El paciente inglés: sanar para continuar

Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell

Florencia, Italia. 1945. Segunda Guerra Mundial. En la Villa San Girolamo, que solía ser un monasterio, convergen cuatro personajes durante la Campaña de Italia: un hombre con quemaduras, la enfermera que lo atiende, un zapador y un ladrón. 

El hombre quemado está además en un estado de amnesia por lo que, al empezar a sobrevenir los recuerdos y revelarlos a los demás, descubrirá más de sí mismo y de su situación actual.

El paciente inglés es un trabajo del escritor canadiense nacido en Sri Lanka Michael Ondaatje, y es su libro más exitoso hasta el momento, además de ser la secuela de su obra En la piel del león, escrita en 1987. 

En este libro nos cuenta la historia de cuatro seres humanos de orígenes y

personalidades muy distintas entre sí. Está el caso del paciente inglés, que en realidad es un conde húngaro llamado Lászlo de Almasy quien está siendo cuidado por Hana, una enfermera canadiense y que también cuida a Caravaggio, un ladrón italiano que ha quedado mutilado. Completa el cuadro Kip, un zapador (desactivador de minas) de origen sij. 

Todos ellos son sobrevivientes o están tratando de sobrevivir a la guerra y su devastación y es por ello que se han refugiado en esa villa abandonada donde buscan recuperarse de sus heridas, tanto físicas como emocionales.

El texto está contado de una forma peculiar, ya que va del pasado al presente y viceversa y cambia de primera a tercera persona, lo cual hace que su lectura sea complicada en ocasiones. 

Su tema principal es el análisis de la relación que entablan estos seres en esta situación extraordinaria, donde han sido despojados de su vida como la conocían y están en el proceso de saber quiénes son en realidad en ese preciso momento. 

Por momentos es como si este universo que han construido girara en torno al conde Almasy y a su lucha por recordar su pasado, ese donde fue amante de una mujer llamada Katharine Clifton, con la que vivió una historia de amor prohibido y con consecuencias trágicas para los involucrados.

Pero también se muestran las cicatrices que Caravaggio carga consigo, y no es sólo las de sus mutilaciones, sino las que la guerra le ha dejado, por lo que Hana tiene la dura tarea de aliviar a los habitantes de esa villa. 

Es así como esta novela nos habla también del amor, que es lo que mueve al personaje principal, así como los lazos que van surgiendo entre los extraños, debido a la convivencia diaria. 

También se habla de la forma en la que ellos se aferran a esa identidad que el conflicto armado les ha quitado, ya que los despojó de su sentido de pertenencia y los arrojó al desierto, ese espacio vasto en el que el silencio y la soledad pesan y se sienten más, pero que a la vez es un símbolo de libertad.

El paciente inglés es un texto difícil de leer. Aunado a lo antes mencionado (la narración no lineal y el cambio de narrador) es un libro largo y contado con un ritmo lento que puede ser pesado en momentos y a veces hasta confuso. 

Además, viene cargado de descripciones muy detalladas de los paisajes y personajes, con la finalidad de sumergir al lector en este ambiente donde las situaciones límite son el pan de cada día y, por qué no, empatizar con los sobrevivientes que hacen lo posible por salir lo mejor librados, mientras que están atrapados en la Villa San Girolamo, aferrándose a lo poco o mucho que queda de esperanza.

El paciente inglés. Michael Ondaatje. 1992. Editorial Alfaguara.

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