Por Rivelino Rueda La revista española Interviú regularmente estaba en un cajón bajo llave. Era muy complicado acceder a las bellas mujeres europeas, desnudas o con poca ropa, que ofrecía esa publicación que inauguró la etapa postfranquista en España. Pero aquella ocasión fue diferente. Las páginas de “las encueratrices” –como la nombró mi madre– permaneció varios días afuera de su lugar. No voy a negar que lo primero que hice, a mis 13 años, fue llevarme la revista al baño para “echarle una ojeada”. Ya eran los últimos días de…