Temporada de huracanes: furia y rabia en la costa

Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell

En el pueblo de La Matosa, un grupo de niños se encuentran con un cuerpo que flota en un canal de riego. Ese cadáver es el de La Bruja, un personaje temido y respetado dentro de la comunidad.

Alrededor de ella hay varias leyendas pero también varios hechos que involucran a diversos pobladores que tuvieron poco o mucho que ver con ella.

Temporada de huracanes es un libro de la escritora mexicana Fernanda Melchor, quien gracias a éste se hizo acreedora a varios premios, no sólo nacionales, sino también internacionales.

Y es debido a su estilo tan particular de contar su historia, que en este caso posee una estructura no lineal y cuenta la mayor parte del tiempo con un narrador en tercera persona, quien nos va presentando a los personajes que conforman un microcosmos en el cual todos están relacionados con La Bruja y, a la vez, entre sí. 

El texto consta de ocho capítulos, de los cuales el primero y los dos últimos son cortos, mientras que los cinco restantes son muy largos, puesto que el desarrollo de la trama se da conforme el lector conoce a estos seres a profundidad.

La lectura de esta novela equivale a un viaje en una montaña rusa, donde la velocidad sería la constante y en donde siempre se va hacia arriba, además de que estamos ante uno de esos casos en los que el lector no suelta el libro o, más bien, el libro no suelta al lector. 

Este fenómeno se debe, sin duda alguna, a la forma en la que está escrito, ya que son bloques de texto sin muchos signos de puntuación, redactados como si la autora tuviese demasiada prisa por contarnos qué va sucediendo, por lo que en momentos se llega a experimentar una especie de ansiedad y la atmósfera claustrofóbica del pueblo donde se suscita la acción se siente en instantes. 

Y la temática contribuye demasiado a ello, puesto a que los personajes se hunden cada vez más en su miseria y van perdiendo la esperanza de un futuro mejor, lejos de la realidad tan tremenda en la que viven y que los aplasta. 

En este universo, los cuerpos son meros instrumentos de placer y están a la venta para el mejor postor; la dignidad no existe, las familias están desintegradas, las personas se mienten a sí mismas y a los demás, negando lo que son y lo que en verdad desean y, sobre todo, son capaces de escapar, mentir, robar, abusar y hasta matar para lograr sus fines. 

La desesperanza está presente, al igual que la pobreza material y espiritual, además de las supersticiones que son producto de alimentar durante años mitos alrededor de La Bruja y su madre, quienes son facilitadoras de muchas de las conductas en las que incurren los habitantes de Villagarbosa.

Temporada de huracanes es un texto crudo y brutal por el realismo plasmado en sus páginas. 

El lenguaje es coloquial y a ratos soez, por lo que podría incomodar a uno que otro lector, pero que se hace necesario para plasmar la misoginia, el machismo, la homofobia, la prostitución y la corrupción en todos los niveles, así como la degradación de sus personajes, todos ellos tan bien delineados que encajan perfecto en este texto arrasador de innegable calidad.

Así, al avanzar la lectura, esta historia se va abriendo como las capas de una cebolla para revelarle al lector todo lo que necesita saber para que, además de descubrir el misterio del asesinato, pueda comprender la complejidad de esta comunidad que se encuentra en una condición moral de descomposición, ese mismo estado que hace que el cuerpo de La Bruja pueda flotar en el agua.
Temporada de huracanes. Fernanda Melchor. 2017. Editorial Literatura Random House.

Related posts