Por Víctor Del Real Muñoz
En un contexto en que la crisis de onda larga del capitalismo internacional rebasa cabalmente los alcances hegemónicos de cualquier potencia, Estados Unidos no es la excepción, como tampoco lo es China ni algunos países de Europa, allá se tienen problemas estructurales concretos como niveles altos de desempleo, alta inflación, agravamiento de condiciones sociales como una vulnerabilidad notable en los sistemas de seguridad social, expresiones de contracción de la demanda y crisis en sectores económicos históricamente pujantes.
La hegemonía al exterior sigue basándose en que los americanos siguen implementando sus controles de seguridad, sus medidas comerciales y financieras al exterior, sus intervenciones bélicas con una maquinaria militar y de inteligencia de primer orden, es decir, mantienen sus políticas internacionales de alcance socioeconómico en general englobadas en un contexto de sometimiento hegemónico.
Trump sabe reconocer con buena retórica e indignación política esos problemas con matices, generándose admiración por millones de norteamericanos.
La explicación de la hegemonía americana en el mundo viene de que los espacios de acumulación de capital que soportan la economía estadounidense hacia fuera, están actualmente reorientados en otros sectores económicos, entre ellos, el capital financiero.
Estos sin duda son elementos que generan el enojo social (sobre todo de trabajadores) y el empresarial (de muchos de los miles de sectores reales de la economía en Estados Unidos, hoy desprotegidos de las prioridades del gobierno).
Trump acepta esta condición y está dispuesto a cambiarla con la intención de seguir manteniendo la fuerza global dominante; se trata de darle otras salidas con otras prioridades internas al gran proyecto expansionista de los americanos.
Recientemente intentaba encontrar algunos planteamientos que discutieran el fenómeno Trump en Estados Unidos en relación con los trabajadores, y se pueden distinguir algunos puntos importantes, muchos de ellos anteriormente abordados desde la mera percepción política personal en este espacio.
Por un lado, es clara la aceptación que Trump tiene con sectores de trabajadores norteamericanos de nacimiento y origen puramente estadounidense sin que tengan un pasado reciente en diáspora migratoria.
Esto rebela que los norteamericanos de origen netamente estadounidense asumen que sus espacios de trabajo están siendo lacerados, afectados y vulnerados por las corrientes migratorias que en la historia reciente de Estados Unidos han llegado a aquel país con la finalidad de trabajar para sobrevivir y aspirar a vivir el sueño americano. Esto es un indicador político cabal de una buena base social electoral para Donald Trump.
Lo anterior encaja perfecto con esos planteamientos cuasixenófobos que Trump utiliza al referirse con enérgica convicción política que Estados Unidos será imparcial en el trato a futuro sobre los habitantes migrantes, sobre todo los ilegales, entre ellos muchos de nuestros compatriotas, que por cierto se cuentan en millones.
Es irónico que en el barco de la aceptación a Trump se suban sectores amplios de estadounidenses de sangre latina, con apenas una o dos generaciones pasadas de migrantes, pero que hoy apoyan con energía a Trump. Esto habla de los alcances de cooptación y convencimiento que ha logrado establecer en Estados Unidos. Ellos creen ser parte de la sepa auténtica norteamericana, sin embargo para las estadísticas de Trump si cuentan y son válidos.
Trump ha sabido hacer acuerdos con esos sectores, recordando incluso el pasado empresarial de él y su familia, argumentando que el siente con profunda dolencia la situación de esos estadounidenses auténticos de convicciones por valores como el progreso, el trabajo, el bienestar y la familia […] los que deben ser los verdaderos dueños e impulsores del gran proyecto estadounidense. Sin embargo, no está de más recordar que la riqueza de Donald Trump se tasa alrededor de los 9 mil millones de dólares, un nivel de riqueza muy asimétrico en comparación con el común patrimonial del norteamericano promedio.
Trump genera controversias y enojos por parte del Partido Demócrata, amplios sectores del Republicano, los banqueros poderosos y los demás lobbies que hoy ejercen el control de la maquinaria socioeconómica norteamericana porque ante la expectación y seguridad propias que le otorgan la alta aceptación pre-electoral, asusta con expresiones duales de elogios y reconocimientos entre él y Vladimir Putin, expresa frases como “Revisaremos el TLC con Canadá y México”, “Intervendremos cabalmente la Reserva federal”, “Modificaremos las tasas de interés”, “Valoraremos ciertos aspectos del mercado de capitales”.
Estos son elementos claros de que la Política Económica general de Trump modificaría radicalmente el oasis placentero de muchos, en pro de reorientar el funcionamiento interno de ese cuerpo socioeconómico para que siga dominando el mundo.
No imagino la conmoción que en meses, en caso de que gane Trump las elecciones presidenciales, se generaría por las amplias posibilidades de firmar acuerdos internacionales de lo que sea, literal, lo que sea, con Rusia por ejemplo. Existen posibilidades de cambios radicales en el orden multipolar global en caso de que Trump llegue, no hay dudas.
Un año de Reversos … expresión de luz brillante
Me es grato mirar la celebración del primer año de arduo trabajo periodístico en el seno colectivo de nuestra querida revista Reversos. Pertenecer a este gran medio de resistencia, de libertad, de amor por la verdad, en un país donde nuestra labor se reprime e incluso se paga con la muerte o la desaparición cuando no vas a la par de los intereses de las estructuras de poder, es un verdadero halago y privilegio en el candor seductor de la libertad de expresión y la irreverencia bien encausadas. Por eso celebro que estemos vivitos y coleando disfrutando de esta gran pasión por expresarnos, por hablar, por dialogar y por buscar la verdad, formando en el día a día el verdadero otro lado de la información.
Trabajar junto a una gran baraja de columnistas y colaboradores de gran nivel periodístico en el seno de Reversos es para mí un enorme placer y una oportunidad total de aprendizaje, pero sobre todo implica una gran responsabilidad y un llamado para desarrollar progresivamente mi labor periodística.
Agradezco mucho a Argel Jiménez, piedra angular para que yo forme parte de este medio que, como reitero y todos sabemos, cumple su primer aniversario, pero sobre todo felicidades en todos sentidos y de todo corazón a Rivelino Rueda y Mónica Loya. Suscribo mi cabal agradecimiento a ustedes por la confianza, la cabalidad y la gran atención a este gran proyecto. Gracias carnales.
Si me dejan seguir, acá continuaremos aportando nuestro granitito de arena a la causa del periodismo verdadero, ese que no le rinde cuentas a nadie y que se dinamiza bajo las mieles de las convicciones e ideales propios endulzados con la libertad de expresión, reivindicando los valores propios de la dignidad humana.
Felicidades gente de Reversos, enhorabuena. Sigamos adelante construyendo una verdadera alternativa periodística con ánimo y alegría, fieles a nuestras convicciones, principios e ideologías. Un año se dice fácil pero sin duda que no lo es.
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