Karenina Díaz Menchaca
ANTECEDENTES
Desde hace tres años me diagnosticaron una enfermedad autoinmune, muy rara, de nombre extraño del que no estamos familiarizados, se llama IGg4. Misma que hasta hace algunos años la conocían sólo como pancreatitis, ya que varios pacientes debutaban con severa pancreatitis antes de que fueran siquiera diagnosticados con IGg4. Aclaro que la pancreatitis no significa que sea IGg4. La IGg4 es multisistémica y puede lesionar a varios órganos, siendo los más afectados páncreas, glándulas salivales, glándulas lacrimales, ganglios linfáticos, retroperitoneo y riñones. En otras palabras, nada alentador el panorama.
Desde entonces me he dado a la tarea de investigar qué puede ayudar a elevar mi sistema inmune, sobre todo porque este mismo es quien me ataca. Si ustedes se preguntan el origen, nadie lo sabe. La gran pregunta es por qué o de dónde. La ciencia médica tampoco lo sabe. He leído, sin embargo, hipótesis sobre una mala alimentación desde la infancia, sobredosis de medicamentos, poca calidad de vida, vicios, entre otros factores. Quizás en alguno de estos he estado en algún momento de mi vida, sabiendo de antemano que la alimentación es la base de todo, pero además agregaría el estrés y hasta lo emocional.
En esa búsqueda me he topado con: chamanes, limpias, curaciones, rezos, budismo, yoga y hasta píldoras de valemadrina pura. Toda esta mezcla confunde y desgraciadamente siempre te encontraras con charlatanes, pero nunca será suficiente si no comienzas por la aceptación. Recuerdo a la doctora Juárez , oftalmóloga, quien me hizo una biopsia en el párpado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), donde soy paciente actualmente, quien me hizo reflexionar con esta frase: “No te preguntes por qué te pasó, sino para qué”.
Así pues, a pesar de mi escepticismo en varios asuntos que van desde lo religioso, mítico, popular y hasta médico, he tratado de abrirme a otras posibilidades con la llamada ‘medicina alternativa’. Una decisión que no siempre es la acertada si dejas de lado totalmente la ciencia. Me siento muy afortunada de ser paciente de una institución como el INCMNSZ, pero y ahí viene el pero, no dejo de buscar, preguntar e investigar.
Sin dejar mis medicamentos, ni mis citas médicas, ni los estudios de laboratorio que cada cierto tiempo debo hacerme –porque dicho sea de paso, me encanta ir al INCMNSZ , tan bonito, limpio, con un trato respetuoso, profesional, médicos guapos y altamente calificados, además de un muy buen café- también pruebo un poco de todo, desde yerbas, suplementos como el Immunocal (un excelente producto rico en antioxidantes y que ayuda a la glutation), colágeno hidrolizado, ajo, agua de alpiste, jugos de verdura verde, en fin. Dirán: “Esta loca se toma todo a lo bestia”, pues no, no hago un coctel en mi estómago cada día, en tres años he podido perfectamente ir viendo qué me mejora y en dónde. Aquí es donde entra el para qué: con la yoga llegó la meditación a mi vida y con ello, aprender a escuchar mi cuerpo.
- ¿QUÉ ES EN REALIDAD EL DIÓXIDO DE CLORO
Pero este año 2020, llega a nuestras vidas la Covid-19. Entré en pánico al principio, porque sabía que yo era del sector vulnerable así que me puse a ver videos para entender más esta nueva enfermedad y sus efectos. Al principio todos éramos ignorantes de exactamente qué era y cómo nos afectaba. Sabíamos que la vacuna sería un proceso muy largo y lo sigue siendo. Así fue como en dos ocasiones llegué a videos de médicos en donde hablaban de un componente químico que salvaba vidas, pero nadie quería hablar de él. Se componía de Clorito de Sodio al 28%y Ácido Clorhídrico al 4%. Y luego pensé: ¿Y eso qué es?
Busqué más y más. Curiosamente en Mercado Libre lo venden como MMS, sin embargo ahora sé que el MMS es la combinación de: clorito sódico (NaClO2) activado con ácido cítrico. Mientras que el CD es la mezcla de clorito sódico (NaClO2) activado con ácido clorhídrico y el CDS es el gas de la mezcla disuelto en agua que es pH neutro. ¿Cómo sé todo esto? Por esta página: https://andreaskalcker.com/
Con el paso de los meses alguien de la familia cercana a nosotros nos hace llegar estos dos frascos con el componente de CD. Lo elaboró un químico, quien sabemos tiene todas las credenciales para hacerlo y ya está ayudando a mucha gente a curarse de Covid-19 en Sinaloa. Semanas antes, curiosamente encontré los videos de un tal Andreas Kalcker.
