Por Rivelino Rueda
Así me lo contó el mismo Ilíusscha.
Me lo confesó llorando…
Lloraba y se abrazaba a mí,
y le temblaba todo el cuerpo.
«(Chuchka, el perro) corría y aullaba,
corría y aullaba »,
no hacía más que repetir esto;
se conoce que le había impresionado ese cuadro.
Fidor Dostoyevski/Los hermanos Karamasov
Ya no sólo la locura y la saña se centraron en los gatos del barrio. La demencia de algún psicópata por el pico de la pandemia, que sigue suelto, lo condujo a envenenar a otros animales con bolitas de pan azucarado rellenas de veneno para rata.
Todo es desconfianza en la zona. Los vecinos dicen que de nuevo apareció un pegote en los postes escrito a mano. El o La enferma ahora dijo que “todos” los animales eran portadores y transmisores de la peste.
En el barrio se respira un tufillo de venganza. Un vaho de linchamiento. Un rencoroso olor a hacer justicia por propia mano. Las “brigadas vecinales” para dar con el o la responsable de los crímenes de animales no tienen pistas. Por el momento todos son sospechosos. Todos se miran con asco y vergüenza.
De nada han funcionado los anuncios. Ahora ya están en la farmacia, en la cafetería, en los restaurantes, en la clínica veterinaria, en la tienda de abarrotes, en el módulo de policía del parque, en los postes, en las inservibles casetas telefónicas, en las entradas de casas y edificios, en los árboles. Y sí. Van por él o ella.
Y es que el miedo, la ignorancia, la desinformación, el pánico, el hartazgo del encierro, las patologías crónicas de asesinos cegados, han derivado en estos cobardes hechos. No se puede dejar de recordar el imperdonable asesinato de tres enfermeras en Torreón, Coahuila; el crimen de tres médicos en Puente de Ixtla, Morelos, y las agresiones a personal médico. Ruindad. Estupidez humana. Estupidez humana.
Sonia levantó en los últimos días tres ardillas muertas por envenenamiento. A Pedro le avisaron del cadáver de su gata en el camellón de Diagonal San Antonio. Gael no sabía que el jueves sacaría por última vez a pasear a Gandalf, su perro labrador de siete años.
Las cápsulas de harina, azúcar y fosfuro de zinc. Perlas letales. Piedrecillas sin vuelta atrás. Arteras. Asesinas. Abominables.
Día 52 de la peste. México está en la cresta de la ola pandémica. Los decesos ya suman de doscientos al día. Este viernes se contabilizaron 199 nuevas defunciones. La suma total acumulada de muertes es de 3,160.
El número de casos positivos se eleva a 31,522 y el de casos activos a 8.048. Se habla de que el confinamiento se puede extender más allá del 30 de mayo. Y sí. Hay psicópatas sueltos.
Pero no por mucho tiempo…