Racismo y desigualdad, en el núcleo de las protestas en EU por muerte de Floyd

Por Redacción Reversos

En el núcleo de las protestas por la muerte de George Floyd –luego de haber sido sometido por un agente policial–  están la discriminación y la enorme desigualdad prevalecientes en las zonas marginadas de las grandes urbes de Estados Unidos, habitadas por comunidades negras e hispanas, subrayó el doctor José Luis León Manríquez, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El racismo –un elemento de carácter estructural en ese país– y la polarización social –en aumento los últimos 30 años– generaron una sociedad profundamente desigual en la que alrededor de 30 millones de personas –cerca del 10 por ciento de la población– no tienen acceso al sistema de salud.

Una familia pobre del primer decil del total de estadounidenses tiene un ingreso anual de 14 mil 624 dólares, en tanto que una del uno por ciento de esa sociedad percibe 476 mil dólares al año, ejemplificó el investigador del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco.

Antes de la pandemia del coronavirus COVID-19, se registraban entre 30 mil y 90 mil fallecimientos por carencia de servicios sanitarios esenciales, lo que convirtió a la nación vecina en la única de las desarrolladas y con altos ingresos sin cobertura universal.

Además, con la contingencia perdió entre 20 y 40 millones de empleos y han muerto más de cien mil hombres y mujeres, casi el doble de los soldados estadounidenses caídos en la guerra de Vietnam.

Con un coeficiente de Gini –que cuantifica la desigualdad en ingresos– de 42 por ciento, cercano a 48 por ciento que tiene México, donde la riqueza está en muy pocas manos, “presenciamos una especie de latinoamericanización de Estados Unidos, ya que la distribución de las percepciones se está haciendo cada vez más regresiva, afectando en particular a las minorías étnicas”.

La concentración del capital ocasiona que sólo el sector más adinerado reciba el beneficio de la universidad, un sistema no público ni gratuito cuyo costo por estudiante oscila entre 40 mil y 80 mil dólares anuales.

Detrás de la muerte de Floyd, el pasado 25 de mayo, hay una serie de aspectos sociales acumulada que ahora tiene un catalizador, por lo que las protestas efectuadas desde esa fecha son comparables con aquellas de la década de 1960 en Detroit, por abusos contra el sector afroestadounidense, o las de 1992, en Los Ángeles, California, contra la golpiza propinada por agentes del Departamento de Policía a Rodney King.

En las manifestaciones realizadas en semanas recientes en 70 ciudades del país vecino han participado, tanto anglosajones como hispanos para denunciar el alto desempleo, entre otros problemas no ajenos al discurso polarizante del presidente Donald Trump, quien representa un peligro para el sistema político estadounidense y ha sido hostil a los inmigrantes e ignorante de las circunstancias adversas que padecen las minorías raciales, expuso el especialista.

El planteamiento del jefe de la Casa Blanca en el sentido de militarizar el territorio y establecer censura abierta a las redes sociales busca imponer un modelo autoritario que le otorgue mayores poderes, pero “por fortuna existen contrapesos en las calles y en el propio sistema político”, como han mostrado los gobernadores de Nueva York, Illinois y California.

“El mandatario tiene una personalidad narcisista y si por él fuera se avanzaría hacia un régimen tiránico” y castrense que propiciara el uso de la fuerza pública para controlar las marchas masivas en las calles.

Las demostraciones multitudinarias han mermado la popularidad de Trump, que pasó de 54 a 51 por ciento, aunque mantiene el apoyo de su base social dura, por lo que sigue siendo un candidato competitivo para las elecciones del próximo 3 de noviembre, no obstante la antipatía de la mitad de los ciudadanos, “por descabellado o ilógico que parezca a quienes estamos observando los sucesos desde afuera hay una cantidad considerable que lo siguen apoyando”.

Desde su origen, Estados Unidos estableció un régimen democrático, pero también negó muchos de los derechos políticos y civiles a los afrodescendientes hasta los años 60 del siglo pasado, cuando surgieron movimientos de reivindicación de esas garantías, en especial los encabezados por Martin Luther King o las Panteras Negras, recordó León Manríquez.

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