Una generación cansada, pero en pie de lucha

Por Karina Hernández

Asaltos, venta descarada de drogas, vigilantes sin la debida preparación ante conflictos, cuerpos encontrados, alumnos secuestrados y asesinados, profesores y estudiantes acusados de acoso sexual, grupos porriles, pero, sobre todo, una generación cansada de la violencia, la represión y la injusticia.

El pasado 5 de septiembre se realizó una marcha desde la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, hasta la Torre de Rectoría, esto en protesta por las agresiones ejercidas del grupo porril contra estudiantes que, pacíficamente, protestaban debido a las irregularidades en CCH plantel Azcapotzalco, además de exigir justicia por la alumna Miranda Mendoza, estudiante de CCH plantel Oriente, secuestrada y asesinada.

Cuando el contingente llegó a Rectoría, el 3 de septiembre, fue recibido por un grupo de 60 porros de la UNAM, los cuales atacaron con bombas molotov, palos, piedras y golpes. Sumaron 14 alumnos heridos, cuatro trasladados al hospital y dos de ellos en estado de gravedad.

En respuesta a esto, aproximadamente 80 mil estudiantes exigieron seguridad en las escuelas, más de 30 planteles pararon las actividades académicas y el IPN junto con la UAM se hicieron presentes. Todos clamando lo mismo: “¡Fuera porros de la UNAM!”

Son alumnos que están cansados de caminar con miedo. Sí. Miedo de llegar a la escuela, pero no a casa. Temor a ser agredidos por un grupo de personas que disfrutan verlos correr, aterrados. Estudiantes agotados de caminar en un campus donde los cuerpos de vigilancia harían todo, menos defenderlos. Hartos de ser catalogados por la gente como jóvenes “revoltosos”.

Criticados y poco apoyados por ciertos grupos sociales, se han unido para exigir sus derechos de una forma pacífica. Una marcha que habló de la enorme hermandad que existe entre alumnos de distintas instituciones académicas dispuestos a lograr cambios.

Una marcha organizada. Era posible distinguir a cada uno de los planteles. Unidos en pie de lucha. Alumnos que rechazaron todo acto vandálico, que lo detuvieron cuando se presentó.

Estudiantes que corrieron atemorizados por la presencia de porros, pero se unieron en un solo grito: “¡Somos más, somos más!”, mientras regresaban dispuestos a defender su institución. Padres de familia apoyando la lucha de sus hijos, pero también la de ellos mismos.

Miles de académicos han iniciado las protestas, ahora lo importante es no parar y olvidar, como suele suceder en México.

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