México enfrenta una grave crisis de agua que no ha querido ser reconocida por el gobierno federal, y no solo eso, sino que se sigue distribuyendo el agua a borbotones para la planta industrial aun a costa de la sed de miles de mexicanos. Gran parte del agua arrebata a los mexicanos se entrega sin restricción a la planta refresquera, principalmente a las empresas Coca Cola y Pepsicola, las que han utilizado a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como su empresa representante.
Sin una normatividad clara la Conagua entrega al día de hoy más de 6 mil 471 veces el estadio Azteca lleno de agua a la plata industrial, con lo que se beneficia económicamente a las platas refresqueras que no retribuyen proporcionalmente ese arrebato del agua que padecen cientos de poblaciones locales de todo el país, en donde se encuentran casi en la extinción las reservas de aguas superficiales y subterráneas.
A la fecha no existe un solo estado en todo el territorio nacional que no enfrente el riesgo de agotamiento del agua a causa de la industria embotelladora de refrescos; el gran monstruo es la Coca Cola. Este corporativo, a través de diversas filiales tiene 115 concesiones de uso de agua en todo el suelo nacional, a excepción de Puebla, Ciudad de México y Baja California.
A través de sus filiales Arca Continental, Industria Refresquera Peninsular, Bebidas Mundiales, Bepensa, Bebidas Azteca de Occidente, Bebidas Envasadas del Pacifico, Embotelladora de Colima, Coca Cola-Femsa, Bebidas Refrescantes de Nogales, Embotelladora de Chetumal, Corporación del Fuerte, Coordinadora Industrial Mexicana, Corporación Rica, Embotelladora del Nayar, Embotelladora Altamirano, Servicios Refresqueros del Golfo y Bajío, Embotelladora del Caribe, Fomento Refresquera de Yucatán, Organizacional Queretano, Grupo Tampico y Refrescos Azteca del Bajío, esta firma sustrae a la fecha por año más de 39 veces el estadio Azteca lleno de agua.
Los mayores volúmenes de agua que extrae la empresa Coca Cola para la elaboración de sus refrescos, los logra en Coahuila, donde justamente el recurso es más escaso y donde operan siete plantas embotellamiento que están consumiendo el agua en las regiones de Piedras Negras, Sabinas, Monclova y Torreón. Aquí los ganaderos a baja escala no cuentan con agua suficiente para sus actividades, y la población ha visto reducido su acceso al agua hasta en un 20 por ciento, como es el caso de Sabinas.
La forma en que la compañía Coca Cola se hizo de los títulos de uso de agua no es difícil imaginar. Hay que recordar que Vicente Fox Quezada, antes de ser presidente de México, fue miembro de ese grupo empresarial; cuando fue presidente de la república el grupo Coca Cola registró su mayor crecimiento económico, al pasar de tener 10 títulos de concesión de uso del agua en todo el país hasta llegar a 54 permisos de explotación.
Fue durante la gestión del presidente Vicente Fox que la empresa Coca Cola extendió sus plantas embotelladoras por todo el país, logrando lo impensable: se estableció en una de las regiones más pobres del estado más pobre del país, solo con la intención de acceder al agua potable de la que ni siquiera los pobladores de San Raymundo Jalpan, Oaxaca, han podido tener de pleno en los últimos años, lo que coloca a esta localidad entre los primeros 21 municipios más pobres de esta entidad.
En San Raymundo Jalpan, donde la Coca Cola se instaló bajo el argumento de fomentar el desarrollo económico de la región, a la fecha sigue boyante la pobreza: el 76.42 por ciento de la población no tiene acceso a los servicios de salud, el 29.86 por ciento de las viviendas tienen piso de tierra, el 88.77 por ciento de las casas no tienen drenaje y el 40.27 de las casas no cuentan con servicio de agua potable, pero en este último renglón a la empresa parece poco importarle su participación en el desabasto.
La Coca Cola a través de Bebidas Cristal S.A. de C.V. actualmente goza de un permiso de uso de agua en San Raymundo Jalpan, Oaxaca, que ampara el uso de 119 mil 997 metros cúbicos de agua por año, el volumen puede ser poco frente a la cantidad que utilizan otras plantas de la refresquera del resto del país, pero es mucho si se compara con los 189 mil 800 metros cúbicos de que dispone el gobierno de ese municipio para atender toda la demanda de solo un parte de sus habitantes.
Aun cuando no existe restricción oficial para el uso del agua por parte de Coca Cola, el agua aquí está considerada como “un recurso que se ha vuelto crítico debido a la escasez que se ha presentado no solo en el municipio de San Raymundo Jalpan, sino a nivel nacional y mundial, agravándose aún más en temporadas de sequias”,[1] lo que hace que el índice de sobrevivencia infantil sea de apenas 837 niños vivos por cada mil nacidos, una de las tasas más bajas de todo el país, que tienen que ver directamente con la disponibilidad del agua para labores de higiene.
Pero la empresa Coca Cola no solo está siendo un causante de problemas sociales en San Raymundo Jalpan, Oaxaca; en Tlaxcala, en el municipio de Apizaco, está ocasionando malestar, al contribuir en forma acelerada al consumo de los mantos freáticos, pues esta firma -a través de la subsidiaria Servicios Refresqueros del Golfo y Bajío S. de R.L. de C.V.- está extrayendo a la fecha Un Millón 788 mil 400 metros cúbicos de agua por año, volumen que supera por diez veces la cantidad de agua que reciben las comunidades rurales del municipio.
Eso es lo que ha hecho que las micropolis rurales de la zona, ante la reducción del agua que se ha registrado en forma ascendente en los últimos seis años, que ha pasado de un 10 a un 25 por ciento por año, dejando sin posibilidad del suministro de cintos de familias que han tenido que formar parte de la estadística cada vez más visible en nuestro país de “migración por sed”, hayan presentado ante la organización Change.Org una petición publica para que se frene el consumo de agua por parte de las industrias en esta zona de Tlaxcala, donde existen empresas de otros sectores industriales que igual contribuyen al agotamiento de los mantos freáticos.
