Cortando Rábanos
Décimas por Frino
El sexo, para mi abuela,
se practicaba en lo oscuro
sin gritos ni desfiguros,
en silencio y con cautela.
La pijama de franela,
caricias con timidez,
un beso, otro y tal vez…
¡Detente que me da pena!
y el plato fuerte en la cena
quedaba para después.
Era el tiempo que el rubor
coloreaba las mejillas
de ella, si él, de rodillas,
pedía una prueba de amor.
El recato y el pudor
en el hombre y la mujer
a la hora del placer
eran virtudes bien vistas
y hasta en las playas nudistas
había que usar brassiere.
Para mi madre la cosa
fue un poco más relajada:
joven, guapa, divorciada,
y para colmo, fogosa.
No quiero armar una glosa
de anécdotas familiares
sólo diré que en los bares
ya podían entrar las damas
y sin andar por las ramas
aliviaban sus pesares.
Con los hippies la proclama
fue ¡Revolución Sexual!:
Engels, Marx y El Capital
se metieron en la cama
para avivarnos la llama
de luchar contra el Estado,
cantaba el proletariado
¡Haz el amor, no la guerra!
y entonces el “pecho a tierra”
tuvo otro significado.
En los tiempos posmodernos
de la escena mexicana
saldría del closet Sor Juana
para ponerme los cuernos.
Entre porno y besos tiernos
Webcams y faje virtual,
la sobreoferta sexual
aventaja en experiencia
al Kamasutra y la ciencia
en el lecho conyugal.
Y hablando de preferencias
¡hay tantas categorías!
que ni Maussán, ni la CIA,
explican su procedencia.
Buscando la diferencia
entre Gay, Homosexual,
Lésbico, Queer, Transexual,
Buga y Heteroflexible
se me calienta el fusible
y a mis musas, el comal.
En fin que esto es un festejo
para acallar los oprobios
gritando ¡Vivan los novios!
sin prejuicios ni complejos.
Al mirarse en el espejo
la novia luce bigote
y el novio lleva en su escote
un wonderbra que empalaga
¿pero quién le impide que haga
de su vida un papalote?
Porque el mundo es tan plural
que todo encuentra cabida
y es un festejo la vida
con diversidad sexual:
oigo la marcha nupcial
y las campanas sin freno
anuncian un tiempo bueno
sin que suene a moraleja:
SÉ FELIZ CON TU PAREJA
LO DEMÁS… ES LO DE MENOS.