Por Víctor Del Real Muñoz
Es preciso decir que el equilibrio de la mente, algo que prácticamente a la humanidad entera nos cuesta demasiado lograr, más en tiempos modernos de suprema robotización de conciencias y digitalización de la vida, es un elemento estelar en cuanto a la armonía personal, la relación con los demás y el entorno en una medida de cabal plenitud.
Y, por supuesto, para manifestar una salud digna y completa en cuanto a la administración emocional de sensaciones, síntomas y dolencias que, antes que otra cosa, se expresan a modo de somatizaciones en la mente humana, que no son otra cosa más que interpretaciones mentales de una realidad adversa.
Ahora bien, si uno hace una revisión de orden cultural y de visión del mundo, podremos ver que la humanidad entera tiene secuestrada su mente a causa de una concomitancia entre agendas globales ocultas e invisibles.
También, un sistema económico de explotación económico y energético y una lógica de programación de conciencias a partir de tentaciones culturales, ideológicas, de mercado, de modas, de ritos, de tendencias y de costumbres, que distraen de lo esencial al ser humano, lo cual es vivir, ser, amar, a plenitud, con libertad, con ecuanimidad, observando siempre la rutina de su mente y más no dejándose llevar por ella, algo que se logra siendo consciente de que el drama humano empieza por la mente.
En ese sentido, ante la incapacidad del sistema de ofrecerle herramientas de ligereza y de purificación de la mente al ser humano, o quizás planteando que también el SISTEMA DE DOMINACIÓN VIVE A TRAVÉS DE SOMETER LA MENTE DEL SER HUMANO PROMEDIO, se vuelve indispensable, SIEMPRE EN APEGO AL LIBRE ALBEDRÍO y la SOBERANÍA VOLUNTARIA DE CADA UNO, el empleo de recursos meditativos en PRESENTE, que le provea a la persona del regreso al momento, al aquí y al ahora, que se vuelva consciente de su momento presente, sin proyectarse al pasado y al futuro, sin dejarse llevar por el ego fragmentario que lo saca de unidad y de su momento presente, con tal de devolverse un poco de pequeños instantes de gozo y felicidad ante tanto derroche adverso de energía emocional.
Yo le pido que usted que se pregunte si el mundo que usted observa, más allá de pertenencias ideológicas y de convicciones materiales de vida, tiene respuesta en una lógica de sumisión de su mente, donde usted, a través de su mente inconsciente en sus momentos de vigilia, cae rendido ante toda una lógica SISTÉMICA de programas culturales, valores, tendencias, modas, ritmos de compra, un sistema económico dominante, tentaciones sexuales, tentaciones materiales, tentaciones de modas, sonidos, parafernalias y demás que a usted le distraen de las pequeñas cosas que a usted le alcanzarían para sentirse feliz, o al menos satisfecho en su vida, pleno, contento, feliz, en equilibrio y con una salud multidimensional de primer nivel en su momento presente.
Juzgue usted su mundo. Así honrará un acto meditativo altamente crítico y anti sistémico, tan necesario en el mundo moderno.
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