Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
La editora Elena Ramírez le pide a la escritora Rosa Montero un prólogo que acompañará un diario escrito por Marie Curie durante el año posterior a la muerte de su marido, Pierre Curie.
La autora, al ir conociendo la historia de Madame Curie, no podrá evitar sentirse identificada y encontrará que su vida y la de la famosa científica polaca son más parecidas de lo que ella creía.
La ridícula idea de no volver a verte es un trabajo de la autora española Rosa Montero y resulta casi imposible clasificarlo en una categoría ya que podría ser su autobiografía o una biografía de Marie Curie, o un ensayo común y corriente o todo a la vez, lo que hace que fluya de forma natural hacia un punto o al otro y vuelva a su inicio.
En esencia trata de Rosa Montero contando la historia de Marie Curie desde su nacimiento, cuando su nombre era Manya Sklodowska y vivía en Varsovia; el cómo emigró de Polonia y se dirigió a Francia para estudiar en la Sorbona, donde conoció a Pierre Curie, quien se convirtió no sólo en su esposo y padre de sus hijas Irene y Eve.
Sino además con quien compartió el Premio Nobel de Física (en conjunto con el físico Henri Becquerel), el cual les fue otorgado por sus investigaciones acerca de la radiación.
Asimismo, nos cuenta el cómo era la vida en familia de esta pareja hasta la muerte de Pierre y el relato prosigue con el segundo Premio Nobel ganado por Marie, esta vez de Química y en solitario, y terminando con el deterioro físico y la muerte de Madame Curie debido a la exposición por radiación a la que se sometió por años.
Todo esto documentado con fotografías y citas textuales extraídas de los diarios de la científica.
Y en la parte de la viudez nos detenemos, ya que es el común denominador entre Marie Curie y Rosa Montero y sirve de pretexto para que la autora comparta su experiencia personal tras haber perdido a su esposo, Pablo Lizcano, quien falleció víctima del cáncer y así hable del duelo y lo que conlleva:
La cantidad de tiempo que se le llora a alguien, los recuerdos que permanecen más vivos que nunca, el dolor por la falta del ser querido, la culpa por seguir sobreviviendo o por lo que no se hizo o no se dijo, además de la necesidad de seguir adelante.
También aprovecha para hablar sobre lo que significaba ser mujer a finales del siglo XIX y principios del XX.
Además, la presión ejercida en el seno familiar para cuidar a los padres, aunque esto significara renunciar a los sueños propios, el luchar contra la falta de recursos económicos para prepararse académicamente y, una vez que la mujer se incorpora al campo laboral, cómo es que logra sortear los obstáculos representados por la envidia de sus colegas.
También la marginación por el simple hecho de ser mujer y, aparte de todo, el tener que competir con la pareja cuando ambos comparten profesión. Y sí, suena bastante familiar en pleno siglo XXI.
La ridícula idea de no volver a verte es un texto ameno con un lenguaje divertido cuando tiene que serlo y serio cuando lo requiere.
Contiene reflexiones, pero también está salpicado de un buen humor que hace que el tono solemne se aligere. Y es así como, en una narración no lineal, el lector se dará cuenta que hay algo o mucho de Marie Curie en todas las mujeres, sean como sean.
La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero. 2013. Editorial Seix Barral.

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