Entre las empresas que se han sumado a la Coca Cola en la explotación irracional del agua en Apizaco, Tlaxcala, también se encentran Ferrosur S.A. de C.V. y la fabricante de químicos Rohm And Haas México S. de R.L. de C.V., que en conjunto anual consumen más de 364 mil 697 metros cúbicos de agua, lo que es superior en cinco veces al agua que se destina por parte del municipio para atender las necesidades de abasto de al menos siete colonias de la zona suburbana.
Pero aun así, la actual administración municipal de esa localidad, encabezada por el alcalde Julo Cesar Hernández Mejía, no alcanza a observar la dimensión del problema del desabasto de agua a la población, y lo engloba como un reto, a la par del suministro para el sostenimiento de “la producción de alimentos, la industria, la energía y el desarrollo económico”,[2] para atenderlo en los próximos años, hasta el año 2021, cuando posiblemente el agua de esta localidad haya llegado a sus límites mínimos.
La Coca Cola también está dejando sin agua al municipio de Pungarabato, Guerrero, en donde se estableció con el argumento de reactivar la economía de la zona económica. Pero lo único que ha hecho es sumir más a la población en la lacerante pobreza que se vive aquí, en donde hay localidades que no cuentan con suministro de agua potable, debido a que la CNA ha negado permisos de perforación de pozos para el abasto a la población.
En Pungarabato, en pleno centro de la zona de la Tierra Caliente de Guerrero, donde las enfermedades diarreicas, propiciadas por la falta de agua se han disparada exponencialmente en los últimos cinco años, y donde el 28.7 (unas 2 mil 533) de las viviendas no cuentan con suministro de agua potable, la Coca Cola cuenta con tres pozos de explotación de agua, que le garantizan un abasto de 474 mil 846 metros cúbicos al año, que es más de tres veces el volumen de agua que el gobierno federal ha autorizado al municipio para atender las necesidades de la población, que es de 139 mil 242 metros cúbicos de agua al año, según el REPDA.
Por eso no han sido fortuitos los alzamientos que la población ha hecho contra la empresa en los últimos dos años, en donde la ira colectiva se ha manifestado en saqueos y allanamientos a la empresa, con la intención de que cierre sus actividades que se consideran un robo al bien más preciado; pero la empresa de manera oficial ha señalado esos actos de protesta social están relacionados directamente con eventos del crimen organizado.
No hay nada más lejos de la realidad que considerar la protesta colectiva por el despojo del agua en Pungarabato con acciones dirigidas del crimen organizado; aquí se vive una protesta permanente por el robo del agua que hace la Coca Cola a la población. El propio Alcalde Ambrosio Soto Duarte refirió en más de una ocasión su intención de privilegiar el suministro de agua a la gente, antes que a la embotelladora. No lo pudo lograr porque lo asesinaron la noche del 24 de julio de 2016.
Ambrosio Soto Duarte fue embocado sobre la carretera Huetamo-Pungarabato, a la altura de la Curva de El Cajón, en donde un grupo de sicarios –se presume que eran miembros de una célula del Cartel de la Familia Michoacana- le cerraron el paso colocando una camioneta sobre la carretera, y fue acribillado con armas de grueso calibre.
En el municipio de Mineral de la Reforma, aledaño a la capital del Estado de Hidalgo, la Coca Cola tampoco ha cesado su intención de arrebato del agua, pese a los problemas de desabasto que manifiesta la población. Aquí, en donde el 6.51 por ciento de los más de 160 mil habitantes no cuentan con suministro de agua en sus casas, la refresquera trasnacional, a través de la Embotelladora Las Margaritas S.A. de C.V., se está apropiando, a través de tres concesiones otorgadas por la CNA, de más de 450 mil metros cúbicos de agua al año.
El volumen de agua otorgado a la Coca Cola en el Estado de Hidalgo, representa el consumo total que en un año hace la población de 43 mil personas que viven en 17 colonias del municipio de Mineral de la Reforma, en donde el suministro de agua ha disminuido en más de un 16 por ciento en los últimos dos años, por lo que el gobierno municipal ya no puede sustraer el Millón 400 mil 198 metros cúbicos que tiene autorizado para abastecer a su población, obligando al desplazamiento por sed.
Donde también se han registrado desplazamientos por falta de agua es el municipio de Tepatitlán de Morelos, Jalisco, en donde a la fecha existen mil 633 viviendas que no tienen ninguna posibilidad de contar con agua entubada, debido a que tres pozos de suministro ya se han agotado; el consumo de los mantos freáticos se debe al excesivo desgaste que hace la Coca Cola para mantener en operación su planta embotelladora de refrescos, la que opera bajo el nombre de Embotelladora de los Altos S.A. de C.V., y que consume 592 mil metros cúbicos de agua al año.
Por esa razón, al menos una tercera parte de las mil 633 familias que ya no cuentan con el abasto de agua potable se han tenido que salir de su lugar de origen, para ubicarse dentro de zonas urbanas aledañas de los municipios de Zapotlanejo, Yahualica, Atotonilco, Zapotlán y Arandas, lo que ha sido reconocido como un problema, del que el gobierno estatal se ha valido para promover el proyecto de la Presa El Zapotillo, que busca despojar del agua a los vecinos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, del municipio de Cañadas de Ocampo, para llevarla a la zona de Tepatitlán.
Pero en realidad, según lo considera el activista Manuel Velásquez, del Comité Salvemos Temacapulín, “el robo del agua que se pretende hacer con el proyecto de la Presa El Zapotillo, ni siquiera beneficiará a la población que carece de agua en la zona de Tepatitlán, sino que favorecerá a la planta de Coca Cola, la que también está a punto de quedarse sin agua”.
