Morena gobierna Milpa Alta por primera vez; Judith Vanegas rinde protesta como alcaldesa

Por Guillermo Torres

El viernes 1 de octubre rindió protesta como alcaldesa de Milpa Alta, Judith Vanegas, quien hace tres años prácticamente ganó la elección, y fue víctima de un rotundo fraude por el anterior titular de dicha alcaldía y su fórmula de origen “político”. 

Pero, hoy luego de tres años de haber sufrido tal descalabro antidemocrático, se levanta con el triunfo como exponente de las bases de Morena que, además de fundar el partido han caminado y conocido en campo el territorio, le han tomado el pulso a las demandas y necesidades populares de una región de la ciudad que re cobra particular importancia, no solamente por la herencia cultural e identidad que aún palpitan a flor de piel de manera cotidiana.

Esto es la antesala y parada obligada para establecer nuevos esquemas de gobernabilidad y participación ciudadana; en temas relevantes de corte social, productivo y económico que se enfoquen en rasgos viables que emanen de nuestro antiguo modo de organización ciudadana. El aprovechamiento del uso de suelo como artífice de una mayor productividad agraria siendo esta, buena parte del territorio rural que comprende la Ciudad de México.

El gran reto que asume la doctora Vanegas es la integración de su gobierno y los objetivos de la Cuarta Transformación, ya que el presidente de México ha consolidado dicha fórmula es la primera vez que se gobernará esta demarcación, con el ingrediente adicional de tener nuevamente la diputación local. 

A lo que la expectativa de la fórmula es un trabajo legislativo en conjunto y consonancia con los objetivos del gobierno de Vanegas Tapia, y sobre todo con las expectativas del pueblo milpaltense.

Mucha polémica ha causado en las bases de Morena el éxodo cuasi intrusivo e invasivo de individuos que poco enfoque, espiral y planteamiento político pudieran tener como línea progresista y liberal. 

No obstante, también es cierto que las ausencias de criterio internas de algún modo debían cubrirse, esperando no sea con una ausencia y carencia mayor. 

Es quizá el punto de retorno e inflexión, la coyuntura de un paradigma cuyo momento de la verdad ha llegado. Demostrar en los hechos que se tiene por soberano al pueblo y con la mejor disposición de servir y complementar el esfuerzo del gobierno actual,

respetar su soberanía y autodeterminación como equipo propio y autónomo y, sobre todo, respaldar con las acciones legislativas precisas, necesarias y consecuentes para que todo asiente como engranaje de un reloj, preciso y en sincronía.

Temas como el agua, la protección de los bosques, el aprovechamiento del potencial productivo de estas tierras y la inclusión de un esquema social popular que reactive dicha producción, así como la inclusión cultural en un esquema plural que consolide a esta comunidad y sus pueblos originarios como referente de desarrollo y organización en la Ciudad de México como un nuevo esquema referente ante los retos frente a los que se encuentra esta gran urbe.

El saneamiento de las finanzas públicas como punto importante en el combate a la corrupción será constante en consonancia con la 4T, ya que en años anteriores dicha demarcación fue utilizada para el desvío de recursos de la controversial y sonada «Operación Zafiro», incluso guardando cierta espiral ascendente en años recientes por medio de operadores políticos a modo. 

Tema que, con la llegada de la Cuarta Transformación a Milpa Alta, no solamente será interrumpido, sino que se asentarán las bases de una transformación que tanto el pueblo milpaltense como su nuevo gobierno y las bases de apoyo de dicho movimiento esperan el respaldo y congruencia de todos sus actores políticos y de su respectiva gestión en el Congreso de la Ciudad de México.

En un momento en el que la necesidad más apremiante en el espectro político es sumar y unificar criterios en convergencia y sinergia. 

Comienza este periodo de gobierno, que sea reflejo y eco de la línea política del gobierno central de esta ciudad y sus políticas sociales enfocadas a los pueblos originarios y su integración complementaria en el macro entorno que le de la fuerza social y política, así como el reconocimiento de su potencial organizativo y orgánico como parte fundamental de un colectivo, de un movimiento que conserve el alma, mística y dinámica de un partido fundado desde sus bases por, con y para el pueblo.

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