Los verdaderos inicios de Reversos, según cuentan

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar… Antonio Machado

 

Por Karenina Díaz Menchaca

 

Hace muchos años, cuentan que en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, una joven  de cabellos rojizos, participativa en los debate políticos, entusiasta y proactiva de las causas justas -máxime que por aquel entonces el movimiento zapatista estaba en todo su apogeo- no perdía oportunidad en algunas fiestas para invitar a los igualmente periodistas emergentes y colegas de salón, para decir: «Hagamos algo, hagamos una revista».

Se dice que en algunas ocasiones esta guapa joven lograba juntar a un grupo en algún punto del sur de la ciudad acompañados de largas tardes de asqueroso café del Vips o bien, en alguna casa, pero en donde lo principal era hacer la ‘vaquita’ para las caguamas, no es que no se trabajara, pero la juventud tiene prioridades y entre música, tragos y periodismo, apremiaba lo primero sin culpas, finalmente en algún momento las cosas saldrían.

Luego vino el tiempo y la distancia, la normal, cuando cada quien agarra su camino. La joven también hizo lo propio sin dejar del todo su idea principal y sus sueños de convertirse en directora editorial de algún medio que dijera la verdad.

Aquella joven izquierdista de cuna, creció, y al parecer paralelamente esos chicos, quienes la acompañaron en otro momento, también, es decir, vino lo que la sociedad llama ‘madurez’ o al menos un montón de experiencias y responsabilidades de las que nadie ya se puede echar para atrás, por tanto un buen momento para arrancar (hay cosas que no se cuentan, pero cuentan mucho).

Reversos y la actualidad

Nace, años después de esa aventura universitaria, un medio que desea a todas luces, lograr que la gente se empape de historias y de conocimiento. Decir la verdad en México es todo un reto a riesgo de aparecer asesinado por ahí. No se está haciendo periodismo desde Veracruz o desde el Estado de México, se hace desde todos lados y para todos, la ventaja de estar en la red; además se hace, sobre todo, desde la realidad y con mucho profesionalismo, porque no somos chayoteros.

Y aunque escasos un poco de publicidad, nuestro reto es que se sumen empresas o personas físicas con deseos de conocer la verdad de mucho de lo que pasa en el país para que apoyen este proyecto y así, no comprometer a la palabra. Sabemos que sí se puede, decía Gabriel García Márquez que la mejor noticia no es la que se da primero, sino la que se da mejor, así pues, el estar presentes semanalmente nos ha dado esa pauta.

Finalmente diré que esta historia que se tejió en las aulas de una escuela de periodismo hoy marcha con ánimos de continuidad y con mucho más empuje. Toda vez que aquella joven comparte su sueño con otros más quienes creemos en los ideales que todo periodista debiera tener…

Decía Ryszard Kapuscinski que las malas personas no pueden ser buenos periodistas y ¡qué razón hay!

 

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