Por Jairo Rueda Estrada
I´ll ride the wave where it takes me… (Release)
“… un concierto de Pearl Jam hoy es algo mucho más grande que la música. Es acerca del tipo de espíritu que te abre los ojos y radica en creer en la gente, en la música y en el poder de convertir un día de mierda en un día grandioso, o mirar una injusticia y sentirse menos solo al enfrentarla”. – Cameron Crowe -.
México, D.F.- 30 de noviembre de 2015.-Las palabras arriba citadas son algo que los cerca de 62 mil asistentes al concierto que la banda formada en Seattle nos regaló la noche del sábado 28. Pueden confirmar. Muchos los habían visto antes en vivo y ya sabían qué esperar, para otros tantos sería la primera vez y probablemente tenían grandes expectativas. Todas fueron cumplidas.
Para las 20:00 horas, tiempo que el boleto, las redes sociales del grupo y de los organizadores marcaba para iniciar, el Foro Sol presentaba aproximadamente un 50 por ciento de su aforo. El complicado tráfico sabatino, los problemas para encontrar estacionamiento y sobre todo los ya conocidos e innecesarios filtros de seguridad para entrar no ayudaban para comenzar puntuales, sería hasta las 20:40 horas que, desde la “pista” de General A llena, se podían ver las gradas repletas.
Las luces se apagaban y los primeros acordes del piano de Boom Gaspar en Pendullum llegaban nítidamente hasta las últimas filas y la potente voz de Eddie Vedder comenzaba a calentarse “ Can´t know what is high Til you been down so low.. the future is birght, lit up with no where to go”, serían sus primeras palabras al cantar el track número 7 de su último disco, Lightning Bolt.
Los seis músicos sobre el escenario parecían tener estudiado al público. Continuaron con Release de su exitoso disco debut Ten, la canción posiblemente más personal que ha escrito Eddie y que versa sobre la difícil relación con su verdadero padre (a quien conocía desde su infancia como un amigo de sus padres, sin saber la verdad). La emoción de la gente comenzaba a ser patente y la letra misma de Release invitaba a montar en una ola y dejase llevar. Y eso hicieron. Siguió Elderly woman behind the counter in a small town y los primeros encendedores comenzaron a aparecer para corearla.
Sin dar tiempo de acostumbrarse a la tranquilidad de las tres primeras canciones y tras un cariñoso saludo de Vedder a los asistentes al último concierto de la gira, les advertía lo que tenían preparado: “Estamos peligrosos y lo mejor es que ustedes también”, diría el carismático vocalista en un muy entendible español antes de comenzar con un poderos bloque de siete canciones que de inmediato encontraron buena respuesta del público, así se pudieron escuchar Why go?, Mind your Manners, Do the evolution, Breakerfall (probablemente la sorpresa de la noche que muy pocas veces tocan) y la clásica en vivo Corduroy para después bajar un poco la velocidad – pero no los ánimos – con Garden y, nuevamente, montarse a la ola y explotar con Even Flow, para seguir con la bellísima Daughter que hilaron perfectamente con otro cover, Its Ok (de la banda de Portland, Dead Moon), en su versión en español.

Versión que comenzaran a tocar en Monterrey durante la gira 2005 (luego de que un fan le entregará a Eddie, previo al concierto, una cartulina con la traducción al español de la letra) y que continúan tocando en los países de habla hispana. El tipo de cosas que los fans tanto aprecian.
Acostumbrados a tocar algunos covers a manera de homenaje a sus grandes influencias (The Who, Ramones, Pink Floyd, etc.) en esta ocasión –a manera de solidarizarse con sus colegas músicos– Eddie comenzó diciendo que iban a tocar un cover de Eagles of Death Metal (la banda que estaba tocando en “El Bataclan” la noche de la toma de rehenes en París y dónde murieron tres miembros del staff del grupo).
