Por Marco Jiménez
Payaso de rodeo es una canción tan popular que se ha convertido en un clásico de las fiestas mas importantes de los mexicanos, la cual no distingue de posición social, raza o religión. Congrega a los más fervientes bailarines y uno que otro descoordinado para estar entre la multitud y disfrutar del clímax de la fiesta.
A 100 días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, parece que va gobernando al ritmo de dicha canción, y no por el contenido lírico, sino por los pasos que da hacia adelante y hacia atrás. Dicho baile se enfoca en dar un paso al costado y dos hacia atrás en todas las direcciones cardinales sin moverse a mas de un metro en cada dirección cardinal (norte, sur, este, oeste).
En un día, el tabasqueño puede dar una gran noticia y al día siguiente, o dos días después, da una o varias declaraciones que contrarrestan la noticia que había dado. Me refiero a que avanza un paso y retrocede dos. Los ejemplos sobran:
“Estamos combatiendo el huachicoleo”. Dos días después: “Hay 260 detenidos, pero los liberamos por falta de leyes que lo tipifiquen como delito grave”.
“Seremos respetuosos de las instituciones autónomas”. Dos días después: “UNAM perdería autonomía”. “Fue un error mecanográfico”. Y hay muchos ejemplos más.
En campaña: “Debemos regresar al Ejército a sus cuarteles”: Presidente: “Necesitamos 50 mil jóvenes para la Guardia Nacional porque es la mejor opción para calmar el país”.
En campaña: “No haremos un gasoducto en Morelos”: Presidente: “Si no se hace ese gasoducto, se perderán 25 mil millones de pesos”. (¿Cuánto tiró a la basura con el aeropuerto?)
En campaña: “Calderón fue el presidente del desempleo”. Presidente: “Habrá recortes en la Federación”. Actualmente no hay una cifra exacta de cuántas personas han perdido su trabajo por estos recortes,
En campaña: “Invertiremos mas en ciencia, tecnología y educación”. Presidente: Recorte presupuestal a educación, ciencia y tecnología.
En campaña: “La economía crecerá 4% anual”. Presidente: Banxico sigue reduciendo en crecimiento y vamos en 1.5% en 2019 y sigue bajando.
En campaña: “No habrá corrupción”. Presidente: Pierden la evidencia del asesinato de Samir Flores.
(Por cierto, AMLO se refirió a un asesinato vil y cobarde, sin embargo, no desistió de su consulta además de no parecer importarle la vida de dicho activista que, al parecer, era una piedra en el zapato del actual gobierno).
En campaña: “No subiremos la gasolina”. Presidente: Si subió pero “bajamos la Premium”.
En campaña: “Gobiernos anteriores robaron mucho”. Pregunta personal: ¿Por qué no decomisa sus bienes y el dinero?
En campaña: “Respetaremos los derechos humanos”. Presidente: Recorte presupuestal a programas de mujeres víctimas de la violencia; cerca de 20 mil serán olvidadas por el actual gobierno lo que provocaría un incremento en los feminicidios.
Lamentablemente podemos seguir con una larga lista y que, con tantas contradicciones y malas decisiones, harán del país una catástrofe económica y de derechos humanos. Si este país estaba desangrándose, hoy va directo a la muerte.
No habrá esa alegría y esos movimientos de festividad que tiene la canción. Sin embargo, sí tiene los avances y mayores retrocesos que un presidente puede dar.
Eso se debe por no saber escuchar, porque para escuchar se requiere atención. Es un arte que no cualquiera domina, mucho menos con tanto poder y teniendo al Ejército detrás de él, pueda confrontar tan fácilmente. Tal vez por algo el Ejército ahora se pueda denominar Ejercito Mexicano S.A. De C.V.