Coca con Tequila
El cuadro de agotamiento del agua que la Coca Cola lidera en Tepatitlán, lo completan algunas tequileras que también se asentaron aquí por razón de la riqueza hídrica que se tenía hace 25 años, la que hoy se encuentra en el grado de estrés debido también en parte al consumo desmedido que hacen grupos comerciales de la agroindustria, que han ido dejado sin muchas posibilidades de abasto a la población.
Las tequileras que contribuyen de forma acelerada al abatimiento de las reservas hídricas en esta zona, y que aspiran a que se les suministre agua desde la zona de Temacapulín, son Compañía Tequilera Hacienda La Capilla, S.A. de C.V., Destiladora La Barranca S.A. de C.V., Industrializadora de Agave San Isidro S.A. de C.V., Industrializadora de Agave Tierra Blanca S.A. de C.V., Inulina y Miel de Agave S.A. de C.V., Procesadora Orgánica del Agave S.A. de C.V., Procesadora de Agave El Triunfo de Milpillas S.P.R. de R.L. y Tequila San Matías de Jalisco S.A. de C.V.
Solo la operación de estas tequileras generan un gasto de agua anual de más de Un Millón 153 mil metros cúbicos de agua, que representa casi 10 veces la cantidad que al año disponen los más de 160 mil habitantes de todo este municipio, donde la población más pobre con la tarifa más baja tiene que pagar la cantidad de 24 pesos con 33 centavos por cada metro cubico de agua utilizado, mientras que las empresas pagan tarifas que oscilan entre los 10 centavos a los 12 pesos con 48 centavos por cada metro cúbico de agua utilizado.[3]
Bajo ese incentivo la zona de Tepatitlán se ha convertido en el nicho preferido de la planta agroindustrial, a la que solo basta presentar la solicitud de propiedad de agua para que el gobierno federal se la otorgue hasta la saciedad, como es el caso de la empresa Posta El Cuatro S.A. de C.V., la que tiene por si sola más agua que toda la población de este municipio, las tequileras y la propia planta de la Coca Cola juntas, beneficiándose con la operación de 19 pozos que le garantizan un abasto anual promedio de 3 millones 773 mil 689 para atender a la producción ganadera.
Otras de las empresas agroindustriales grandes consumidoras de agua que han llevado a los gobiernos federal y estatal de Jalisco a buscar la forma de robar el agua a otras regiones para suministrar el mal proyectado crecimiento económico, son Procesadora de Aves de Tepa S.A. de C.V., Productora de Huevo Gigantes S.A. y Rancho Lechero San Francisco S.P.R. de R.L. De C.V., que en conjunto se han apropiado de 678 mil 473 metros cúbicos de agua, casi el equivalente al gasto que hace la empresa Coca Cola.
También en Yucatán la empresa refresquera líder en el mercado mundial está extrayendo el agua en forma abusiva. Aquí, la Coca Cola es dueña de una cantidad de agua que es equivalente a una tercera parte de la que los núcleos poblacionales del medio rural disponen para sus actividades en los municipios de Ticul, Peto, Mérida, Maxcanu y Valladolid, donde entre el 6 y 11 por ciento de esa población no tiene acceso al servicio de agua entubada.
En Yucatán, donde la industria porcícolas consume más de 3 millones 300 mil metros cúbicos de agua al año, lo que ha puesto en condición de vulnerabilidad el sistema de suministro a la población, la refresquera Coca Cola consume en total más de 5 millones 407 mil 693 metros cúbicos en ese mismo periodo, que es casi lo mismo que hasta en seis años la minera San Xavier de la canadiense New Gold Inc., en San Luis Potosí.
Solo en Mérida, la Coca Cola, a través de sus filiales Bepensa Bebidas S.A. de C.V. y Embotelladoras Bepensa S.A. de C.V., extrae en forma más de 5 millones 234 mil metros cúbicos, de lo que una tercera parte sería suficientes para atender el desabasto de agua manifiestan más de 56 mil 900 personas en toda la entidad, donde el abasto no es posible debido al agotamiento de los mantos acuíferos subterráneos.
En la zona de Acanceh, donde el 16 por ciento de la población no tiene acceso al agua, empresas como Centro Porcícola Petectunich S. de P.R. de R.I., Granja Reproductora Kaki, Granja San Antonio, Granja Santa Cruz Tekau, Grupo Agropecuario Gavilanes S.P.R. de R.L. de C.V., Hacienda Tekik E.P. S.A. de C.V. Hulbe’en Ka’ax S. de S.S. de R.L., Incubadora de Pollitos Kaki S.A. de C.V., Industria Avícola Kaki S.A. de C.V., e Industria Avipecuaria Peninsular S.A. De C.V., consumen en forma anual más de Un Millón 144 mil 266 metros cúbicos de agua.
El volumen de agua que en el municipio de Acanceh utiliza la planta de engorda de aves y ganado ni siquiera tiene comparación con el que dispone el gobierno municipal para atender la demanda de la población, el que a la fecha se ubica en los 178 mil 378 metros cúbicos al año, y que no ha querido ser aumentado por la autoridad federal del agua, bajo el argumento de la condición de estrés hídrico que se vive en la zona, como si esta fuera propiciada por el abasto domiciliario.
Pero al consumo excesivo de agua que realizan en el municipio de Acanceh la planta refresquera y la de engorda de aves y ganado, se suma también el que realizan otras empresas autoabastecidas, como Manufacturera Lee de México S.A. de C.V. que ella sola consume 945 mil 325 metros cúbicos de agua al año, o Peninsular Farm Products S.P.R. de R.L. de C.V., que en forma anual extrae 207 mil metros cúbicos de agua.
En el municipio de Ticul, en donde el 22.9 por ciento de los más de 37 mil 685 habitantes que tiene esa localidad manifiestan una condición de extrema pobreza, con un índice de 3.3 por ciento de familias que ni siquiera tienen acceso al sistema de agua potable en sus domicilio, la Coca Cola a través de su filial Refresquera de Yucatán S.A. de C.V., se ha apropiado de 86 mil 333 metros cúbicos de agua, los que pueden ser pocos comparado con el volumen que extrae en Mérida, pero aquí, donde el agua es por demás escasa, ese volumen bien podrían servir para atender a la población que actualmente no cuenta con el recurso.
