Por Armando Martínez Leal
Alicia le preguntó al gato: “Me podrías indicar,
por favor, hacia donde tengo que ir desde aquí?
Eso depende de dónde quieres llegar, contesto el Gato
A mi no me importa demasiado adónde… explicó Alicia
En ese caso da igual hacia dónde vayas, interrumpió el Gato
…siempre que llegue a alguna parte,
terminó Alicia a modo de explicación.
¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte,
dijo el Gato, si caminas lo bastante.
Carroll… Alicia y el Gato Risón.
El 19 de noviembre de 1981, el Partido Comunista Mexicano (PCM) celebró su XX Congreso Nacional, a la postre será el último congreso de esta organización política, entre los acuerdos de dicho congreso se encontraba, la creación de un frente amplio de izquierda, se trata de la fusión de las izquierdas donde participan: Partido del Pueblo Mexicano (PPM), Partido Socialista Revolucionario (PSR), Movimiento de Acción Política (MAP), Movimiento de Acción y Unidad Socialista (MAUS); inicialmente el acuerdo del frente amplio incluía al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) fundado por Demetrio Vallejo y Heberto Castillo, sin embargo las reticencias de éste último impidieron su incorporación. El frente de izquierdas dio origen al Partido Socialista Unificado de México (PSUM)
El veinteavo congreso del PCM es de vital importancia en la historia de la izquierda mexicana porque significó un giro ideológico, estratégico y conceptual del tipo de lucha que la izquierda agrupada en torno al PSUM daba, en los hechos el PCM ya se había distanciado del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y de su mandato.
Arnoldo Martínez Verdugo fue uno de los dos dirigentes comunistas que condenaron la invasión soviética en Checoslovaquia, que canceló la Primavera de Praga (1968), Arnoldo Martínez Verdugo fue el impulsor de la creación del frente de izquierdas mexicano, se trata de la visión de un ideólogo revolucionario que decidió repensar el papel del comunismo mexicano, los derroteros del socialismo y de la democracia.
La creación del PSUM implica el esfuerzo de amplios sectores de las izquierdas mexicanas por unirse en torno a la democratización de México, el camino fue sinuoso, la historia del PCM, PSUM, PMS y finalmente PRD estuvo llena de contrariedades, de enormes y casi sanguinarios debates, pero significó una de las aportaciones históricas de la izquierda a la democratización.
Octavio Rodríguez Araujo señala, que no podemos hablar de LA IZQUIERDA, es decir de una sola. En principio está la izquierda partidista, la no partidista, la de los movimientos sociales, la del movimiento urbano popular, la sindicalista, la guerrillera, la del EZLN. La historia de las izquierdas mexicanas es diversa, las izquierdas han estado presente en todos los campos de acción política de México, transformándolo.
Para Barry Carr, hablar de la izquierda, de ¿Qué es la izquierda? ¿Quiénes son los protagonistas de este relato?, es necesario abordar la historia del movimiento comunista mexicano, es decir los cimientos de la izquierda mexicana están en el comunismo, en el ideal comunista, en la ética comunista… en la praxis comunista. Es cierto, los ideales comunistas se toparon con la fantasmagórica praxis del socialismo real, los GULAG, de Stalin, del TOTALITARISMO SOCIALISTA. Pero sin lugar a dudas el principio rector de los ideales comunistas: igualdad, fraternidad, justicia… permanecen vigentes, pueden y deben alimentar la reelaboración de la respuesta a la pregunta planteada por Carr: ¿Qué es la izquierda
Bajo la praxis actual, la izquierda partidista está representada por el Partido de la Revolución Democrática y el Movimiento de Regeneración Nacional. La primera tiene sus bases en los comunistas que aportaron el registro, la infraestructura y su praxis ¿Pero qué tan comunista fue el PRD? O mejor dicho ¿fue de izquierda?, en principio su programa político se resiste a serlo, las versiones señalan que a Cuauhtémoc Cárdenas le interesaba que el PRD fuera definido como de izquierda, pero en los hechos los buenos deseos del hijo del General quedaron en ello, como también en la posibilidad misma de que el Frente Democrático Nacional, lograra por sí mismo el registro; ya que sólo reunió 148 de las 150 asambleas requeridas entonces por la ley.
El PRD necesitó el registro del PCM para lograr ser un partido, pero eso no lo hace de izquierda, no lo hace de izquierda la sede de Monterrey 50, que fue adquirida con el dinero del Partido de los Pobres; al PRD lo hicieron de izquierda, sus bases, los movimientos sociales que se aglutinaron en su entorno, los militantes que lucharon por hacerlo de izquierda y los más de 300 muertos en el salinato, sin embargo el esfuerzo duró poco, por las prácticas políticas, por la sed del supuesto líder y por el abandono de una ética de izquierda.
La historia del PRD como partido de izquierda está sellada por el 4 de marzo de 2004, cuando observamos en cadena nacional las prácticas políticas de sus “dirigentes”, René Bejarano y Carlos Imaz recibiendo fajos de billetes, del amante de Rosario Robles. Alegoría de la praxis perredista, es que su líder histórico participara en el gobierno de Felipe Calderón como encargado de las conmemoraciones del Bicentenario y Centenario de la Revolución e Independencia de México.
Como agudamente señaló don Luis Javier Garrido en política no caben psicologismos, son los hechos los que cuentan (praxis). El PRD es un partido corrupto y sin ética, donde el pragmatismo es la racionalidad imperante, no importan los medios, siempre y cuando se llegue al poder, al presupuesto. Por ello decide aliarse con el PAN para sacar al PRI de una gobernatura.
