Por Pedro Dascalakis
Foto: Edgar López (q.e.p.d.)
Deseo encarnado entre entrañas; cabeceando roza costados,
bilis formando marañas, tintando de negro
partiendo el oxígeno, condenado al pasado.
Parido en sábanas:
flujos de sangre entre dobleces irregulares,
ojos sumisos se asoman,
nadie responde.
Pasajes de piedra y musgo mermado,
cargo con una sombra y tu pasar,
y el cielo opaco y el cristal en trizas,
restos quemados que entre dedos deslizan.
Cómo decirle chau al espacio vacío,
al silencio irresponsivo,
a la piel en el pavimento,
a los sueños molidos.
En silencio,
nueve por nueve y una ventanita que da al parque;
corazón espinado que en vano no bombea,
puerta de luz y ratas en la acera,
desparramadas como manteca bajo el sol de primavera.
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EXCELENTES CONTENIDOS Y BUENAS CRÓNICAS, GRACIAS POR LA MENCION