Por Víctor Manuel Del Real Muñoz
Las necedades de Osorio
Juan Carlos Osorio demostró que sigue siendo fiel a la especulación y a la poca estructura táctica de la selección, sin asumir el perfil actual y el nivel de jugadores disponibles. El colombiano no ha querido entender que en un escenario adverso de francas limitaciones, la mejor alternativa de desarrollar un futbol cumplidor y nada más, es repetir lo más posible un sistema táctico, preferentemente, con los mismos jugadores. No hay para más.
Osorio sigue rotando al equipo sin entender que el universo de jugadores disponibles en México y en el exterior es limitado. No tenemos grandes opciones y, por ende, la posibilidad de generar una competencia interna está restringida. Imposible pensar y seguir pensando en rotar excesivamente una y otra vez más.
No es malo este sistema de rotaciones, es viable e históricamente está probado como una estrategia sublime; sin embargo, para ello dependes de tener en tus jugadores personalidades francas y talento conjunto, algo que México no reivindica. No tenemos el perfil de jugadores que alguna vez tuvo Holanda en la época de la Naranja Mecánica o el Barcelona de Pep Guardiola o Luis Enrique, como para poder pensar en una multifuncionalidad de plantel ante los cambios de jugadores constantemente. México hoy está lejos de poder reivindicar esos perfiles de alta calidad y jerarquía.
México vive un mal momento. Hay emergencia en la Selección. El primer lugar de esta convocatoria y los 16 puntos conseguidos son un velo de mentira. La realidad es un problema estructural grave. No hay fundamentos deportivos concretos y cimentados en la Selección. Esto se puede desmoronar en cualquier momento. El famoso 7-0 fue un síntoma claro de la enfermedad, que por fortuna aún tiene cura.
Osorio no debería seguir jugando con un sistema de rotaciones excesivas porque ante rivales de mayor calidad, dentro de CONCACAF, los riegos de derrota se pueden volver posibles. Estados Unidos progresó en pocos meses y hoy tiene un equipo rejuvenecido, fuerte, dúctil y ofensivo. Costa Rica desde hace mucho tiempo domina un estilo de juego agradable con variantes tácticas precisas y sin rotaciones excesivas, asumiendo el perfil de equipo que tienen los ticos y maximizando sus capacidades y sus virtudes al servicio del seleccionado nacional. Costa Rica, desde un punto de vista personal, es actualmente el mejor equipo de la zona, no tengo duda.
La indecencia en todos sentidos de los “jugadores importantes”
Personalmente libero de este análisis a los jugadores jóvenes del equipo nacional, víctimas de muchas malos circunstancias. Larga vida y éxito para ellos en sus carreras; hay mucho porvenir y talento en estos jugadores. Ojalá no se quede en mera promesa.
Me voy por el resto de jugadores, los de mayor importancia, los “europeos”. La generalidad dice que México hoy se integra de jugadores “inflados”, “mediáticos”, “pusilánimes” y “mediocres”. Muchos de ellos, al saberse “intocables” –porque el sistema no te genera competencias internas– generan cofradías de protección incondicional y solapamiento y, por ello, en juegos de selección ofrecen sus peores versiones técnicas, físicas y anímicas. Perjudican su dignidad deportiva y aun así no les da vergüenza.
Es increíble la manera en cómo se esfuman condiciones técnicas de estos imberbes al momento de hacer una recepción fallida y perder una pelota, dar un pase equivocado permanentemente, perder su ubicación en la cancha, dejar de correr y luchar, derrumbarse en el suelo cuan vedetes sin estilo y llorar por cualquier contacto, o bien salir con cara y actitud de hueva y arduo cretinismo a encarar partidos oficiales, demostrando una actitud apática de poca vergüenza y ausente dignidad.
A veces uno se pregunta si de verdad estos tipos entrenan y van al gimnasio, o se la pasan en la chorcha con sus familias cuando vienen a la selección por el simple hecho de no cobrar por jugar partidos “moleros” y oficiales.
