Por Varinia de la Cruz
Foto: Varinia de la Cruz
No busco el cacao que riela en tus labios,
no busco tu sombra detrás de mi espacio,
no busco a la higuera en tus ojos claros,
no busco tu río consolando el llanto,
no busco la ausencia de tus fuertes brazos,
no, no busco tus pasos.
No busco a la iguana sobre tu regazo,
no busco tesoros en islas de encantos,
no busco quimeras, ni tus nobles lazos.
No busco tus verdes achiras en fuentes, ni lagos,
no busco tus flores, ni bravíos venados,
no busco tus listones negros cruzando mis manos,
no busco jaurías en tus días cansados,
no busco misterios, ni crucificados,
no busco tu amparo en soles amargos,
no busco tu luz, en infiernos largos.
Lejana es tu sombra,
mi faro, olvidado.
Lejana es tu estrella,
no alumbra mis cantos,
no busco tu espalda
en mis desamparos…
Busco…
Busco.. tu silencio sobre mi regazo,
busco tu mirada en mi lienzo blanco,
busco ya tu tiempo, para mí, preciado,
busco ya tus manos tocando mi árbol,
busco tu suspiro, ¡Que vuele muy alto!
Busco que mi tinta, remoje tus manos…
Busco ser consuelo,
cuando no hay humanos,.
Busco ser tus alas,
entre carcelarios…
Busco tus dos brazos
por nuestros hermanos.
Busco…
Busco…
Una vela tuya
sobre mi epitafio…
Busco ya tus pasos
en el camposanto.
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