Rulfo, el zorro más sabio, a  100 años de su nacimiento

Rulfo no puede escribir nada mejor que Pedro Páramo

y por lo tanto se abren para él, de par en par,

 las puertas del silencio: Robert Saladrigas

 

Por Kevin Navarrete

 

«Vine a Comala porque me dijeron que aquí vivía mi padre, un tal Pedro Páramo». Es difícil imaginar una oración más emblemática para el mexicano que aquella escrita por Juan Rulfo para iniciar su célebre libro Pedro Páramo. Hoy, a 100 años de su nacimiento, su obra, aunque breve, sigue siendo vital para entender la cultura mexicana.

 

Juan Rulfo nació en Apulco, Jalisco, un 16 de Mayo de 1917 (aunque fue registrado en la ciudad de Sayula, donde se conserva su acta de nacimiento), en el seno de una familia acomodada a la que los saqueos de la guerra cristera le arrebataron no sólo el hogar, sino la vida de varios de sus miembros, entre ellos el padre y el abuelo del autor de El llano en llamas. Unos años más tarde, producto de estas circunstancias, Rulfo tuvo que ingresar a un orfanato donde la disciplina, el castigo y la soledad nunca fueron escasos (él mismo mencionó que en esta época lo único que aprendió fue a deprimirse.)

Siempre mostró su interés en reinventar la realidad a su manera y no sólo retratarla, ya que todos la estaban viviendo, por lo tanto su obra no tiene como eje rector a la Historia mexicana, sino que órbita sobre ella, la cita a ratos mientras su propia historia se va desarrollando y mezcla ambas en una unión indisoluble. Fue una persona humilde y taciturna a quien en las entrevistas parecía difícil sacarle las palabras; no obstante, al momento de escribir fue todo un prodigio que reinventó el habla popular mexicana. A través de Rulfo experimentamos el calor sofocante que siente un arriero; escuchamos los murmullos de los que ya no desean estar; palpamos lo seco de una tierra incultivable o sentimos la necesidad de escuchar a los perros ladrar… Supo describir la vida rural del mexicano como ningún otro autor lo ha logrado: a través de las palabras y del lente de su cámara; Rulfo fue un excelente fotógrafo que viajó capturando los parajes más inhóspitos del territorio mexicano.

Trabajó como agente de migración (donde no capturó a nadie), como recaudador de rentas, en el departamento de publicidad de una firma de neumáticos y posteriormente en la venta de los mismos. Allí, entre aquellos neumáticos, se pudo haber quedado cómodamente (pues Rulfo menciona que se vendían solos), pero gracias a una beca del instituto Rockefeller pudo dedicarse de lleno a escribir. El primer libro que publicó fue El llano en llamas en 1953, bien recibido por la crítica; dos años después, publicó «Pedro Páramo». Con sólo estos dos libros se consagró y recibió excelentes comentarios de grandes de la literatura como Günter Grass, Kenzaburõ Õe, Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Tito Monterroso o el mismo Borges.

Es difícil explicar el silencio que Rulfo guardó durante 30 años. De manera retadora aunque halagadora podemos apelar al comentario de Robert Saladrigas, crítico catalán: «Rulfo no puede escribir nada mejor que Pedro Páramo y por lo tanto se abren para él, de par en par, las puertas del silencio.» Otra posible explicación es que Juan Rulfo dedicó gran parte de estos 30 años a su labor como editor de libros de antropología social en el Instituto Nacional Indigenista, donde se produjeron más de 200 libros, labor nada sencilla y bastante demandante. Él mismo mencionó que estaba trabajando en una nueva novela llamada «Cordillera», sin embargo dicha novela fue extraviada en una parada de autobuses. De forma un tanto metafórica, mencionó en alguna entrevista que las historias le eran contadas por un viejecillo que falleció y dejó de contarle todas las historias. Otros mencionan que al trasladarse a la ciudad no encontró materia suficiente para la producción de historias y prefirió no escribir.

El silencio que guardó Juan Rulfo permanecerá siempre como un enigma, no obstante, podemos asegurar que, como bien menciona Juan Villoro, dicho silencio fungió como caja de resonancia otorgando a sus obras un eco envidiable. A 100 años de su nacimiento, Juan Rulfo sigue vivo, aquí, vagando entre nosotros; a través no de murmullos, sino de un legado inacabable que sigue reinventándose con cada lectura.

 

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3 Thoughts to “Rulfo, el zorro más sabio, a  100 años de su nacimiento”

  1. Daniela

    Que bonito está escrito! Me encantó este breve pero iluminador texto de Rulfo.

  2. Marina

    Pedro Páramo fue el primer libro de un escritor mexicano que leí. ¡El texto me aclaró bastante su significado! Súper bien escrito, se ve que Kevin tiene una gran admiración por Rulfo y buscó muchísimo para escribir sobre tan fabuloso autor.
    ¡Gracias por compartir tus conocimientos!

  3. Yahel G

    Como dicen, Rulfo hizo en dos libros lo que muchos hacen en cincuenta. No es poca cosa. Buen artículo sobre un tipo tan interesante como sus personajes.

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