usuario ha sido una combinación, un binomio que está dando un resultado interesante.
A lo que resulta de particular importancia para sus objetivos reforzar y perfeccionar dicho desempeño, menester en el que ha lugar su esfuerzo y concentración en este momento, además de que resultará interesante, también, hacer una combinación de esta actividad con su respectiva complementariedad en campo.
Si bien esto no será posible con la misma intensidad con la que anteriormente había operado, será un gran aliciente para la ciudadanía.
Esto es que seguirá creciendo exponencialmente su difusión en redes, en la medida en que haga partícipe de manera directa a la ciudadanía, incluso dándole el protagonismo de dicha actividad para que se despierte aún mayor interés en ello entre la ciudadanía de la capital mexicana, con el objetivo de potenciar el número de usuarios de los productos culturales de esta institución.
Ese protagonismo que motive a la ciudadanía puede ser mediante convocatorias participativas que, sobre temáticas establecidas, envíen sus mensajes, participaciones, etc., para que la secretaría lo edite y presente institucionalmente como un foro ciudadano que, en cierta medida, esté siendo parte de la difusión que el equipo de la misma esté llevando a cabo como una cuestión complementaria y participativa.
Quizá valdría la pena dar un recorrido por lo que puede ser un estratagema interesante que represente un boom sin precedentes en la cantidad de usuarios como público objetivo de esta importante institución dentro de la estrategia de la reforma y transformación que está viviendo México y, por supuesto, su ciudad capital.
Pues bien, partiendo del entendido y supuesto de que la cultura usualmente ha tenido en nuestro país un enfoque, que si bien, es un derecho inalienable del individuo, de la ciudadanía, en la praxis siempre se ha visto limitada la difusión generalizada entre los ciudadanos, siendo el sector más desfavorecido de la sociedad el que más ha carecido de esta oportunidad.
Esto representa que está en primer término la posibilidad de cohesionar el binomio acceso a internet de manera masiva junto con la difusión cultural por esta vía.
El primero ya previsto por el actual gobierno de esta ciudad, el segundo andado sí, en campo, en territorio, a lo que resulta interesante llenar en redes los espacios que usualmente carecen de contenido, pero sobre todo ocuparlo como una vía formativa – informativa, educacional y cultural que tenga un efecto contundente en el imaginario colectivo.
Este supuesto aplica por su puesto para el país en general, aunque como primer paso hacerlo en el ombligo de la nación resulta de una importancia particular.
Resulta interesante echar un vistazo al muestreo que, por supuesto, resulta con un mayor índice el uso de redes que la asistencia personal a los foros culturales ya en marcha.
Por supuesto que nunca será lo mismo, pero lo que es una realidad innegable que se debe capitalizar como fuerza y oportunidad.
Y es que si bien la realidad del mundo quedará permanentemente modificada por la pandemia, dando lugar a una nueva normalidad, es un punto de resiliencia que dentro de la tendencia ya previamente existente, del uso y la apremiante necesidad de generalizar su acceso, que la estrategia de la secretaría enfoque un especial esfuerzo en ello.
Esto sin duda daría lugar al hecho de ir abriendo brecha no solamente, en este ámbito para la difusión de contenidos de calidad y estratégicamente planteados en sus temáticas con el objetivo de consolidar el bienestar social, la pacificación, un tema fundamental como la identidad cultural y la tan necesaria reconstrucción del tejido.
También lo será como punta de lanza para ampliar el espectro de difusión a las ondas satelitales en los medios digitales de comunicación convencional.
Ocupar y llenar esos espacios de elementos que reporten una toma de conciencia y encuentro popular entre la ciudadanía es el último fin de ello, y sin duda el boom que ya está reportando como realidad palpable el menester de la secretaría que dirige José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, es solamente el inicio y reflejo de los alcances que dicha institución tendrán en el Gobierno de la Ciudad de México, como parte fundamental de la Cuarta Transformación.
Así pues, tenemos que resultan prioritario y apremiante la consolidación de la red de acceso a internet en todos los rincones de la ciudad, así como el establecimiento de centros de acceso a la red, así mismo como los PILARES, pero con un concepto meramente electrónico, donde la ciudadanía pueda hacer uso del mismo.
El formato que entró en boga en otros países hace varios años, que se pude analogar con el de un café internet, ya sea para conectarse con el equipo del usuario, o bien dar acceso con los equipos de dichos centros, en este sentido lo más viable es aplicar los centros ya existentes, ampliando la plantilla de accesibilidad de los equipos y conexión.
Otro punto importante a considerar es el lanzamiento de convocatorias a artistas urbanos de la música y la actuación a participar en esta plataforma estratégica que la secretaría genere, incluso a modo de concursos que incentiven a artistas ya consolidados en vías de consagrarse como tal.
El análogo a los contenidos de la televisión abierta, pero con un sentido y enfoque muy concreto de difusión cultural y con premios que ocupen los participantes para continuar su crecimiento y formación.
Asimismo, se pueden hacer partícipes de este tipo de cuestiones artistas de otras especialidades que tengan ya cierto andar en su obra y ocupen difundirla, para generar retroalimentación e intercambio.
Al partir de lo anterior, puede tener el alcance que pueda imaginarse y ser deseable no solamente en el ámbito local y nacional, sino con la posibilidad de interactuar con el mismo sector de otras latitudes, como usualmente ocurre, pero con la ventaja y cercanía, con el potencial que ofrece la tecnología.
Imaginemos por un momento que en términos reales y tácticos, lo que pude parecer un duro golpe por la emergencia sanitaria, nos deja en una posición estratégica para sustituir toda buena parte de la chatarra que circula en redes, por un factor y agente de cambio tan importante, trascendente y potente como lo es la cultura.