Por Marco Jiménez
Después de todos los acontecimientos que se han dado en los últimos días, parece que las partes están llegando a acuerdos para detener la guerra en Ucrania, aunque el personaje que está quedando fuera de esta jugada es el actor-presidente Volodimir Zelenski.
El primer paso lo dio Rusia en su retirada de Jersón. Un movimiento que es prácticamente una derrota moral para los militares y para la opinión pública en ese país, por una mala planificación que meses atrás debieron haber previsto, ignorando las amenazas de bombardeo a la presa de Kajovka, así como ignoraron los bombardeos a la central nuclear de Zaporiyia.
Un evento trascendental es la caída de un misil en Polonia, supuestamente ruso. Zelenski, tratando de ganar protagonismo en el G20, inmediatamente salió a culpar a los rusos y pedir ayuda contundente a la OTAN.
Tras horas de tensión por una posible escalada, se declaró que el misil había sido lanzado desde Ucrania para intentar derribar un misil ruso. Zelenski insistió días después que el misil era ruso, a pesar de que Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN y Joe Biden, salieron a desmentirlo.
¿Por qué Zelenski insistía tanto en su versión?
Porque se ha estado barajando el cese de las hostilidades entre la OTAN y Rusia, dejando fuera a los ucranianos y a su figura mediática llamada Volodimir Zelensky, el cual ha insistido durante meses que requiere más armamento, dinero y a los medios de comunicación para continuar su propaganda mediática, mencionando que Ucrania está ganando la guerra contra una potencia militar.
Otro punto importante es que, de quedar fuera de la negociación, Ucrania prácticamente estaría sola en su destino, no recuperaría el territorio anexionado por Rusia, Polonia, el cual ha ayudado y dado apoyo incondicional o hasta donde sus intereses se lo permiten; tomarán parte del pastel, que es el territorio ucraniano.
A los europeos no les conviene seguir apoyando esta guerra, ya que se acerca el invierno y lo sufrirán, pero el año que viene se puede derrumbar toda la economía europea, así como sus industrias, aumentar la inflación y pérdida de materias primas. Es un escenario catastrófico para los europeos y, en caso de llegar al próximo invierno 2023-2024, prácticamente estarían quebrados en todos los aspectos.
Es importante mencionar que actualmente Ucrania no cuenta casi con ninguna infraestructura eléctrica, lo que dificulta el mantener a sus tropas en buenas condiciones, así como a los civiles. El invierno es un factor importante para que los ucranianos se sienten a negociar la paz cuanto antes, pero Zelenski quiere que le devuelvan las cuatro regiones anexionadas y Crimea, lo cual sucederá sólo en su mente.
Los medios de comunicación también han abandonado la propaganda. Han dejado de llenar los medios de comunicación con artículos acerca de la guerra. La rusofobia dejó de estar presente en nuestras “noticias”.
Al parecer la inflación es el tema que a los gobiernos principalmente occidentales más preocupa, ya que con las sanciones catastróficas a Rusia, que no funcionaron como ellos creían, fomentaron la multipolaridad que tanto quieren evitar.
Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, tuvo que reconocer que es la nueva realidad en que el mundo se desarrollará, con bloques económicos y una división del poder entre las potencias.
El último evento que sucedió y puede ayudar a la paz, es el triunfo de los republicanos en la Cámara de Representantes, los cuales habían mencionado que reducirían el gasto militar a Ucrania y esto le pondría un tope a la política bélica de Joe Biden.
También repercutió en que la osada octogenaria Nancy Pelosi, que prácticamente estaba abriendo otro frente para Estados Unidos con su visita a Taiwán, abandone el liderazgo de los demócratas.
Parece que la paz se acerca.