Estos jugadorsillos –que siguen siendo los mismos porque no hay más–, cuando visten la camiseta verde reivindican todos los pasajes contrarios al sentido de la verdadera cultura del futbol.Lo más increíble es que creen que pertenecen a una elite del futbol mundial (hablando puntualmente de los “europeos”), cuando del otro lado del Atlántico son de talla y reconocimiento cortos, y algunos ni juegan; y de los que juegan (puntualmente Héctor Herrera) pasan por mal momento, entendiéndose que un jugador así no debiese ser convocado. Sin embargo, acá tienen su lugar asegurado y nada les preocupa.
Luis García habla de que se necesita una revolución deportiva en selección que lo primero que haga sea auto gestionar el vestidor. Hoy, la selección mexicana (así, con minúsculas) parece un grupo de gentes que cubren su mediocridad dándole buena cara a la anarquía malentendida. No les importa rebajar su perfil profesional y volverse jugadores vulgares. Dan pena ajena.
Las consecuencias de: Supraextranjerización Mx = Selección paupérrima
Ahí están las consecuencias muy claras de una liga con equipos integrados por un rango de 6 a 14 extranjeros (Cifras del Torneo Apertura 2016). Hablar de cifras claras en México es asumir una liga de futbol profesional con 173 jugadores del exterior, de los cuales 80 son delanteros y 9 son arqueros, hablando de puestos clave. ¿Y luego nos preguntamos por qué no generamos competencia interna para la selección? ¿Y luego nos cuestionamos por qué siguen siendo los mismos imberbes e indignos?
Se derrumba México, como casi en todo, pero también en el futbol. La Liga Mx es de mediocre a mala desde cualquier punto de análisis. Los jugadores que la integran, tanto del exterior como nacionales en la generalidad, son de medio pelo a mediocres (salvo contadas excepciones).
La selección está limitada, aspira a la mediocridad y no reivindica ningún valor o plus futbolístico admirable. Ahí están las consecuencias de un modelo deportivo con miras netamente mercantiles. ¿Hay futbol entonces?, No lo sé.
La posibilidad de alternativas para la cura del problema
Hay gente importante en México. Hay que nutriste de las voces permitidas en el tema desde Manolo Lapuente, Lavolpe y algunos dueños y directivos inteligentes como Jesús Martínez y Andrés Fassi de Pachuca, e incluso de Jorge Vergara del Guadalajara, a pesar de su sui géneris perfil empresarial.
Habría que escuchar propuestas que apuesten por lo mexicano oculto y escondido, lo obstaculizado. Hay que ir por el rescate de jugadores que corren el riesgo de morir profesionalmente como pasó con David Izazola. Hay que ir por los mejores jóvenes mexicanos con hambre, deseos y energía, que aún no son víctimas del acoso salvaje de dueños ambiciosos y promotores. Solamente hay que recordar la manera en cómo Guadalajara le ganó hace 15 días al América, y hacer la analogía correspondiente de lo que te pueden exhibir 11 mexicanos desde distintos perfiles dentro de un equipo en el futbol mexicano.
Las preguntas debieran ser: ¿Sirven de algo traer jóvenes del exterior como lo hacen los Tigres, dispersándolos por otros clubes, apostando por un futuro y una inversión para ellos, olvidando al jugador mexicano? ¿Sirve de algo traer jugadores como el jugador hondureño Alberth Elis a Monterrey, ocupando un lugar que pudiera ser para un mexicano? ¿Vale más la apuesta juvenil que hace Guadalajara por sus muchachos de casa?
Tómense unos minutos para ver la entrevista que la cadena ESPN desde la conducción de José Ramón Fernández y la participación de ex jugadores como Jared Borguetti (De esos delanteros mexicanos que ya no hay actualmente, o si los hay, no los conocemos). Vergara argumenta algunos aspectos de carácter deportivo de manera muy inteligente.
https://www.youtube.com/watch?v=T5QK-84sqT8