Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Década de los setenta. Cecilia Lisbon, de 13, años intenta suicidarse. Meses después, sus hermanas le siguen y lo logran. Las razones son un misterio que, con los años, no consiguen más que atormentar a quienes las rodeaban.
Las vírgenes suicidas es la primera novela de Jeffrey Eugenides, escritor estadounidense de origen griego. Escrita en 1993, se sitúa en uno de esos suburbios tan característicos de la Unión Americana donde las familias se conocen entre sí y estrechan lazos.
No así los Lisbon, matrimonio compuesto por un profesor y un ama de casa que engendraron a Cecilia (13 años), Lux (14), Bonnie (15), Mary (16) y Therese (17). Ambos, padres estrictos y sobreprotectores, ejercen un control sobre sus hijas, que son espíritus libres entrando en la adolescencia y poseen las inquietudes y sueños propios de las chicas de su edad.
Las hermanas Lisbon, al ser muy bellas, ejercen cierta fascinación en los muchachos de la cuadra, quienes, aún años después, intentan descifrar el enigma, no sólo del suicidio de las Lisbon, sino el que ellas como individuos representaban.
La novela está contada en primera persona del plural, eso es, “nosotros”, dando a entender que ese grupo de adolescentes se mantuvo unido a través del tiempo por la obsesión que aún despiertan las cinco hermanas en ellos.
Asimismo, recuerda el pasado por lo que nos hace saber que no han superado lo vivido en esa época y aún los persigue, a la vez que son una especie de cronistas de sus investigaciones y hallazgos, todo ello en aras de tratar de entender los motivos de las Lisbon.
Las vírgenes suicidas posee un lenguaje a veces poético, sobre todo al momento de hacer descripciones cargadas de sensibilidad, pero a la vez aborda un tema fuerte que es la angustia adolescente, esas ganas de librarse del destino que ya se tiene señalado y del que será difícil escapar.
Habla de la anulación de la personalidad y del aislamiento en nombre de conservar la moral, ese elemento tan básico del sueño americano, del que las bellas y etéreas hermanas Lisbon forman parte pero que, para ellas, es simplemente pesadillesco y asfixiante, como las cuatro paredes de sus recámaras.
Las vírgenes suicidas. Jeffrey Eugenides. 1993, Editorial Anagrama.

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