“La tocaremos para mandar un mensaje de amor y felicidad y como un acto de desafío”, indicaba Vedder para dar paso a “I Want You So Hard (Boy’s Bad News)”
Y la ola seguía creciendo, continuaron con Sirens (dedicada a un joven fan recientemente fallecido), Given to fly, You Are (otra sorpresa y parte del Rito Act, un gran disco poco valorado), Lightning Bolt y cerrando la primera parte del concierto con una larga versión de Reaviermirror para que Mr. Mike McCready regalara sus riffs y permitiera el lucimiento del bajo de Jeff Ament.
Tras una breve pausa que muchos aprovecharían para ir por cervezas, whiskeys dobles o visitar los sanitarios, Pearl Jam regresa al escenario bajo una atmosfera relajada. Unas luces tenues dejan ver a Stone Gossard tomar la guitarra acústica y acompañar a Vedder en “Throw your arms around me”, el tema de la desconocida banda Australiana Hunters & Collectors y que parece ser a petición de una pareja de recién casados o próximos a casarse que se encuentra hasta el frente. Inmediatamente después Eddie toma un ukelele y sentado sobre un banco comienza en solitario los acordes de “Sleeping by myself” para, al terminar, dar paso a uno de los momentos más emotivos de la noche, al anunciar ese himno pacifista escrito por Lennon en el lejano y agitado 1971.
Parece ser un momento oportunista, parece ser demasiado estudiado que el bombo de la batería del cumpleañero Matt Cameron tenga pintada una Torre Eiffel en color negro sobre el fondo blanco y parece ser demasiado “gringo” u “occidental” que las palabras de Vedder sean únicamente para mencionar a las víctimas en París y no en otras partes del mundo que son víctimas del terrorismo o de una guerra civil.
Parece ser un cliché y probablemente lo sea. Pero la Paz no es un cliché e Imagine lo es menos, por más que se quiera profundizar o debatir la responsabilidad de alguien con un micrófono y 62 mil personas escuchando.
Los primeros acordes de Imagine suenan y la gente canta junto con Eddie. El Foro Sol se ilumina de encendedores (los menos) y de miles y miles de pantallas de celular. Las palabras escritas por Lennon tristemente siguen tan vigentes que es imposible no sentirse conmovido y compartir la emoción del momento “Nothing to kill or die for… and no religión too… imagine all the people…living life in peace”. El público rompe en aplausos, algunos lloran (o simulan hacerlo, un perfecto cliché) y se abrazan conmovidos, todos estábamos en la misma ola.
Eddie agradece y toma el micrófono para anunciar “Comfortably Numb” de Pink Floyd para regalar uno de los mejores momentos, entre los muchos que regalaron la noche del 28 de noviembre. El himno psicodélico se prolonga por cerca de seis minutos y el ánimo explota nuevamente. McCready y Gossard hacen vibras las cuerdas de su guitarra durante el solo de guitarra compuesto por David Gilmour en 1979 para su álbum solista, que luego fue finalmente incluida en la obra maestra “The Wall” y que, de acuerdo a muchas publicaciones especializadas en música, contiene la mejor guitarra de la historia del rock.
“When i was a child i had a fever…my hands felt just like two balloons…now i´ve got this feeling once again… I can´t explain, you wouldn’t understand… this is not how I am… I have become comfortably numb”, canta Vedder. “El niño ha crecido, el sueño se ha ido y ahora se encuentra cómodamente adormecido/entumecido”.
Pero los asistentes al Foro Sol no pueden ni quieren estar adormecidos y estallan en ovaciones y gritos de furor luego de la gran interpretación del quinteto de Seattle
Nuevamente toman velocidad y comienzan con la trepidante Animal del Vs de 92, le siguen Save You y tras unas palabras a una chica de primera fila que lleva una bandera con la palabra “Faithfull” el grupo complacería nuevamente. Y para sorpresa de todos Eddie Vedder baja del escenario y le canta frente a frente su canción favorita.
