Por Rivelino Rueda Foto: Mónica Loya Este pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajo de las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas de reír. Juan Rulfo/Pedro Páramo El chisguete de orina amarillenta se interrumpe. Un crujido acuoso, líquido, casi imperceptible, regurgita en la cañería antiquísima. Es un edificio viejo, de finales de los años cincuenta del siglo pasado. Parece que alguien quiere entrar…