Otro municipio de Yucatán en donde la Coca Cola extrae volúmenes de agua que pudieran ser considerados de baja monta, pero que en esta región, debido a la falta de abasto a la población se consideran ominosos, es Valladolid; la Refresquera de Yucatán S.A. de C.V. cuenta logra 76 mil 363 metros cúbicos de agua al año, lo que resulta, por lo menos vergonzoso, pues aquí el 64.4 por ciento de los más de 74 mil 217 habitantes del municipio viven en condiciones de pobreza moderada a extrema, la mayoría sin acceso al agua.
El problema de desabasto y de agotamiento de las reservas de agua, se observa más grave en el municipio de Valladolid, si se considera que en esta zona la Comisión Federal de Electricidad, para hacer operar la central termoeléctrica “Felipe Carrillo Puerto”, utiliza 4 millones 187 mil 019 metros cúbicos de agua al año, a los que se suma el gasto que hace la empresa Cervezas Cuauhtémoc Moctezuma S.A. de C.V., que consume 3 mil 203 metros cúbicos al año, volumen que es mayor al que accede la población de Yalcón, en este municipio, que cuenta con un abasto de apenas 2 mil 957 metros cúbicos de agua al año.
Y así como es el saqueo del agua en Yucatán, la Coca Cola repite su perniciosa presencia en casi todo el territorio mexicano: en Aguascalientes sigue agotando los mantos del municipio de Aguascalientes; en Campeche está consumiendo el agua de las localidades de Campeche, Ciudad del Carmen y Champotón; en Chiapas chupa los pozos de Chiapa de Corzo y Tapachula; en Chihuahua prácticamente está secando el subsuelo de la capital del estado, Cuauhtémoc y Cuidad Juárez; en Coahuila contribuye a la sequía que amenaza a Torreón; en Colima también ayuda a la escasez de la capital de ese estado; en Durango avanza lento con el consumo de agua también de la capital del estado, en tanto que en Guanajuato se beneficia del subsuelo de León e Irapuato, en espera de que se concluya el proyecto de la Presa El Zapotillo, para hacerse de más aguas.
Después de casi acabarse el agua en Pungarabato en el estado de Guerrero, de Mineral de la Reforma en Hidalgo y de Tepatitlán, Zapopan y Guadalajara en Jalisco, la Coca Cola no cesa su labor extractiva en los municipios de Cuautitlán, Tepotzotlán y Zinacantepec, Estado de México, en donde la situación de desabasto a la población ya alcanza niveles críticos, igual que en los municipios de Apatzingán, Jacona, Lázaro Cárdenas, La Huacana, Sahuayo, Morelia, Uruapan y Yurécuaro, Michoacán, en donde esta refresquera sigue extrayendo el agua en forma privilegiada y a borbotones.
En el estado de Morelos, La Coca Cola se está acabando los mantos freáticos de los municipios de Cuautla y Jiutepec, igual que lo hace con el agua concesionada en el municipio de Tepic; en Nuevo León el consumo de agua que llega al extremo por parte de esta refresquera, ya afecta en el suministro a la población de los municipios de Monterrey, Guadalupe, San Nicola de los Garza y Sabinas Hidalgo, donde el desabasto está pegando a los que menos dineros tienen.
La extracción de agua por parte de la Coca Cola también se hace sin ninguna restricción en San Juan del Río, Querétaro. En Quintana Roo se está acabando el agua de Cozumel, igual que lo hace con las reservas freáticas de la capital de San Luis Potosí; en Sinaloa ya se sienten los estragos de la escasez en los municipios de Culiacán y Escuinapa, en donde la refresquera ha incrementado su productividad en los últimos dos años, igual que lo ha hecho en Hermosillo, Cajeme y Nogales, Sonora.
La Coca también está contribuyendo al agotamiento del agua en los municipios de Boca de Rio y Coatepec del estado de Veracruz, donde los problemas no son distintos a los que se han generado en los municipios de Yucatán, que en un principio aceptaron gustosos la presencia de las plantas de la embotelladora, pensando que a cambio habría progreso y desarrollo económico, pero a cambio la pobreza no ha retrocedido un ápice y el agua se está consumiendo en forma acelerada.
En resumidas cuentas, la empresa trasnacional The Coca Cola Company, para la operación de sus 64 plantas embotelladoras establecidas en México que dice generan 97 mil empleos directos y más de un millón indirectos, y que solo en el 2016 destinó 17 mil 500 millones de pesos “para contribuir al desarrollo económico y bienestar integral”,[4] se está valiendo de la explotación irracional del agua en México, a razón de un uso anual de 29 millones 911 mil 728 metros cúbicos por año.
La Alegría de Pepsi
Otro gran monstruo de la industria refresquera que está contribuyendo en forma acelerada al agotamiento de las reservas de agua en nuestro país, es la PepsiCo, fabricante de bebidas embotelladas como Pepsi Cola, 7Up, Lipton y Mirinda; tiene presencia productiva en 200 países, pero es en México –donde el agua es prácticamente regalada-, ha establecido 44 plantas de producción, las que operan con altos índices de consumo de agua aun en las regiones más áridas.
