Por Marco Jiménez
El mundo, como todo en la vida, está en constante movimiento. Las ideas y las acciones que los líderes mundiales están tomando son decisivas para el futuro a corto y mediano plazo en sus países. Si es necesario, requerirán de hacer cambios favorables en lo económico, político y social.
De no hacerlo, la historia se los hará saber y quedarán marcados por la insensatez de su rigidez mental.Estamos en un momento tan importante en la historia que no se veía en más de un siglo. Acontecimientos como una pandemia que no termina y que posiblemente continúe algunos años más, según lo declarado por Bill Gates que, curiosamente, ahora en los medios lo muestran como la pitonisa de la salud mundial.
Por otro lado, estamos presenciando la muerte de la libertad de expresión por los medios de comunicación masiva, donde todo tiene un mismo contenido e incluso en el mundo occidental de la “libertad” se dará una de las condenas más largas a un periodista como es Julian Assange. Pero la mayor violación de nuestra libertad está pronta a darse en lo que llaman la Agenda 2030, en la que una parte de ese plan es controlar más las redes sociales, desaparecer el dinero físico y las personas que no estén alineadas poderles confiscar su dinero digital.Algo tan similar a lo visto en la película “El Demoledor”, con Sylvester Stallone y Wesley Snipes.
La tercera guerra mundial la estamos viendo desde cualquier dispositivo. Lo único que falta es que sea declarada, pero de facto estamos en ella. Cuarenta países mandan armas a Ucrania y ese es el campo de batalla, pero la tercera guerra mundial ahí está.Lo último que veremos serán las bombas nucleares, pero la guerra financiera, económica, alimentaria, de recursos naturales, mediática, política, social, religiosa, etcétera, ahí está.
Tal vez estamos ante la presencia de la desaparición de un país como Ucrania, que tiene frontera con Rusia, Polonia, Bielorrusia, Hungría, Eslovaquia, Moldavia y Rumania, quienes pueden anexar partes de su territorio en caso de perder la guerra.Por otro lado, en caso de que Rusia pierda la guerra, sufriría una balcanización, lo que significa dividir su territorio en varias partes y así Europa quedarse y repartirse sus recursos naturales.
Pero si es verdad que utilizarían sus bombas atómicas en caso de ver amenazada su existencia, eso jamás pasará.El mundo se verá en bloques. Como en Brasil, con la propuesta de Lula Da Silva, de llegar a ser presidente, sobre la creación de una moneda única en América Latina, sin embargo, podemos ver lo que está pasando en Europa y el euro: no es tan buena idea si no está sustentada en algo como el oro o las materias primas, como lo busca hacer BRICS, ya que esa moneda sería más estable.
Hoy los bloques comerciales tomarán una mayor importancia. México, por ejemplo, quiere hacer un bloque de litio con Bolivia, Argentina y Chile, lo cual podría verse como un tipo OPEP, pero de litio, que estaría integrando a las diferentes naciones con reservas del metal y así poderlo explotar y compartir tecnología. Recordemos que la extracción de litio en México y los países sudamericanos es diferente.El mundo está cambiando constantemente, y si la razón, el entendimiento y la verdadera política se utilizan en beneficio de la población, veremos este mundo dividido, con grandes desafíos, porque el mundo físicamente no se puede dividir, pero lo veremos.De no aplicar la política, no sabemos qué hay después de lo atómico. Y es mejor no saberlo.…