Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Entrevista con Ramiro Padilla Atondo, autor del libro Pequeño Chairo Ilustrado.
Ramiro Padilla Atondo. Ensenada, Baja California, 1968. Es autor de los libros de cuentos A tres pasos de la Línea ( traducido al inglés), Esperando la muerte (Urbanario), Los ojos del niño (Mañana lloverá), asi como de las novelas Días de agosto (Urbanario), Historia de una ficción Breve (Mañana lloverá).
En ensayo ha publicado Poder sociedad e imagen (Urbanario), México para extranjeros (Mañana lloverá) y Hojas sin ruta (Automedicación).
Ha escrito columna de opinión para SDP Noticias, Sinembargo y Regeneración.
Anahí García Jáquez (AGJ): ¿Qué es un chairo?
Ramiro Padilla Atondo (RPA): Estaba pensando en eso. Me llamó la atención el adjetivo. Según el Diccionario del Español de México, la palabra es un sustantivo y adjetivo ofensivo, y explica que el chairo es una “persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender.
Y dije, 30 millones de votos, un activismo solidario que representa ahora sí a una sociedad más justa no debería ser un término ofensivo per se.
El lenguaje evoluciona, y lo que fue concebido con el afán de denostar se ha convertido en una marca distintiva de un movimiento que aglutina a muchos sectores sociales del país. El término chairo ha derrotado su connotación negativa y ahora muchos lo portamos con orgullo.
AGJ: ¿Cómo surgió la idea de este libro?
RPA: Justo después de regresar de Estados Unidos y en los inicios de la pandemia me puse a escribir en forma de microensayo la situación que atravesamos. Un par de amigos me dijeron que debería armar un libro con esas publicaciones.
Lo pensé un poco y tuve como título tentativo “Apuntes de la 4T”, pero no llenaba mis expectativas. Recordaba los libros de Rius, los periódicos contestatarios como el Ahuizote y vi que por ahí podría darle.
También descubrí que seguíamos en la dinámica de la cultura de la derrota histórica de la izquierda en el país. Y me di cuenta que no habíamos asimilado el tamaño de la victoria.
Después del triunfo electoral, pensé de manera ingenua que los poderes fácticos del país asumirían la derrota electoral de la misma manera que nosotros, sin recurrir a ningún tipo de violencia. Pero los ataques mediáticos se intensificaron después de la victoria en un afán de establecer una narrativa del fracaso, la cual no ha podido siquiera tocar los niveles de popularidad del presidente. Algo insólito para los tiempos que corren.
AGJ: ¿Cuál fue el criterio para seleccionar las publicaciones de Facebook que incluiste?
RPA: Me puse a revisar publicaciones de otros años. Ensayos publicados en revistas literarias y periódicos para los que escribía. El hilo conductor tenía que ser por fuerza nuestra victoria histórica, una revolución pacífica que ha servido de ejemplo de manera inédita hasta para países del primer mundo.
Hay publicaciones de Facebook, ensayos elaborados como Instrucciones para leer la televisión, hasta llegar a dosis masivas de humor negro como las instrucciones para debatir con un derechango o Jesucristo versus la mafia del poder.
AGJ: ¿Consideras que este libro es un manifiesto de una ideología o es más un divertimento?
Es primero, un recordatorio de que somos nosotros los que por primera vez en la historia del país tenemos el poder. Y no es poca cosa.
El asunto de la ideología es nebuloso, porque si bien, muchos de los principios que alimentan la 4T son de izquierda, no podemos obviar nuestra relación comercial con Estados Unidos, y debemos mantenernos en ciertos márgenes.
No se busca un socialismo, sino más bien un capitalismo con rostro humano, un gobierno que por primera vez voltea a ver a esa mitad del país que había sido olvidada históricamente. Mi libro es una constatación de esos hechos y al mismo tiempo, es un pequeño manual que explica algunas cosas.
AGJ: ¿Con qué se quedarán los lectores del Pequeño Chairo Ilustrado al terminar de leerlo?
Es un libro para reír y reflexionar. Se acabaron los tiempos en los que opinólogos millonarios que se toman muy en serio ellos mismos, tenían el control de lo que se decía y lo que se pensaba en el país.
Yo estoy inaugurando una tradición que me gustaría llamar literatura 4T. Que seamos las voces de la periferia las que digamos con un lenguaje llano lo que verdaderamente sucede en el país.
El Pequeño Chairo Ilustrado es eso. Una invitación a disfrutar del cambio histórico. Que este libro se pueda leer en algunos años con el gusto con el que se lee ahora. Sabiendo que los mexicanos estamos para grandes cosas. Y hay testimonio escrito de ello.
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