La trasnacional PepsiCo, a diferencia de otras refresqueras trasnacionales, no solo se ha hecho del agua mexicana para la elaboración de bebidas refrescantes, también la utiliza para la elaboración de frituras y galletas bajo las marcas comerciales de Sabritas y Gamesa, mediante las que coloca en el mercado nacional e internacional productos como Doritos, Cheetos, Tostitos, Fritos, Crujitos, Poffets, Rancheritos y Sabritones, así como Marías Gamesa, Emperador, Arcoíris, Mamut y Chokis, que solo en el 2016 le dieron utilidades por el orden de los 63 mil millones de dólares.[5]
Pero a pesar de esas utilidades que superan por mucho al promedio anual que percibe por ejemplo la Minera Frisco, que se ubican en los 14 mil 869 millones de pesos logradas en el 2017,[6] la refresquera destina a nivel mundial una cantidad cercana a los 16 millones de dólares para ejecutar acciones que tiene que ver con proyectos de acceso sustentable al agua, de los que poco impacto social se observan en nuestro país; esos recursos más bien están destinados a la búsqueda de nuevas fuentes de suministro de agua para sus procesos, antes que a la compensación a los núcleos poblacionales a los que se les arrebata el agua.
El ejemplo más claro de arrebato del agua que hace Pepsi Co a la población se puede observar en los municipios de Hermosillo, Sonora, y La Paz, Baja California Sur, en donde a pesar de la carencia de agua, la refresquera ha incrementado sus procesos de embotellamiento, con el consecuente incremento del uso del agua, que ha hecho que cientos de familias se alejen cada vez más de la posibilidad de un suministro eficiente.
En Hermosillo, donde la falta de agua afecta al 7.1 por ciento de los más de 900 mil habitantes, la planta de Pepsi Cola, a través de su filial Bebidas Purificadas S. de R.L. de C.V., extrae en promedio anual de 475 mil metros cúbicos de agua, “los que serían suficientes para atender a por lo menos la mitad de la población que no tiene servicio (de agua) potable en sus viviendas”, según lo consideró Rogelio Ibarra, integrante del Movimiento Ciudadano por la Defensa del Agua.
De acuerdo al dirigente social, quien a la fecha cuenta con amenazas de muerte como resultado de su labor de defensa del agua, una de las acciones con las que los gobiernos estatal y federal pretende continuar con el suministro a la planta industrial, luego que los mantos freáticos de Hermosillo se encuentran en fase de agotamiento, es el llamado Acueducto Independencia, el que arrebata el agua a las comunidades Yaqui que se suministran de la presa La Angostura y del río Yaqui, que ahora alimentan la presa “Plutarco Elías Calles”.
El acueducto que fue puesto en operación por el presidente Felipe Calderón y el gobernador de Sonora Guillermo Padrés Elías en el 2012, pero que entró en operación en abril del 2013, trasvasa más de 75 millones de metros cúbicos de agua, los que en su mayoría fueron arrebatados a las pequeñas comunidades agrarias de Etchojoa, Benito Juárez, San Ignacio Río Muerto y Bacum, en donde 30 mil hectáreas agrícolas han bajado su producción de cártamo y trigo.
La producción agrícola de la comunidad Yaqui en Sonora se ha visto menguada debido a que el agua que este sector utilizaba ahora se destina en forma preferencial para la planta industrial establecida en la zona de Hermosillo, principalmente para los grandes corporativos de engorda de ganado, como es el caso de Agropecuaria San Alberto S.P.R. de R.L, que se beneficia con 2 millones 107 mil metros cúbicos de agua al año, Agrícola Palmira S. de R.L. de C.V. que recibe 2 millones 960 mil metros cúbicos de agua cada año, o Castor Fields S.A.P.I de C.V., que tiene a su disposición cuatro pozos que se le suministran 6 millones 635 mil 998 metros cúbicos de agua por año.
Otras empresas agroindustriales que se benefician a la fecha con la obra del Acueducto Solidaridad, donde el gobierno federal y el estatal de Sonora hicieron una inversión de 2 mil 834 millones 202 mil 930 pesos[7] para abastecer de agua a la zona de Hermosillo a costa de la escasez de al menos 10 municipios de la región del Valle del Yaqui, son Agrícola Rebace S.P.R. de R.L. que recibe un aporte de Un Millón 140 mil metros cúbicos de agua por año, Agrícola Terramara S. de R.L. de C.V. que se beneficia con Un Millón 710 mil metros cúbicos, Agrícola Montecristo S.A. de C.V. que tiene un gasto de 730 mil metros cúbicos de agua, Agrocir S.A. de C.V. que utiliza 777 mil 500 metros cúbicos, y Agropecuaria El Salvador de La Victoria AESDV S.C. de R.L. de C.V., que utiliza más de 731 821 metros cúbicos de agua año.
Al uso desproporcionado del agua que hacen las empresas de Hermosillo, como Agropecuaria La Duraznilla S.P.R de R.L., que utiliza 645 mil 900 metros cúbicos de agua al año, AG El Realito S.P.R. de R.L., que gasta 608 mil metros cúbicos de agua, o Agropecuaria Mazocari, S. de R.L. de C.V., que utiliza 840 mil 329 metros cúbicos de agua por año, se suman otras industrias del sector de extracción de materiales de derivados pétreos, como Calhidra de Sonora S.A. de C.V. que utiliza 78 mil metros cúbicos de agua al año, Cementos Apasco S. A. de C. V. que gasta 650 mil metros cúbicos de agua y Cemex México S.A. de C.V. que se beneficia con 600 mil metros cúbicos de agua por anualidad.
El volumen que en conjunto hacen estas tres empresas de extracción y trituración de materiales pétreos para la elaboración de cal y cemento es de tal dimensión que representa más de 3.5 veces la cantidad de agua que utiliza la Comisión Federal de Electricidad en esta región para la generación de energía, para lo que la paraestatal utiliza un volumen de 360 mil metros cúbicos de agua.
Al gasto de agua que en Hermosillo se debe agregar el que hacen algunas de las más importantes industrializadoras de carne de res y de cerdo, como Agropecuaria Kobe S.P.R. de R.L., que anualmente se apropia de 182 mil 154 metros cúbicos, Bachoco S.A. de C.V. que utiliza 148 mil metros cúbicos, Carnes Selectas Tangamanga S.A. de C.V. que extrae 18 mil 729 metros cúbicos y Agropecuaria El Lechón S.P.R. de R.L. que mediante tres pozos extrae en promedio 170 mil metros cúbicos de agua por año.