Andreas es un científico de origen alemán, licenciado en Economía, Máster en Biofísica y doctor en Biofísica en medicina alternativa. Este personaje ha sido desde hace años el principal promotor del dióxido de cloro en el mundo. Una noche antes de que tomáramos la decisión de beber esta pócima, encontré el video de Andreas Kalcker explicando detalladamente cómo se debía elaborar la gran receta secreta. Al siguiente día lo bajaron de Youtube. Le he seguido la pista y resulta ser popular por sus detractores y caso contrario, por sus admiradores.

- ¿QUÉ DICE ANDREAS KALCKER SOBRE LOS BENEFICIOS DEL DIÓXIDO DE CLORO?
Cito textualmente desde su website:
En primer lugar, se trata de un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros medicamentos que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos. El oxígeno no se acumula en el cuerpo y por lo tanto es un proceso farmacodinámico muy diferente. La oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir y combustionar al enemigo, dicho de manera simple.
Uno de los aspectos más importantes, es que el dióxido de cloro es extremadamente soluble en agua sin crear enlaces químicos, es decir, es un gas que realmente se disuelve por completo en el agua. Esto es debido a que tiene una estructura molecular extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se disuelve completamente. Se sabe que el dióxido de cloro es el mejor desinfectante conocido, ya que es capaz de eliminar tanto bacterias, hongos, virus, como parásitos de tamaño pequeño, en un amplio rango de pH. Se lleva utilizando hace 80 años para desinfectar el agua potable, sin haber causado problemas en todos estos años. Se utiliza en la industria de manera amplia, para desinfección. También se utiliza para el blanqueo de papel, pero en concentraciones y cantidades extremas que no tienen nada que ver con la dosis de ingestión.
Yo llevo tres meses tomándolo y he visto mejorías. La principal: disminución de rinitis alérgica, unos de mis síntomas más cotidianos con la IGg4. Además de que creo fehacientemente que me puede auxiliar en demasía en caso de contraer Covid-19. Otra más de las casualidades que se anexaron a mi vida es que confiándole a un amigo sobre esta sustancia me reveló que conocía de la existencia de Andreas Kalcker y su libro Salud Prohibida. Me lo compartió y así es como me di a la tarea de comprender en sus páginas cómo actúa el CDS en el organismo y de cómo los parásitos son el gran problema de muchas de nuestras enfermedades, sobre todo, las autoinmunes. ¡Bingo!
Por otro lado, me encontré con esta entrevista que hizo la comunicadora Ethel Soriano en Imagen Radio, a un médico militar mexicano, el doctor Pedro Chávez Zavala, a favor del dióxido de cloro. Les recomiendo que la vean. Aquí el link:
Finalmente, les diré que para Andreas Kalcker el dióxido de cloro está ayudando a pacientes con VIH, autismo, malaria, cáncer, esclerosis, artrosis y ahora la Covid-19. Y bueno, siempre está el debate médico y social. A mí me causa ruido el hecho de que esté en contra de las vacunas, por ejemplo. Lo que sí es un hecho y debo decirlo es que el dióxido de cloro NO ES CLORO y antes de anular esta opción hay que adentrarse, leer e investigar, si aún con esto no convence, supongo, no pasa nada. Todos estamos tratando de sobrevivir y de alguna u otro forma, instintivamente buscaremos el cómo hacerlo.
Agrego que si son partidarios o curiosos de saber cómo obtener el dióxido de cloro, les diré que no lo encontrarán en la farmacia, ya que no es un producto patentado ni avalado por la FDA (Food and Drug Administration), ni por la Cofepris. Mi consejo es que si conocen a alguien que se dedique a la química y esté interesado en saber el compuesto de Andreas Kalcker se los puede elaborar. La pregunta que les dejo en el aire es: ¿realmente creen que a las farmacéuticas les interesaría esta contribución, misma que podría ayudar en muchos padecimientos y que además es de costo muy bajo?
Por lo pronto yo no dejo de hacer lo que nos recomiendan todos: buena alimentación, ejercicio, buen descanso y lo más difícil: tratar de no dejar de sonreír ante tantas preocupaciones que nos agobian, desde económicas, de salud y ahora de ansiedad por el encierro. En poco tiempo, la salud mental será un tema que habrá que poner sobre la mesa.
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