Al igual que muchísimos fans de Tex Tex, todos los que llegamos fuimos a decirle a adiós al único músico de Rock Mexicano que por igual era querido y respetado.
Texto y foto Laura Viadas
No hay un punto de comparación en la historia del Rock Mexicano para lo sucedido con la muerte de Lalo Tex: ni en la cobertura de los medios que usualmente ignoran olímpicamente, ni en la catarata de lamentos y respetos rendidos en las redes sociales, ni en la cantidad de búsquedas registradas en Youtube.
Ni tampoco hay un suceso que sirva como precedente para poder narrar lo que sucedió en la cita nocturna, en el funeral de Lalo Tex: ese rito de cuerpo presente evidencia de la profunda huella en el camino anímico que para muchos significa la existencia del grupo.
…Si de consignar la nota se tratase no bastaría un texto de 10 mil caracteres para dar cabida a todo lo que Tex Tex representa en la gestión contemporánea de la música hecha en México.
El alcance de su biografía trasciende discos, conciertos, entrevistas, proyectos especiales y giras que durante 30 años los dieron a conocer en México o EUA.
Pero el hecho es que consignar la nota sobre el luto que ha caído en el Rock México tiene forzosamente que destacar mucho más:
En un tiempo en el que el Rock en Español –con Argentinos y Españoles- llegaba a sonarnos y resonarnos las orejas en México, en ese tiempo de los años ochenta con un rock “bañadito y blanquito, inofensivo y vacuo”, en ese entonces llegó Tex Tex:
Tres fulanos liderados por un Rock que sonaba con la fuerza que realmente debía tener el Rock parido en el Blues, con letras taloneadas en la realidad de la calle, aunque en una rupestre y rampante urbe que a mucho cuestionar había que “plantarle cara” y la cara de Tex Tex siempre mostró una sonrisa contagiosa.
… Así llegaron y conquistaron los “Muñecos” –los hermanos Mujica-; y sin ínfulas de grandeza se hicieron grandes, porque la grandeza eran ellos, cada uno de ellos.
Y los años pasaron, y ellos más allá del “movimiento del Rock en Español” continuaron, trascendieron, con un sonido que se convirtió en género propio, y sí, un sello de garantía: el recordatorio de que para ser rockandrollero se tiene que vivir con un absoluto gozo, por el Rock and Roll –con lo que eso significa-.
Hoy, al igual que muchísimos fans de Tex Tex, todos los que llegamos fuimos a decirle a adiós al único músico de Rock Mexicano que por igual era querido y respetado: por todo lo que hizo, por todo lo que significa
… Y que conste: fuimos, a tratar de tragarnos las lágrimas para dejarles claro a los hermanos y al hijo heredero que nos sentimos jodidamente dolidos por tener que verlos viviendo la muerte del “Muñeco Mayor”.
Fuimos, a darle las gracias de alguna manera y a acompañarlos, como la música de los Tex Tex nos ha acompañado durante 30 años; en un bar con los cuates, en un hoyo con la banda, en un estudio de grabación, en una estación de radio o en el estereo de nuestras casas…
Fuimos para unirnos a los otros Tex Tex, a los que se subían al escenario y a los que estaban abajo o en las bambalinas.
Y la familia de ellos -la familia de sangre-, abrió las puertas de una gran cochera en la colonia Nueva Atzacoalco, y en ello nos mostraron la misma generosidad: la del amor que en amor regresa y en ésta ocasión, con la bendición de un buen rock and roll, se multiplica.