La alfabetización digital, una herramienta en favor de la igualdad de género

Por Redacción Reversos

La violencia contra las mujeres en los espacios socio digitales –un fenómeno que puede generar ansiedad, depresión o aun suicidio– es un concepto en construcción que apenas empieza a considerarse en el marco jurídico de México, expuso Lilia Raquel Ramírez Salgado, académica de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

En la 11ª Semana de la cultura digital, realizada la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que las agresiones abarcan desde publicaciones de fotos, videos o chats sin el consentimiento de la persona, hasta prácticas mucho más abusivas y ofensivas, debiéndose tomar en cuenta la intencionalidad, la acción o la omisión para determinar si es una forma de intimidación y/o de sometimiento.

Ante esto es preciso dar un enfoque socio digital a las prácticas que se llevan a cabo en las plataformas electrónicas, en las que la alfabetización digital supondría ser consumidores responsables y críticos, algo que lamentablemente no siempre se cumple, dijo la doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ello propuso realizar un análisis cualitativo de los usos y apropiaciones que hacen varones y mujeres a partir de la tecnología, debido a que la generación de información en el ciberespacio conlleva una responsabilidad no siempre asumida.

Las tecnologías de la comunicación también permiten aglutinar expresiones y demandas femeninas alrededor de mundo, como ha sucedido en los últimos tiempos, por ejemplo, con los movimientos feministas internacionales que se han valido de hashtags para levantar la voz, uno muy significativo es el #NiUnaMenos, cuyo origen viene de una frase acuñada por Susana Chávez Castillo.

Asesinada en 2011, la poeta originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua, y defensora de los derechos humanos creó la frase “Ni una muerta más”, que luego se retomó para las luchas en contra de los feminicidios.

Un homicidio ocurrido en Argentina desató el movimiento Ni una menos, con una primera marcha el 3 de junio de 2015 en ese país que se fue extendiendo por el mundo con ese hashtag como bandera y en México fue retomado con una frase más positiva: Vivas las queremos.

Ramírez Salgado puntualizó que el uso de esos instrumentos ayuda a posicionar los discursos y no interviene directamente el saber tecnológico, sino la estrategia de las frases; la herramienta de lo digital los replica inmensamente, pero la creación original, el cómo se dice para que tenga impacto, requiere de otro tipo de habilidades.

Resultó “significativo el cambio de frase que se hizo desde los feminismos en México para afirmar la vida, porque frente a la violencia cada vez más normalizada en este país tenemos que crear narrativas para reafirmar la vida y organizarnos como colectividad”, expresó.

Desde los años 60 del siglo pasado se inició un análisis desde la perspectiva feminista sobre los medios de comunicación, pero tuvieron que pasar más de 30 años para que hubiera un reconocimiento oficial, añadió la experta en derechos humanos de mujeres.

En los medios tradicionales de comunicación se siguen reproduciendo estereotipos; las mujeres no están en los consejos de administración tomando decisiones ni participan, en la mayoría de los casos, en la producción de contenidos.

Las Naciones Unidas han organizado cuatro conferencias mundiales sobre ellas realizadas en la Ciudad de México, en 1975; en Copenhague, Dinamarca, en 1980; en Nairobi, Kenia, en 1985, que fue relevante porque se centró en los derechos sexuales y reproductivos, y en Beijing, China, en 1995, que marcó un punto de inflexión trascendental para la agenda mundial de igualdad de género.

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