En La Paz, Baja California Sur, en donde el agua es aún más escasa que en Hermosillo, la empresa Pepsi Co también contribuye con el agotamiento del recurso: a través de Bebidas Purificadas S.A. de C.V., la refresquera se ha adueñado del uso industrial de 75 mil metros cúbicos de agua, lo que si bien es cierto no ha causado conflictos sociales porque esta empresa financia organizaciones civiles que se movilizan contra la presencia de la minera Desarrollo Zapal S.A. de C.V. que pretende el proyecto mineros Los Cardones, que eventualmente dejará sin agua a toda la zona urbana de La paz y a la propia embotelladora, sí contribuye al desabasto de agua en por lo menos seis de las principales colonias marginadas de esta capital.
El consumo de agua que hace Pepsi Co en su planta de La Paz, ha hecho que en los últimos dos años disminuya la posibilidad de suministro a por lo menos Mil 200 habitantes de las colonias Márquez de León, Ciudad del Cielo, El Pedregal, Lázaro Cárdenas, Guelatao y Guerrero, en donde las familias son atendidas mediante el tandeo con pipas que llegan una vez a la semana.
De esa inequidad no solo habla el gobierno municipal de La Paz, sino también así lo reflejan las estadísticas del REPDA de la Comisión Nacional del Agua, en donde se observa que mientras los pobladores, por ejemplo, de la colonia Márquez de León, se abastecen semanalmente con apenas 50 metros cúbicos de agua (unos 2 mil 600 metros cúbicos al año), existen grandes empresas agroindustriales que están chupando el suelo en forma acelerada.
Así, frente al índice de marginación que manifiesta La Paz, uno de los más elevados de la zona norte del país, que señala que solo en la zona urbana de esa capital existen al menos unas 4 mil 510 familias sin acceso al agua potable en sus domicilios[8], el gobierno federal no ha tenido empacho en otorgar a empresas como Agrícola La Misión S.A. de C.V., la concesión de seis pozos de donde dan en forma anual Un Millón 353 mil metros cúbicos de agua, o como Agrícola Península De La Paz S.A. de C.V., que utiliza 100 mil metros cúbicos de agua por año.
También la Agrícola Santa Teresa, S.A. de C.V., está contribuyendo al agotamiento del recurso hídrico en esta región al mantener un volumen de extracción anual de agua por el orden de los 300 mil metros cúbicos, casi en la misma medida que lo hacen las firmas Agricultores del Carrizal S.P.R. de C.V. y Agrodelicias de La Baja Sur S.A. de C.V., que son dueñas exclusivas de 200 mil y 164 mil metros cúbicos de agua al año, respectivamente.
Estas empresas están agotando rápidamente los mantos freáticos de La Paz, y si a ellas se suma el proyecto minero Los Cardones que el Grupo Salinas, de Ricardo Salina Pliego, pretende con una mina de oro en pleno corazón de la Sierra La Laguna, el principal receptor de recarga para los acuíferos de la zona, el suministro de agua al área urbana de La Paz estaría en vilo, lo que es visto por la propia Pepsi Co como una situación de riesgo también para ella.
Por esa razón, como parte de los programas de acciones que tiene la Pepsi Co para apoyar proyectos de acceso sustentable al agua, esta refresquera ha venido financiado a grupos de la sociedad civil para que emprendan campañas de defensa del agua, entre las que se encuentra la lucha intensa para evitar que el proyecto minero Los Cardones se pueda poner en operación, y así evitar que el suministro de agua para las operaciones de embotellamiento de refrescos se pueda ver afectado.
La Pepsi Cola reconoce como un riesgo a su inversión la posibilidad de la escasez del agua en nuestro país, aun cuando señala que en algunas regiones “obtienen el agua directamente de organismos operadores municipales”,[9] y aun cuando su planta se abastece mayormente de la extracción de sus pozos y en ciertos casos a través de pipas, pero indica que el suministro también depende de la disponibilidad del recurso.
En el pasado, Grupo Pepsi Cola “y sus Subsidiarias han sido parte de ciertos procesos administrativos relacionados con la caducidad parcial de ciertos títulos de concesión para explotar aguas nacionales”,[10] por lo que se reconoce que “no podemos garantizar que en el futuro algunas de las concesiones de Grupo GEPP no sean terminadas o puedan ser objeto de caducidad, y, en su caso, se tendría que recurrir a fuentes alternas de suministro de agua”,[11] por lo que reconoce tácitamente la crisis de agua que se enfrenta en el país.
Por ello considera que “la caducidad del volumen autorizado para uso de aguas nacionales en los títulos de concesión, la terminación de nuestras concesiones, o en su caso, la falta de renovación de dichos títulos de concesión, así como una eventual escasez de agua en las regiones geográficas en donde operamos, podrían afectar de manera significativa la operación del negocio si no se cuenta con suficientes fuentes alternativas de agua en su momento”.[12]
Por eso, como parte de su estrategia para no quedarse sin agua para sus actividades productivas, Pepsi Co desde el 2013 ha lanzado una campaña para promover el auto desarrollo de algunas comunidades indígenas de México, en donde se incluye la organización social para evitar que el agua sea depositada en manos de industrias extractivas o refresqueras de la competencia, esto cuidadosamente expuesto en los medios de comunicación como un programa de asistencia social.
Pero en realidad el plan piloto que inició en nuestro país pretende colocar a las comunidades indígenas como defensoras del agua, a través de la organización filial Water.Org, que abrió campo en México a través de dos proyectos de ayuda a la Fundación Pro-Mazahua y a la Fundación Tarahumara José A. Llaguno,[13] para que sean vigilantes de los recursos hídricos en los estados de México y Chihuahua, justamente en donde la competencia de The Coca Cola Company mantiene operaciones millonarias fincadas en el uso del agua potable.
