Por Rivelino Rueda Al cuarto día, las ratas empezaron a salir para morir en grupos. Desde las cavidades del subsuelo, desde las bodegas, desde las alcantarillas, subían en largas filas titubeantes para venir a tambalearse a la luz, girar sobre sí mismas y morir junto a los seres humanos. Albert Camus/La peste Hojarasca gris. Barro petrificado. Alquitrán moribundo. Las dunas de argamasa y ramas secas se acumulan debajo de una decena de autos abandonados y forman figuras espectrales. Los gatos callejeros se regodean en esas islas de barro con la…