La explosión huachicolera en las redes sociales

Texto: Verónica Maldonado*

 

«Se lo merecían» «Ellos se lo buscaron» «Malditos ladrones» «Ojalá más ratas mueran así!

¡Cuánto encierran de transfondo estos, ahora, lugares comunes !

 

Y es que este tipo de frases, con toda su simpleza y ausencia de reflexión, terminan siendo una suerte de posicionamiento moral de una porción grande de la población.

 

Quienes las dicen, parecen sacudir las manos quitándose el polvo de la obligación de pensar… se deshacen de la responsabilidad de decir o hacer algo que abone a la solución o a la reflexión.

 

La frase es su posición moral, su suerte de mínimo manifiesto personal que, en el justo momento del suceso, sirve no de válvula de escape, sino de basto agujero abierto a cincelazos para que las más turbias ideas salgan a chorros y desaten el fuego en las redes.

 

Esas y otras frases llenas de apatía (versus empatía) vienen desde ese pensar condicionado por un sistema que todo lo tasa a la luz del dinero.

 

El enemigo del capitalismo, que funda su sistema de valores morales en el trabajo (honrado o no, casi siempre desalmado) contra lo que se piensa, no es el ladrón. Es el pobre que vive en sus lindes, es decir el pobre al que no puede explotar pero que, además, al no formar parte de su red de explotación, no está en posibilidades de consumir lo que su industria genera y encima, ocupa tierra, bosques, montañas, etc.

 

Leo comentarios de personas de clase media y media baja, que dan por sentado que quienes murieron eran, moralmente, inferiores a ellos y que, por lo tanto pueden (y deben) extemar su más bajo sentir sin temor a ser juzgados de poco empáticos y crueles. El sadismo y la psicopatía son las personalidades estrella de un sistema despiadado: el pobre merece ser exterminado por pendejo.

 

Pareciera que cualquier lugar desde donde estén los opinantes (lejos de la explosión ) los pone a salvo y los hace mejores: su trabajo, su cuenta en el banco, sus tres estoicas horas de espera en la fila de la gasolinera. Y avalan, lo que creen reflexión, en esa superioridad moral de ser trabajadores, patriotas, apoyar a AMLO, no apoyar a AMLO, ser panistas, ser apolíticos, ser honrados, ser automovilistas afectados,etc. pero siempre, ser mejores que ellos, los otros…

 

Hay un sistema que nos ha educado para revictimizar a la victima, así que dejar de juzgar a los muertos y reflexionar lo acontecido podría ser una manera de destrabarnos del mismo.

 

Opinar con los lugares comunes de la crueldad y la apatía (incluyendo los memes) solo pone de manifiesto que la podredumbre que se adjudica a las acciones del otro tiene lugar, ocurre también en nuestros pensamientos…. y entonces ese accionar que criticamos con tanto desprecio se vuelve nuestro propio accionar en los oscuros ductos de las redes sociales.»

 

Verónica Maldonado [Carrasco] es una dramaturga, actriz, guionista, docente y directora de teatro. Estudió Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras ffyl (unam). Profesora en la Escuela Nacional de Arte Teatral enat (inba).

Ha obtenido varios premios por parte de tv unam, La Jornada, la Secretaría de Educación Pública sep, el Instituto Mexicano de Cinematografía imcine, el Gobierno del estado de Yucatán y Universitas, entre otras instituciones.

 

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