«Abuelísmos», aquellas frases y expresiones que han quedado en el olvido

Angélica Ruiz

Desconchinflado, achichincle, chilpayate, pipirín, muina, patatús o tirria, son algunas de  las expresiones y locuciones mexicanas utilizadas por nuestros padres o abuelos y que al paso del tiempo se han ido olvidando o desvaneciendo ante la llegada del internet, los videojuegos o las series televisivas que nos ha invadido con términos gringos.

Esa gala retórica e ingeniosa, de humor pícaro que alguna vez  formó parte del colorido lenguaje mexicano es  lo que llamaremos “abuelismos”.  Esas  palabras o frases que escuchamos alguna vez en las reuniones familiares o jugando en el barrio nos muestra que el  lenguaje, como el ser humano, es un ente vivo que se va transformando con el paso del tiempo.

A esto justamente se refería Víctor García de la Concha, director honorario de la Real Academia Española de la Lengua, cuando en su discurso de despedida de la presidencia de la institución, en 2010, se refirió a que el pueblo es el que hace la lengua y no al revés :

“La Academia no tiene como misión dar normas para que las sigan los hablantes, sino oír a los hablantes para deducir las normas que hay que seguir.” Es decir, es el pueblo el que hace la lengua y no la Academia. Su misión es, por tanto, oír y observar cómo el pueblo da nombre a las cosas, expone las ideas, expresa los sentimientos, copia los sonidos que imita de la naturaleza o acude al uso de vocablos de otras lenguas. Pasada por el crisol popular, los académicos le dan entrada oficialmente en el Diccionario y razonan su normativa.

Con ese contexto, en Reversos.mx nos damos la licencia de enumerar algunas de esas palabras o expresiones coloquiales que conocimos por los abuelos, con la única pretensión de que las nuevas generaciones las conozcan y, si acaso, rescatarlas del olvido en el que están. He aquí para su disfrute o remembranza:

Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.

Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.

Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.

Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.

Chicho. Dícese de aquel que se veía, suponía o era muy valiente, sabiondo, bravucón, bueno para los trancazos.

Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.

Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos..

Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.

De pipiripao. Equivalente a mediocre.

Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.

Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.

El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.

Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.

En un de repente. Un imprevisto, algo inesperado, una sorpresa total.

Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.

“Gonzalitos” , Referente a las personas que trabajan en oficina, cuya actitud es responsable. Humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.

Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.

Granjear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.

Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.

Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.

Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.

Mal paso. No resistir a la tentación de la “carne” prenupcialmente.

Me sabe la boca a centavo. Coraje o mal rato que deja una marca desagradable.

Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.

Muina. Rabieta, un enfado, un enojo. Existió el verbo «amuinar».

Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.

Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el Estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca, también conocido como Oztétotl o Dios de la Cueva– y obtener favores de él.

No sé por qué diantres. Frase para suavizar un enojo o una maldición invocando al diablo, pero que lo sustituye utilizando el eufemismo diantres.

Quién quita y… Posibilidad o probabilidad de que suceda, casi casi un volado.

Quítame tu Piojero.  Se refiere a una prenda olvidada.

Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje. Era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.

Pelmas. Abreviatura de pelmazo, lento, poco preocupón, desobligado, flojo, el clásico ahí se va.

Prángana . El sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán pues.

Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.

Santas Pascuas. Expresión mínima para poner punto final y sin pleitos a un problema.

Sarampahuilo. Ingenuo, tonto, lerdo, poco avispado, que fácilmente lo hacen pato. Se le cuelga el milagrito al azorrillado y se le dice Compa’ Sarampis.

Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas.

Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.

Tanganito. Chaparro, corto de piernas o de cuerpo.

Tate sosiego. Llamado a permanecer quieto.

Tilico. Flacucho, casi esquelético.

Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.

Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.

Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.

Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.

Como dato final y para aseverar que nuestra lengua es tan bella como valiosa,  en la actualidad, el español, después del chino o mandarín, es la lengua más hablada del mundo por el número de personas que la usan como lengua materna. Es también idioma oficial en las principales organizaciones político-económicas internacionales. De acuerdo con el Instituto Cervantes de Madrid, lo hablan, como primera y segunda lengua,  534 millones de personas. Y es, además, el segundo idioma más estudiado, tras el inglés, con cerca de 46 millones de estudiantes en 107 países. Es, asimismo, la tercera lengua más usada en Internet. El núcleo principal de los hispano-parlantes vive en América, pero está en todos los continentes. Por ello, hablar español es una gran riqueza cultural.

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