Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell
Santiago de Chile. Primavera de 1986. La Loca del Frente, un homosexual ya entrado en años, llega a vivir a un barrio pobre. Ahí conoce a Carlos, un chico que le ayuda a mudarse y que a la vez le pide que le guarde unas cajas.
Sin saberlo y sin quererlo surgirá una historia de amor entre ellos.
Tengo miedo torero es un trabajo del escritor chileno Pedro Lemebel. Fue también la única novela que realizó, puesto que su trayectoria literaria, la cual combinaba con el activismo, se basó más en la elaboración de crónicas.
En esta ocasión, sitúa su trabajo en el contexto histórico en los tiempos
de la dictadura de Augusto Pinochet y nos cuenta acerca del enamoramiento de un travesti y un integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), una organización guerrillera cuyo objetivo era derrocar al régimen pinochetista.
Pero el autor no sólo se conforma con ubicar su relato en esa época, sino que incluye al mismo Pinochet y a su esposa, Lucía Hiriart, como personajes de su libro, así como su relación dentro de una trama paralela que se termina intercalando con la principal, abordando también el atentado sufrido por el dictador y metiéndolo a este relato.
Todo ello contado por un narrador en tercera persona, quien nos describe los pensamientos y los sentimientos de La Loca, quien es la protagonista, pero también los de Pinochet, en los fragmentos correspondientes a su parte de la historia.
El autor plasma a la perfección en las páginas de su obra la marginación y la represión sufrida por los integrantes de la comunidad LGBTIQ+ a manos de la dictadura, pero a la vez cómo se las arreglaban para hallar el gozo y la alegría en medio de ese ambiente y, sobre todo, cómo es que el amor puede surgir en medio de circunstancias tan adversas.
La Loca es un personaje por demás entrañable, lo cual hace más fácil la creación de empatía del lector hacia ella, puesto que es un ser que vive con orgullo de sí misma y que ama la vida, la música y a las personas, se divierte y, sobre todo, que se deja llevar por el amor que siente por Carlos, un joven cuyas intenciones serán reveladas a lo largo del texto, pero no de inicio ni del todo a La Loca, quien lo ayuda aún y cuando no tiene muy en claro de qué va él.
La Loca posee esa ansia de libertad, pero a la vez tiene que recurrir a la clandestinidad para encontrarse con su hombre, y es gracias a él que adquiere una conciencia política, mostrando así la evolución que todo ser humano experimenta a lo largo de su vida.
A la par, se nos presenta una versión (que podría ser la real o no) del matrimonio Pinochet Hiriart, que plasma a la perfección la situación de varias mujeres, no sólo en Chile, sino en América Latina, en la que las esposas son un mero objeto decorativo sometidas a la voluntad de sus esposos y se limitan sólo a acompañarlos.
Y, en el caso de Lucía, a contemplar los efectos de la dictadura en su país, mientras que ella sólo se esfuerza en darse la gran vida, todo ello retratado de una forma por demás cómica y hasta caricaturesca, con todo el afán de burlarse de ellos.
Tengo miedo torero es un libro con un lenguaje a ratos fuerte y crudo, pero que la mayor parte del tiempo es recargado en detalles y descripciones de personas, momentos y lugares, ya que Lemebel era todo un poeta.
El lector no podrá evitar caer bajo los encantos de La Loca, con su dignidad y
con su brillo y que, aunque se lamenta de su pasado, disfruta su presente y ve el futuro con la esperanza que sólo tienen esos seres especiales y mágicos, como ella.
Tengo miedo torero. Pedro Lemebel. 2001. Editorial Seix Barral.