Bajo ese esquema Water.Org anunció que luego de observar los resultados positivos que ha tenido el programa de acceso al agua y saneamiento para las comunidades indígenas de América Latina, aspira a poner en marcha esa propuesta, que ha “llegado a más de 840 mil personas en América Latina y hemos movilizado 249 millones de dólares en inversiones para agua y saneamiento”, en diversas regiones del mundo, en donde se incluye a México,[14] con una inversión de 60 millones de dólares, para ser aplicados en el plan de control del agua en el quinquenio 2018-2022.
Water.Org reconoce que hasta el 2017 ya completó una evaluación de mercado para estimar las oportunidades potenciales para financiar el acceso al agua potable y saneamiento, que no es otra cosa que movilizar a la sociedad para que –bajo el esquema de que todos tengan agua potable en sus domicilios- se cierren las posibilidades de acceso al agua a otras empresas que compiten con esta trasnacional en el control del recurso vital.
Esa es la tesis que se ha comenzado a aplicar en la zona de La Paz, Baja California, en donde muchos de los activistas defensores del agua solo cuestionan los niveles de extracción a que ha llegado la refresquera Coca Cola, pero dejan de lado el consumo que hace la empresa Pepsi Co, por cuya causa decenas de familias han tenido que emigrar de sus colonias para ubicarse en otros puntos de la zona urbana de La Paz, en donde el suministro de agua se da en forma terciada.
Ese mismo caso se replica en el estado de Michoacán, en el municipio de Lázaro Cárdenas, en donde la Pepsi Cola mantiene en operación una planta de embotellado, que solo entre el 2016 y 2018 hizo que el suministro de agua potable disminuyera en una proporción de casi el 40 por ciento para los vecinos de las colonias Rinconcito Feliz, José Green y Primer Sector de Fidelac, de donde por lo menos 50 familias se tuvieron que desplazar dentro de la misma zona urbana, ante la falta del vital líquido.
De acuerdo a los datos del Sistema Municipal de Agua Potable del municipio de Lázaro Cárdenas, el suministro que se hace para estas tres colonias, a las que se les abastece por tandeo tres veces por semana, se logra mediante un volumen asignado de 50 mil metros cúbicos de agua por año, pero solamente la planta de la Pepsi Cola logra un consumo en esa área de 120 mil metros cúbicos de agua en ese mismo periodo.
Igual sucede en los municipios de Tehuacán, Puebla, Celaya, Guanajuato, y Uruapan Michoacán, donde la refresquera, a través de sus filiales Bebidas Purificadas de Tehuacán S.A. de C.V., Bebidas Purificadas del Centro S.A. de C.V., y Bebidas Purificadas del Cupatitzio, S.A., extrae 50 mil, 521 mil y 80 mil 640 metros cúbicos de agua al año, respectivamente, generando escasez entre la población aledaña a las plantas industriales de esta esta empresa.
A nivel nacional, la Pepsi Cola también chupa el agua de forma desmedida en los estados de Durango, Zacatecas, Jalisco, Colima, Nayarit, Aguascalientes, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Estado de México, Guerrero, Morelos, Puebla, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quinta Roo y la Ciudad de México, en donde en conjunto extrae más de 20 millones de metros cúbicos de agua por año, para hacer operar tanto sus plantas de embotellado de refrescos como frituras y agua natural embotellada.
Solo en lo que se refiere a la producción de frituras, que en promedio se utiliza un metro cúbico de agua para elaborar un kilogramo de ellas,[15] hay que referir que la Pepsi Cola participa con casi un 18 por ciento de la producción total anual que de estas botanas se elaboran en el país, cuyo volumen asciende a 550 mil toneladas, según datos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Es decir, si calculamos con base en estas cifras -las más confiables, porque ni Pepsi Cola, ni Bimbo S.A.B. de C.V., que a través de Barcel, mantienen la preponderancia en el mercado nacional de las frituras-, manifiestan cifras públicas de su producción de botanas, encontramos que Pepsi Cola podría tener una producción promedio de casi 100 mil toneladas de frituras al año, para lo que sería necesario también por año una cantidad de agua promedio a los 100 mil metros cúbicos, lo que le deja más de 19 millones 900 mil metros cúbicos de agua para hacerla refrescos y comercializarla en botellas.
Así, parece que la Pepsi Co ha avizorado el negocio del futuro, que no se finca en las bebidas refrescantes a base de melaza y carbonatos, sino en la venta a la población del agua misma que despojan a las comunidades: igual que la Coca Cola, Danone y Nestlé, ha incursionado en la comercialización del agua embotellada que muchas veces proviene de los propios sistemas municipales, en donde el único valor agregado es la presentación de la botella y de la marca, pues el agua embotellada es tan potable como la que suministran escasamente los gobiernos locales a la comunidad.
El negocio del embotellado de agua que hace la Pepsi Cola, a través de su filial Organización Cultiba S.A.B. de C.V., que comercializa las marcas “E pura” “Santorini” y “Electropura”, parece ser más que rentable que la propia producción de refrescos, pues solo en el 2017 la empresa produjo 809 millones de cajas de ocho onzas de garrafones de agua, que en cantidad es menor frente a los 882 millones de cajas de ocho onzas de refrescos con la marca Pepsi Cola, Pepsi Light, Seven Up, Manzanita Sol, Mirinda, Lipton, Be Light, y Gatorade,[16] pero en volumen fue más lo que se logró comercializar de agua embotellada que refrescos.
De acuerdo a los propios datos aportados por la empresa Cultiba en su informe financiero del 2017 a inversionistas, el volumen de refrescos colocados en el mercado nacional ronda los 8 millones 563 mil 200 metros cúbicos, mientras que el agua embotellada alcanzó los 9 millones 038 mil 400 metros cúbicos, con una utilidad cercana en el 2017 a los 5 mil 308 millones de dólares, que superan por mucho los 4 mil 156 y los 3 mil 890 millones de dólares logrados en el 2016 y 2015, respectivamente,[17] como resultado de lo comercializado en el mercado nacional y en los mercados de exportación.