Siguen con Black, ese lamento del amor perdido, ese lamento de que algo quedó pendiente entre dos y que no lograron estar juntos al final del camino “I know someday you’ll have a beautiful life, I know you’ll be a star In somebody else’s sky, but why, why, why Can’t it be, can’t it be mine”, canta la desgarradora voz de Eddie y la canción se prolonga con 62 mil voces cantando por varios minutos, primero acompañando a la guitarra de Stone Gossard y finalmente a capela en medio de un iluminado Foro Sol… “Tu ru ru tu tu ru ru, tu ru ru tu tu ru ru, tu ru ru tu tu ru ru”, cantan todos. Lo que cantan no parece tener significado en un estricto sentido, pero para todos y cada uno de ellos lo tiene y parece ser el mismo. Ya luego de la catarsis colectiva regalarían la excelente Porch, otra de las ocho que tocarían del Ten de 1991.
Nuevamente una breve pausa y la banda hace un pequeño y muy merecido homenaje a uno de sus camarógrafos que ha estado en tour con diferentes bandas durante 28 años y esa noche se despide. Se dan tiempo para la melosa Last Kiss de J. Frank Wilson, y que por sus versiones realizadas previamente en español (Leo Dan, Gloria Trevi, etc.) divide opiniones, pero que sigue siendo una de las más solicitadas en sus conciertos y uno de sus sencillos mejor vendidos.
El tema fue escuchado por Eddie en una visita a una tienda de discos usados y poco después grabada en el estudio para ser regalado a los miembros del club de fans en la Navidad del 99, tras el éxito en la radio fue editada como sencillo para su venta.
La noche sigue y a petición de Eddie el público canta “Las mañanitas” a Matt Cameron, previo a tocar Jeremy. Siguen con Better Man y Alive que son coreadas al unísono y los primeros acordes de Rockin´n in the free world del Padrino del Grunge, Niel Young, anunciarían que el concierto se acerca a su fin y comienza una “guerra de vasos” entre los asistentes que parece divierte mucho a la banda que se entusiasma viendo miles de vasos vacíos volar por los aires y, en otros casos, vasos con lo que desearías fuera cerveza.
Cerrarían una espléndida noche con Yellow Ledbetter, uno de sus exitosos “b-sides”, y terminaría así una gran noche con 62 mil 400 asistentes, 34 canciones y seis músicos en el escenario que agradecen visiblemente emocionados por la entrega del público durante las casi tres horas de concierto.
Tras 25 años de carrera, Pearl Jam es una banda sólida que en vivo toca a la perfección y se entrega totalmente a sus fans. En ninguno de sus conciertos de la gira han tocado menos de 30 canciones y siempre se dan tiempo de complacer a los asistentes.
Cada concierto del grupo es una experiencia distinta y lo que en sus discos ya no hacen (sorprender) lo hacen en vivo. Ninguno de los 62 mil 400 asistentes la noche del sábado al Foro Sol podría opinar lo contrario. Probablemente podrán decir que les hubiera gustado que tocarán Hail, Hail, Wishlist, Mankind, Leash o alguna otra de sus favoritas, pero tendrán seguramente la oportunidad de verlos en otra ocasión y seguramente la tocarán. Pearl Jam nunca falla, nunca.
Pudiste haber estado en General A, General B o tribunas preferente o hasta “gallola”. Pudiste haber estado muy cerca o muy lejos, pudiste haberte equivocado con los boletos que compraste (y ser el tonto del pueblo por unas horas) o pudiste haber comprado en reventa boletos que no eran de la zona prometida por el precio pagado. Descuida, estuviste ahí y todos vivimos lo mismo.
El 28 de noviembre yo tuve un día grandioso, pero posiblemente muchos tuvieron un día de mierda y, tras ver a Pearl Jam, de camino a casa se habrán dado cuenta que en realidad el día fue grandioso y ese recuerdo no se les podrá olvidar nunca. Ese día se subieron a una ola y se dejaron llevar, esa ola se llamaba Pearl Jam.
