Invisible: la historia depende de quién la cuente

Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell

1967. Nueva York. Adam Walker, estudiante de la Universidad de Columbia, conoce en una fiesta al profesor Rudolf Born quien le hace una oferta que no podrá rechazar y que consiste en crear una revista literaria. A partir de ese momento, el joven Walker cambiará el rumbo de su vida y en el camino conocerá a personajes por demás interesantes.

Invisible es un trabajo (catalogado como uno de los mejores) del escritor estadounidense Paul Auster y se presenta como una especie de experimento creativo donde se cuenta la historia del protagonista, pero cambiando de primera a tercera persona en términos del narrador, además de utilizar cartas y escritos para relatar un año en la vida de Adam Walker por lo que se divide en tres secciones: “Primavera”, “Verano” y “Otoño”. 

Por ende, también se juega con el tiempo en que transcurre la acción teniendo así una narración que es todo menos lineal, ya que se salta del presente al pasado con mucha facilidad. 

Esto no merma el interés que el texto va generando en el lector, puesto que se cuenta con personajes muy bien delineados y por demás interesantes que van descubriéndose poco a poco, hasta dejar con la sensación que aún falta mucho por conocer de ellos. 

Asimismo, el autor va cambiando los escenarios donde se suscitan las acciones y los describe de forma detallada imprimiéndole además un toque de intriga y acción que logra mantener su ritmo sin decaer volviendo la lectura más amena conforme va avanzando.

El libro aborda temas tales como el crecimiento personal en la etapa universitaria, así como la búsqueda de la verdadera vocación, la doble moral, los conflictos de conciencia, la introspección que se hace en el ocaso de la vida adulta, los tabúes sexuales, la relación entre padres e hijos y cómo ésta influye en comportamientos posteriores, el odio, la venganza, el deseo y el amor, todo mezclado e incluido en una casi novela policiaca. 

Pero el planteamiento más importante que se hace es: ¿qué queremos que sepan de nosotros?, ¿cómo podemos contar nuestra historia?, ¿nuestros relatos se compondrían de lo que en realidad sucedió o como nosotros decidimos verlo?, ¿es válido aderezarlos con algo que probablemente jamás pasó?, y en caso de hacerlo, ¿realmente importa?

El texto dejará al lector ávido de conocer la verdad sobre Adam y Rudolf Born, aunque para hacerlo tenga que confiar en lo que ambos personajes revelen de ellos mismos y al final quede igual o más desconcertado que en un principio. 

El autor usa un lenguaje sencillo en los diálogos lo cual hace que el lector se sienta parte de la conversación y así él mismo pueda dilucidar si es real o falso lo que cada uno dice de sí mismo. Así es como se presenta la relación tan estrecha que pueden llegar a tener la verdad y la memoria.

Invisible. Paul Auster. 2009. Editorial Anagrama.

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