Para hacerse del agua que dejó a la Pepsi Cola esas sumas exorbitantes de dinero, la empresa solo tuvo que pagar poco más de 20 millones de dólares al gobierno federal, pero no otorgó un solo peso a las comunidades que fueron despojadas, salvo los recursos invertidos en su propio programa de concientización del uso del agua para que la población la cuide, en tanto la refresquera la sigue utilizando en forma indiscriminada.
Pero si las cifras de la Pepsi Cola, tanto de producción como de recuperación de utilidades, parecen elevadas, habrá que ver las de Danone, Coca Cola y Nestlé, que también compiten en el pingue negocio de la comercialización de agua embotellada en nuestro país, pues la Pepsi participa con una cobertura de apenas entre el 22 por ciento en el mercado nacional de agua embotellada.
De acuerdo a datos del más reciente Censo Económico 2014 del INEGI, el mercado del agua embotellada en nuestro país se hace en un 70 por ciento a través de botellas de 600 mililitros, uno y dos litros, principalmente, en tanto que el 30 por ciento se hace mediante la venta en garrafones de 10 y 20 litros, donde la Pepsi Cola se presume como “la segunda compañía de bebidas más grande del país, con base en el volumen de ventas combinadas de refrescos y garrafones de agua en 2017”,[18] superada apenas por las acciones comerciales de Coca Cola.
Pero más allá de las cifras económicas y de volúmenes que hacen de Pepsi Cola una de las empresas embotelladoras más exitosas del mundo, cuya joya de la corona es el mercado mexicano, esta refresquera ha encontrado una fórmula un tanto cuestionable para llevar a cabo sus negocios: ella misma se encarga de atender el suministro de agua potable, a través de garrafones, en aquellas regiones donde precisamente el agua pública escasea a causa del desabasto que ella misma genera.
Eso ha hecho que en la medida en que desciende el suministro de agua a la población también incremente la demanda del agua embotellada de esta firma; solo por citar un ejemplo, mientras los organismo municipales operadores del sistema de agua potable de La Paz, Hermosillo, Celaya, Uruapan y Lázaro Cárdenas, reconocen que entre el 2015 al 2017 se observó una disminución de los volúmenes de agua a las poblaciones aledañas a las plantas de la Pepsi Cola, en rangos que van de entre el 2 al 7 por ciento, la empresa refiere que en ese mismo periodo aumentaron sus ventas de bebidas embotelladas, entre ellas la de agua natural.
La Organización Cultiba S.A.B. de C.V., refiere que entre ese periodo -en que aumentó el estrés hídrico para las regiones de influencia de sus plantas-, las ventas de sus bebidas carbonatadas, no carbonatadas y agua de mesa en presentaciones menores a 10 litros, aumentaron en un centésimo porcentual por año, estableciendo que en el 2015 dichas ventas representaron el 84.7 por ciento del total de ingresos del corporativo, en el 2016 fueron del 84.8 por ciento y para el 2017 se llegó a un porcentaje del 84.9,[19] donde la venta de agua de garrafón pasó de 798.4 millones de cajas de ocho onzas en el 2015 a 809.4 millones de las mismas unidades en el 2017.
Así, señalando y utilizando tácitamente la necesidad de agua que es cada vez mayor entre la población, la que no puede ser atendida plenamente por los sistemas locales de agua potable, la Pepsi Cola, a través de su filial Organización Cultiba S.A.B. de C.V., reconoce que “la esencia del negocio de agua en garrafón es la distribución”,[20] por lo que, como estrategia de mercado, se ha planteado el objetivo a corto plazo de atender todas las localidades donde la empresa tienen presencia, y -aunque no lo dice- es también donde está dejando sin agua a la población.
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Referencias
[1] Plan Municipal de Desarrollo de San Raymundo Jalpan Centro Oaxaca 2008-2015, México 2008.
[2] Gobierno Municipal de Apizaco, Plan Municipal de Desarrollo de Apizaco 2017-2021, P.151, México 2017.
[3] Periódico Oficial del Estado de Jalisco, Tarifas de Agua y Saneamiento del Municipio de Tepatitlán (ASTEPA), PP. 5,6 y 7, Guadalajara, Jalisco, México, 1 de enero de 2017.
[4] The Coca Cola Company, página oficial https://www.coca-colamexico.
[5] PepsiCo México, página oficial http://www.pepsico.com.mx/
[6] Minera Frisco, Reporte Anual de Información Financiera para Inversionistas, P. 15, México, 31 de diciembre de 2017.
[7] Cámara de Senadores, Informe del Grupo Plural que Visitó Sonora con la Finalidad de Revisar la Problemática Proveniente de la Construcción del Acueducto Independencia, México, 2012
[8] Sedesol, Catálogo de Localidades, Sistema de Apoyo para la Planeación del PDZP, México 2012,
[9] Organización Cultiba S.A.B. de C.V., Informe financiero 2017, México, diciembre de 2017.
[10] Ídem
[11] Ídem
[12] ídem
[13] Pepsico, Boletín Informativo, Fundación PepsiCo México invierte 12 millones de pesos en el desarrollo comunitario en Chihuahua y en el Estado de México, http://www.pepsico.com.mx/
[14] Water.Org, Estrategia de 5 años en América Latina, Acelerar el Impacto del Financiamiento Familiar para el Agua y el Saneamiento, file:///C:/Users/Usuario/
[15] AGUA.org.mx, Centro Virtual de Información del Agua, ¿Cuánta Agua se Necesita para Producir?, https://www.agua.org.mx/wp-
[16] Organización Cultiba S.A.B. de C.V., Informe financiero 2017, México, diciembre de 2017.
[17] Ídem
[18] Ídem
[19] Organización Cultiba S.A.B. de C.V., Informe financiero 2017, México, diciembre de 2017.
[20] Ídem