1984: Y en medio de nosotros, el gran hermano como un dios

Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell

Oceanía es una superpotencia mundial que, a su vez, es un estado colectivo regido por dos grupos políticos de los cuales, el más grande (en número el más pequeño mas no en términos de poder) es quien controla a la población. 

Un miembro de esa minoría, Winston Smith, quien trabaja en una dependencia gubernamental, empezará a cuestionar su rol, así como la estructura del aparato que rige a su país.

1984 es un trabajo del escritor inglés George Orwell y es, sin duda, no sólo un clásico literario, sino un libro por demás influyente debido a los temas que plantea que, por muy extremos que parezcan, suelen cobrar mayor vigencia con el paso del tiempo, además de ser un claro ejemplo de la realidad que supera a la ficción. 

El autor creó un micro universo por demás complejo, pero a la vez completo para darle al lector una visión total de este país donde no hay libertad de pensamiento ni de palabra, mucho menos de ideología y, por lo tanto, el totalitarismo es rey, y su brazo ejecutor es la represión, esto como un método para mantener el orden y no perder el control. 

Para esta labor también se echa mano de la propaganda, la cual tiene por objeto hacer un respectivo y exhaustivo lavado de cerebro al pueblo para así mantenerlo alejado de la posibilidad de crear por su cuenta el pensamiento crítico, tan necesario para darse cuenta de la manipulación extrema en la que viven. 

Y como cereza en el pastel, está el culto a la personalidad, que se hace

presente a través de la figura del Gran Hermano, quien es un personaje de carácter omnipresente creado por esta maquinaria en el poder, por lo que su origen es desconocido, así como demás rasgos básicos. 

Lo único que se sabe de él es que, justamente, todo lo ve, todo lo oye y todo lo

sabe, por lo cual el pueblo está consciente que vive en un estado permanente de vigilancia, no sólo de sus acciones, sino hasta de sus afectos, ya que éstos deben ser sólo dirigidos a esta entidad.

El protagonista de esta historia, Winston Smith, trabaja en uno de los cuatro Ministerios (del Amor, de la Paz, de la Abundancia y de la Verdad), y su labor es, específicamente, reescribir artículos y textos que se ajusten a la ideología del Partido, pero el problema surge cuando se da cuenta de que su gobierno es una gran farsa y decide rebelarse, siendo acompañado en esto por Julia, una chica que trabaja en ese mismo ministerio. 

Aun y cuando las relaciones sentimentales están prohibidas, ellos deciden correr el riesgo y se embarcan en un idilio, además de unirse a las filas de la Hermandad, un movimiento de resistencia encabezado por Emmanuel Goldstein, quien fundó el partido en el poder y terminó convirtiéndose en un disidente, así como el enemigo número uno del gobierno.

1984 es un texto del cual se puede decir mucho, ya que es un análisis muy minucioso de lo que lo que la tiranía puede hacerle a la psique del ser humano, al limitarlo en pensamiento, palabra y acción, además de acabar con sus ilusiones de un mundo mejor donde se respire libertad y los seres humanos puedan crecer, progresar y desarrollarse. 

También se nos muestran los peligros del adoctrinamiento, ya que su función es moldear la fidelidad de las personas para que sea totalmente ciega y sirva a los propósitos de quienes los gobiernan. 

1984 plasma el resultado del fanatismo y de la veneración a entes que sólo sirven para despojar al individuo de su esencia.

1984. George Orwell. 1949. Editorial Debolsillo.

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