Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Italia. 1957. Al estar visitando unas ruinas etruscas, un hombre recuerda a la familia Finzi-Contini, quienes están enterrados en un cementerio muy parecido al lugar donde está paseando. A partir de ahí, una serie de memorias sobre esas personas y lo que vivió con ellas llegan a su mente.
El jardín de los Finzi-Contini es un trabajo del escritor italiano Giorgio Bassani que está ambientado en los años del régimen fascista italiano de Benito Mussolini, y nos cuenta el efecto que éste tuvo en la comunidad judía, ya que sufrieron de discriminación.
El narrador, de quien jamás se sabe su nombre, pero sí que es un judío perteneciente a la clase burguesa media, se hace amigo de Alberto y Micol Finzi-Contini, dos jóvenes hijos de un profesor y su mujer cuya situación económica es superior al del protagonista, que tiene la posibilidad de rozarse con gente de ese círculo por pura casualidad.
Y es que éste es expulsado de unas canchas de tenis justamente por su origen semita y es invitado a jugar a la mansión de esta familia y convive con ellos.
Justo en esa convivencia es donde comienzan a surgir sentimientos por Micol, una chica tímida y retraída que le ofrece su amistad sin saber que el joven quiere algo más.
El contexto histórico en el que se sitúa la novela juega un papel determinante ya que, aun y cuando pareciera que los Finzi-Contini están aislados de todo y todos, viviendo dentro de una burbuja, la situación no les es ajena puesto que son víctimas de la discriminación aun y cuando su posición económica es alta.
Es por eso que entre ellos tienen que protegerse y recluirse, convirtiendo sus mansiones en ghettos donde, tanto ellos como los invitados, pueden socializar y
entablar relaciones tanto de negocios como personales.
El autor prefiere centrarse en las historias de sus personajes más que en lo que sucede a su alrededor y es así que se tocan temas como el amor de juventud, la inocencia de la primera vez que llega el amor y lo que sucede cuando no es
correspondido del todo, o como se quisiera, ya que conlleva una gran carga de desesperanza al no ver cristalizadas las ilusiones que se crearon.
Se nos habla también de las diferencias entre estratos socioeconómicos y el peso que llegan a tener en las relaciones interpersonales ya que, con tal de acceder y mantenerse en esos círculos, la gente es capaz de hacer muchas cosas, hasta traicionar su propia esencia o manipular a los demás.
Además, se nos muestra que, por mucho que sintamos que lo que nos sucede es lo único importante y que lo externo jamás nos tocará, siempre la realidad encontrará formas de hacerse presente y de aplastarnos con todo su peso, haciéndonos saber que no somos invencibles, por mucho que así lo creamos, ya que tarde o temprano nos convertimos en víctimas de las decisiones de otros en el poder.
El jardín de los Finzi-Contini está escrito en un lenguaje sencillo que recurre a descripciones de lugares y momentos donde el lujo y la belleza están presentes, ya que somos testigos de sus conversaciones de carácter intelectual, así como del mundo que los rodea.
Se percibe un tono melancólico, puesto que el narrador nos cuenta una historia para la cual recurre a sus memorias de un tiempo que ya se fue y que no volverá, pero que se siente muy presente y es por eso que lo ha marcado de por vida.
Es pues, el llanto por la pérdida de un mundo que ya no existe pero que fue muy bello mientras duró.
El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani. 1962. Editorial Acantilado.
