A favor del matrimonio igualitario

No siempre los juicios de valor son razonables: La segunda causa de muerte en México es el  suicidio en adolescentes; este y otras problemáticas de niños y jóvenes provienen de matrimonios heterosexuales.

Démosle oportunidad a las parejas homoparentales que anhelan una familia y esperemos que el amor vaya cambiando al mundo poco a poco.

 

Por Karenina Díaz Menchaca

 

A miles de  años luz de la democracia, la justicia y ahora, hasta del amor, México no avanza y  su sociedad tampoco; y en esta ocasión aunque el presidente lanzó la iniciativa en favor del matrimonio igualitario, el Congreso de la Unión respondió con un “No es prioridad”.

A mí me sorprende mucho que en un mundo con tanta escasez de valores, con problemas en los adolescentes que van más allá de la rebeldía o de “llamar la atención”, pues algunos por falta de atención de sus padres, cometen o son víctimas de ciberbullying, cometen actos de cutting (se lastiman a sí mismos), bulimia y anorexia, alcoholismo, drogadicción y muchos más etcéteras, dejando claro que la estructura “Familia” ya no es la misma que hace 30, 40 y 50 años. Algo se ha venido rompiendo y aun sabiendo todo esto nos cerremos al otro.

Pese a que hoy en día, las familias son más pequeñas, sus problemas son más grandes, incluyendo la divina TOLERANCIA.

Yo soy católica y nunca lo niego. Creo en Dios, y en todo lo que dice el Credo, pero siempre existe el frijolito en el arroz. Me decepciona que la iglesia aún no se abra a estos temas de los matrimonios homoparentales, sin embargo lo entiendo, porque al ser una institución que representa a las familias “tradicionales” ellos tienen sus reglas, reglas que conocemos desde siempre. Es por eso que muchos que somos católicos sentimos que la Iglesia no nos representa al cien por ciento, porque creemos que Dios es mucho más que una institución.

Y entonces defendemos el matrimonio igualitario porque también tenemos razones, que en su mayoría tienen que ver con conocer personalmente a gente cercana que nos han demostrado su cariño, su amistad, y en pocas palabras, igualdad. La comunidad gay dice: “no queremos un trato especial, no queremos leyes especiales, queremos lo mismo (que los heterosexuales).

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Más allá de verte y sentirte bien “pro” y de que estés a favor de todas las causas, pensemos un poquito exactamente cuál es el miedo de las personas que pertenecen a sectas o a organizaciones como el  Frente Nacional por la Familia. Muchas de éstas dicen que las familias homoparentales son contra natura. Yo les diría: Vivimos otros tiempos y ahora el amor (para utilizar un término universal) se ha diversificado ( aunque siempre lo ha hecho).

También dicen: Pueden violar a los niños que adopten. Yo les digo: Psss, ¡qué fuerte! ¿cómo pueden asegurar eso?, las violaciones ocurren en su mayoría por gente de la misma familia y suelen ser por tíos, los mismos padres o algún amigo cercano a los padres o a la familia. Tan sólo el abuso infantil en México, según la UNICEF, es de  62% en donde han sufrido algún tipo de agresión que van desde la escuela, la casa y agresiones sexuales. El tema de la violencia es un gran problema social, pues la Unicef revela que entre 55 y 62% de los niños en México ha sufrido maltrato en algún momento de su vida (http://scl.io/80ZF7rFz#gs.ViAvhWM), además les cuento, ahí nomás, que en México la segunda causa de muerte es el de suicidio en adolescentes y todas estas y más cifras son a partir de matrimonios heterosexuales.

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También les puedo enfatizar a gente que pertenezca al Frente Nacional por la Familia, que en México afortunadamente el trámite de adopción no es tan fácil. Los padres tienen que cumplir una serie de requisitos, entre ellos el sicológico y socioeconómico, además de entrevistas, y un sinfín de etcéteras; quiero pensar que son incorruptibles, por tanto un niño o niña no tendría por qué estar con una pareja de “depravados” sean o no homosexuales.

Dicen por ahí que cuando no tenemos conocimiento del otro, siempre le rehuímos y rechazamos, siendo así,  lo que falta es información y la humildad de tratar de conocer al que es diferente a mí. Las familias homoparentales también tienen derecho de amar, educar y proveer a un niño o niña de todas las oportunidades para que tenga educación y sobre todo, una familia. Hay muchos niños solos, muchos que han sido abandonados, entonces, ¿ por qué no, darles una familia y quitarnos prejuicios y telarañas de la cabeza?

Ahora las familias han cambiado mucho, incluso hay quienes prefieren tener perros y gatos y los llaman hijos. Podremos no estar de acuerdo, pero así están las cosas. Yo soy de las que piensa que este mundo está lleno de violencia porque hay miles de personas que no fuimos deseadas desde antes del embarazo. Démosle también la oportunidad a una pareja homoparental que anhela una familia y esperemos que el amor vaya cambiando al mundo poco a poco.

 

 

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