Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Una mujer adulta, madre de familia de clase media y de profesión maestra, está viviendo un romance que no es cualquier cosa, ya que es con un hombre casado con el que sólo tiene encuentros ocasionales que suelen ser meramente sexuales.
Es así como empieza el relato de una aventura que involucra mucho más que el cuerpo.
Pura pasión es un trabajo de la reciente ganadora del Premio Nobel de Literatura Annie Ernaux, y está, como gran parte de sus libros, basado en sus vivencias personales.
En este caso, su affair con un hombre casado, quien es un diplomático extranjero al que únicamente conocemos como A y del que no da muchos detalles más que su nacionalidad, ciertas características físicas, así como partes de algunas conversaciones con él.
Ella es quien narra y hace un recuento en forma no lineal del amorío mientras que lo complementa con reflexiones sobre lo sucedido.
Sobra decir que la pasión, como su nombre lo indica, es el ingrediente principal de este texto, pero también habla sobre la soledad que se experimenta al tener y a la vez no tener al lado al ser amado cada que se desea, así como el tener sólo la mitad de esa persona (en el mejor de los casos, ya que por lo general es lo que él quiera darles).
En este caso, Annie Ernaux le da voz a aquellas mujeres que son llamadas “la otra”; esto es, las que están en una relación con un hombre que ya
tiene pareja.
A través de su experiencia nos habla sobre las altas y bajas: la emoción de lo
prohibido, la excitación previa al encuentro, el sentirse en las nubes, pero también sobre lo que sucede cuando ese hombre se va, por lo que deja de estar al alcance y sólo queda esperar hasta la siguiente ocasión.
La autora nos cuenta cómo es que, de repente, la vida gira en torno a este
personaje y sus tiempos, por lo que las mujeres que están en esa situación se ven en la necesidad de poner en pausa sus vidas y, al mismo tiempo, se entregan a sus instintos y a satisfacer el deseo carnal, aunque a veces se sacrifique lo emocional.
Y es que esto implica desvivirse por el otro, aun y cuando no se obtenga nada a cambio, hasta el punto de abandonarse a sí misma llegando casi al punto de la pérdida de la dignidad.
Annie Ernaux se abre totalmente de capa y cuenta con total franqueza y contundencia, como lo haría con un amigo, lo que hace y lo que deja de hacer con tal de seguir viviendo este idilio y lo analiza fríamente.
Por ello, el texto se convierte en una disección de este tipo de relaciones, aun y cuando ella misma dice que no desea explicar su pasión, sino sencillamente exponerla, por lo que llega un momento en que el lector se dará cuenta que se
pisa el terreno de la obsesión enfermiza, esa que llega cuando la razón se ha nublado y puede llevar a quien la sufre hasta niveles insospechados.
Además, lo que sucede cuando se pierde la cabeza y lo único que importa es la posesión temporal.
Pura pasión es un texto muy corto pero muy poderoso, ya que es un contraste interesante entre la racionalidad que se usa para relatarlo y la pérdida de la misma conforme progresa la relación.
Las descripciones de los lugares y situaciones ponen al lector en perspectiva hasta el punto de casi palparlo, por lo que logra empatizar con la autora, quien jamás intenta justificarse, sino sólo platicar del hombre amado, porque la condición de ser humano trae debilidad y es el precio que se paga por estar sujeto a ello, aunque se crea inmune y diga que jamás caerá rendido ante ese placer.
Pura pasión. Annie Ernaux. 1992. Editorial Tusquets.