La izquierda debe ser definida por una ética, una praxis, un programa de gobierno, que en principio parte de una crítica a las actuales condiciones. La izquierda por antonomasia va en contra del status quo, pero también necesita plantear alternativas a ese orden, no basta con oponerse al PRI. En términos programáticos tanto MORENA como el PRD comparten, en sus plataformas políticas, objetivos que los hacen de izquierda: compromiso social, justicia individual y social, equidad e igualdad de género, derechos humanos, solidaridad y entre otros la honradez, sin embargo en los hechos el PRD está lejano a esos valores, sus diputados, senadores, presidentes municipales y/o gobernadores no suelen ejercer el poder bajo esos principios.
Es sorprendente como profesionistas asalariados, los perredistas juguetean en la lista de los políticos millonarios. Bejarano era un humilde maestro normalista con huaraches, que saltó a los trajes de marca, los autos de lujo y las grandes propiedades. Ya no digamos el caso de la actual dirigenta Alejandra Barrales que a pagos compra millonario departamento en Miami, sí, la misma que el pasado 8 de abril arengó en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, ante más de cien mil acarreados, que: Hay muchos que están trabajando para que le vaya mal al PRD, les quiero decir a todos esos… no se les va hacer, porque hay PRD para rato. (Reforma)
En ese acarreado mitin que acabó en trifulca, el diputado local Mauricio Toledo, que lo mismo regala despensas, tinacos, dinero al puro estilo priista, con tal de seguir en la nómina, habló: le vamos a ganar al caudillo tropical, al populismo (La Jornada) ¡Vaya izquierda! y su diputado Toledo que amenaza como porro a sus opositores. (Proceso)
¿Ideas… praxis política? al perredismo se le acabaron los principios programáticos, le queda un pragmatismo individualista… seguir en la nómina. Para ello echa mano de las críticas que la derecha hace al principal líder opositor del país: Andrés Manuel López Obrador, el ideólogo del perredismo es Enrique Krauze. Bajo la óptica programática, el enemigo del perredismo es el morenismo. ¡vaya izquierda!
¡Sí!, ¡vaya izquierda! el país se desmorona, más de 170 mil muertos en la guerra contra en narcotráfico, una desigualdad equiparable a la porfirista; cientos de fosas comunes, México un cementerio clandestino, la corrupción neoliberal impunemente camina por la calle, mientras los perredistas deciden que el principal problema de México es, el cristiano, Andrés Manuel López Obrador ¡vaya izquierda!
¡Vaya izquierda!, que frente a una aparente orfandad ideológica se cubre del manto cristiano ¡vaya izquierda!, sí, frente a la pregunta de la escritora Elena Poniatowska, que cuestionó al principal líder opositor Andrés Manuel López Obrador ¿te consideras un socialista guadalupano? El opositor respondió Soy cristiano. En la expresión amplia de lo que lo que significa el cristianismo. Soy un seguidor de la vida y la obra de Jesús Cristo. Porque Jesús Cristo luchó en su tiempo por los pobres, por los humildes, por eso los persiguieron los poderosos de su época. Lo espiaban y lo crucificaron por defender la justicia. Soy en ese sentido un creyente. (La Jornada, Astillero)
El creyente líder opositor abreva del cristianismo, combina una sui generis interpretación de la Teología de la Liberación, sin Rubem Alves, sin Gustavo Gutiérrez Merino, sin Leonardo Boff… sin don Sergio Méndez Arceo, sin don Samuel Ruiz García. El aggiornamento converso del principal líder opositor, lo desliga de la tradición de la izquierda mexicana. Andrés Manuel López Obrador no es de izquierda, como tampoco lo es el partido Movimiento de Regeneración Nacional; frente a diversos cuestionamientos sobre su definición ideológica, los voceros de MORENA han dicho que son un partido plural.
Una pluralidad pragmática donde muchos tienen cabida, empresarios conversos, panistas conversos, priistas conversos… ¡vaya izquierda de conversos!… donde los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el matrimonio igualitario, no son importantes. ¡Vaya izquierda! que recuerda a los comunistas de los años sesenta y setenta debatiendo con las mujeres y los gays sobre sus derechos… ¡vaya izquierda! que en aquellos años declaró eso una discusión burguesa… ¡Piolet! ¡Piolet! ¡Piolet! ¡Vaya izquierda! que hoy es cristiana… porque Cristo sufrió en la cruz por los pobres. ¡vaya izquierda! que no acaba de entender su papel histórico, ¡vaya izquierda! que se niega al aggiornamento.
¡Vaya izquierda! que ante la provocación de los tres libros recomienda leer a Tlacaelel, de Antonio Velasco Piña… ¡Vaya izquierda! que recomienda al autor de Regina, quien a su vez señala que es necesario recuperar la fe en la oración. (Astillero) ¡Vaya izquierda! y su candidata Delfina Gómez quien respondió lo anterior, ante la insurrecta pregunta de la periodista Katia D’Artigues: ¿Cuál libro habría puesto a leer a Enrique Peña Nieto y a Eruviel Ávila si hubieran sido sus alumnos: Tlacaelel. ¡Vaya izquierda! que ya no piensa en Carlos Fuentes, don Ermilo Abreu Gómez… o ya de perdis en Monsiváis (amigo intimo del cristiano opositor). ¡Vaya izquierda!… que nos quiere poner a rezar. ¡Vaya izquierda! sus conversos y sus millonarios perredistas.
¡Vaya izquierda! que sólo quiere andar, rezar, ganar… sin importar a dónde ir.