Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Rancho Las Chinitas, Tlalpan, Ciudad de México. 9 de diciembre de 2005. Israel Vallarta y Florence Cassez son detenidos acusados de ser líderes de una poderosa banda de secuestradores llamada “Los Zodiacos” en medio de un operativo, en el cual también son liberados tres rehenes.
Dicho acontecimiento es televisado en vivo, pero tiempo después de su transmisión, surgen dudas, tanto de su veracidad, como de la culpabilidad de los sospechosos.
Esto llevará a una serie de investigaciones que, hasta la fecha, van revelando verdades por demás incómodas.
Una novela criminal es un trabajo del reconocido escritor mexicano Jorge Volpi, quien nos presenta un ejercicio muy interesante: es a ratos un texto de ficción pero basado en un hecho real.
Para ello recurre a fuentes tales como testimonios, expedientes, entrevistas, notas de prensa escrita y electrónica, así como a su propia pluma para poder establecer una secuencia de hechos que lleve a la total comprensión y esclarecimiento de lo que verdaderamente sucedió.
El autor intercala relatos de otros casos para intentar llegar hasta el fondo de la situación, recurriendo a los antecedentes familiares y sociales de los involucrados (la vida de Florence Cassez en Francia, por
ejemplo).
Volpi también emula un poco el estilo de A sangre fría, de Truman Capote. El autor noveliza un poco la historia al momento de presentar diálogos de los personajes involucrados y para recrear momentos que no se dieron a conocer al público, o que probablemente ni siquiera sucedieron, por lo que recurre al recurso de la conjetura y hasta la imaginación.
Este texto sirve como una excusa para exponer una vez más la podredumbre del sistema judicial mexicano: la fabricación de delitos, la plantación de evidencias, la manipulación de testigos, las lagunas legales en las que se apoyan las autoridades para hacer más tardados y complicados los procesos.
Además, el papel que juegan personajes influyentes y poderosos al momento de la impartición de justicia (el caso de Eduardo Margolis, cuya presencia se antoja siniestra desde que aparece en los primeros capítulos), además de plantear el conflicto diplomático en el que se vieron inmiscuidos los gobiernos de México y Francia debido a las condiciones en las que se llevó a cabo la detención de Florence Cassez, así como su presunción inmediata de culpable, por lo que el entonces presidente Nicolás Sarkozy se vio en la imperiosa necesidad de intervenir para liberar a su connacional.
Asimismo, se abre una ventana para entrar al mundo de los medios de comunicación y así comprobar el porqué se les conoce como el cuarto poder.
El lector se convierte en un observador del fenómeno que se da cuando una televisora se pone al servicio de los altos mandos policiacos y se convierte en
hacedor de montajes en busca de rating y otras muchas recompensas.
Una novela criminal atrapa desde un principio. Aún y cuando es mucho el manejo de la información, Jorge Volpi va construyendo una historia a la que le va incorporando datos, pero que jamás se vuelve pesada sino todo lo contrario.
El suspenso se va incrementando al avanzar la lectura y se convierte en una especie de thriller, por lo que en momentos el lector podría sentir que está frente a una novela policiaca y perder de vista que todos los personajes son reales y que los afectados que viven aún con secuelas de los secuestros y las torturas son personas como cualquiera de nosotros habitando aún en un país tan bello como surreal.
Una novela criminal. Jorge Volpi. 2018. Editorial Alfaguara.
