La pesadilla de la extorsión telefónica en México

Por Fernanda Figueroa Castellanos

“¡Venimos huyendo!”, fueron las primeras palabras que pronunció Pedro. Margarita, sentada a un costado de él, bajó la cabeza y cruzó la pierna.

Pedro y Margarita son una pareja residente de Chihuahua, específicamente de Ciudad Juárez, la cual, según el ranking realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, fue la ciudad más violenta del mundo del 2008 al 2010.

La vida de la pareja es rutinaria y tranquila. La jubilación ha ayudado a que vivan de una manera acomodada, sin lujos, pero cómoda. Su máximo en la vida es su nieto de seis años, por lo que, cada que lo llevan a su hogar, se encargan de consentirlo y aprovechar el tiempo que tienen con él.

Un par de llamadas cambió el rumbo de esta pareja. Cinco días antes de huir, un número desconocido llamó a su casa y Margarita contestó. Buscaban a Pedro, sin embargo, él no se encontraba.

Tres días después, el mismo número marcó a Pedro. La voz de un hombre pronunció que era “un comandante del Cártel…”. Pedro colgó y aceleró el paso para llegar a casa. Mientras iba en camino, le habló a Margarita y le dio indicaciones de que se encerrara y no le abriera a nadie.

Las extorsiones telefónicas son muy conocidas en México como forma de violencia, sin embargo, el secuestro y los homicidios ligados al narcotráfico son las formas más comunes de ganar dinero en el estado de Chihuahua.

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Al llegar Pedro a su casa lo primero que hizo fue cerrar todo con llave y descolgar el teléfono de la casa. Minutos después su celular recibió varios mensajes de texto con amenazas en contra de Margarita si Pedro no seguía instrucciones.

Lo que más los aterrorizó fue que el número desconocido escribía datos personales de ellos, la dirección de su casa, algunas características de sus pertenencias y hasta nombres de conocidos de ellos.

Según la página www.mexicodenuncia.org, de septiembre del 2008 a diciembre del 2009 se intentaron 6 mil 179 extorsiones por día. Asimismo, se ha detectado que empleados que tienen acceso a solicitudes de crédito para autos o inmuebles, suelen pasar datos a extorsionadores.

Apagaron el celular y esperaron impacientes hasta la madrugada. Ya tenían maletas listas. Agarraron su automóvil y salieron. Margarita iba agachada, mientras Pedro manejaba paranoico volteando a todos lados “para ver si lo seguían”.

Se fueron a un hotel cerca del aeropuerto para poder dormir un poco. Buscaron vuelos por Internet, sin embargo no había para esa misma noche. Sólo a la tarde siguiente podrían irse a la Ciudad de México.

Después de casi no dormir, Pedro habló con un abogado para saber qué es lo que tenía que hacer en estos casos.

–¿Le hablo a la policía?

–No, nombre, esos luego son los que lo hacen, mejor sí vete.

Debido a este tipo de información y corrupción conocida, se denuncia una de 4 mil 500 extorsiones ante el Ministerio Público.

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Las horas para esperar a que saliera el avión se les hicieron eternas. Fueron a un restaurante y Pedro no quitaba la mirada de la puerta. Pendiente por si alguien venía.

Dos días después están contando esto en la Ciudad de México. Ya cambiaron su número celular y se les ve un poco asustados. Dicen que estaban peor ese día. Alguien por ahí comenta que “eso siempre pasa”, que “luego son los que están en la cárcel”.

Y es cierto, al menos 916 bandas de extorsionadores operan en los distintos penales del país, donde 15 de las más activas son de penales de la Ciudad de México.

Pedí que me mostraran el número telefónico de donde recibieron las amenazas y lo busqué en Internet. La lada es de Tijuana y se puede encontrar información de otras personas quienes aseguran que es un número extorsionador, que “a eso se dedican”.

El reporte más antiguo que se tiene de ese número es de enero de 2016 e indican que son más de 10 extorsiones que han realizado.

Según el Consejo Ciudadano, sólo el 1 por ciento de las extorsiones se consuman. Asimismo, el modus operandi más utilizado durante el 2015 fue la amenaza de secuestro de un familiar y de un supuesto integrante de un cártel delictivo.

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Pedro y Margarita siguen en la Ciudad de México a una semana de lo ocurrido. Ya más tranquilos. Mandaron a alguien a revisar su casa y les comentaron que está en perfecto estado. En unos días regresarán con la esperanza de que sólo sea una extorsión no concluida.

Ellos venían huyendo porque les dijeron que la autoridad tal vez esté involucrada, sin embargo existe el número 5533-5533 para denunciar este tipo de violencia y una aplicación para dispositivos Android llamada “No Más Extorsiones Telefónicas”.

Para más información es prudente consultar la página www.mexicodenuncia.org donde se tienen cifras y datos de modalidades de extorsión.

*Los nombres fueron cambiados y las fechas exactas no fueron mencionadas por motivos de seguridad ante las víctimas.

 

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