Qué tristeza. Me causa un enorme dolor ver esta imagen en mi país. Me da coraje la cantidad de fuerza empleada para evitar que un grupo de ciudadanos arruine la fiesta patria de Peña Nieto. En lo personal, yo encuentro esta imagen histórica. Histórica porque demuestra que la represión es parte de la vida diaria de mexicanos. Sin embargo, el principal sentimiento que me causa esta fotografía, es enojo. Y lo que más me enoja, es el silencio detrás de ella. Muy poco se ha hablado de esta imagen. Son mínimos los medios que se han hecho eco de esto.
Parecería que no pasó nada. Tristemente en México, este tipo de cosas son tomadas a la ligera. Cuando se habla de nuestro país, se habla acerca de una nación con muchos problemas, pero nada del otro mundo. Se dice que a pesar de lo jodidos que estamos, hay países que están peor. Y evidentemente así es, pero el objetivo no es taparse los ojos y voltear a otro lado. La inseguridad, la represión y la pobreza son piezas clave del día a día nacional. Y el principal pensamiento es: «Podríamos estar peor». O en otras palabras: «Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho». Pero, ¿de verdad estamos mucho mejor que otros países? ¿De verdad puede México darse el lujo de regocijarse?
Es bien sabido por todos que la inseguridad es uno de los principales problemas del país. Por inseguridad nos referimos a los asaltos, robos, extorsión, narcotráfico, secuestros y homicidios. Tristemente, durante meses, los asesinatos en México fueron lo más comentado a nivel nacional e internacional. Pero, ¿cuántos asesinatos han ocurrido en México en la última década? De acuerdo a una nota publicada por el diario Excélsior (2014), en el gobierno de Calderón ocurrieron alrededor de ciento veintiún mil asesinatos.
Y según una nota publicada por el periódico La Vanguardia (2016), en los cuatro años de EPN, han ocurrido alrededor de setenta y ocho mil homicidios. Sumando los diez últimos años, en México se han asesinado cerca de doscientas mil personas. Es bastante triste que la muerte de individuos sea tratada únicamente como estadística. Sin embargo, para poder comparar la situación de México con la de otros países, hay que hablar de estadísticas, por más inmoral que pueda parecer.
De acuerdo a un artículo de la aclamada revista National Geographic, en la guerra de Irak entre 2003 y 2011, fallecieron aproximadamente 460 mil iraquíes. Estamos hablando que aproximadamente por cada año de guerra, fallecieron 57 mil personas. ¿Y en México? Aproximadamente 20 mil personas son asesinadas anualmente. A México e Irak lo separan doscientos sesenta mil muertos. La diferencia es radical, pero debemos de recordar que la situación iraquí fue una intervención militar; fue una guerra. ¿Por qué en México nunca se habló formalmente de una guerra? El ejército participó, y las bajas fueron enormes, pero jamás se catalogó formalmente el conflicto como un problema bélico. La situación mexicana es sumamente delicada y alarmante. Sin embargo, parecería que simplemente es un problema más en la lista.
Otro problema que México ha venido cargando durante años es la pobreza. Millones de mexicanos luchan día tras día para poder subsistir. Parece que los constantes esfuerzos del gobierno no dan frutos. Y mientras tanto, el problema no es divulgado con la importancia que debería. De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), cincuenta y cinco millones de mexicanos viven en condiciones de pobreza. Esto representa al 46% de la población mexicana. A pesar de los programas del actual gobierno, dos millones más de personas entraron en la marginalidad entre el 2012 y 2014.
Y lo verdaderamente preocupante es que cerca de diez millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema. ¿Y otros países? Brasil y México tienen la mitad de la población latinoamericana más pobre. Sin embargo, de acuerdo al Banco Mundial, Brasil ha conseguido grandes logros para erradicar la pobreza. Hace unos años el 10% de la población brasileña vivía en pobreza extrema, hoy únicamente el 4% se encuentra en este rango. Además, el 60% de brasileños logró aumentar su ingreso, reduciendo los niveles de pobreza. Hoy en día, dieciocho millones de brasileños viven en condiciones de necesidad, veintiocho millones menos que México. Pero como siempre, aquí no pasa nada.
Por último, la represión es otro enorme problema en México, y en mi opinión, es el menos difundido. En este caso no compararé el caso nacional con el de otros países, ya que considero que hay que centrarnos especialmente en nuestro país. México ocupa el primer lugar en América Latina en asesinatos impunes a periodistas y el puesto número siete a nivel global de acuerdo a una lista publicada por el Comité para la Protección de Periodistas (2014).
Es muy importante destacar que México es el único país de la lista que no se se encuentra o no ha tenido recientemente una guerra civil o un conflicto bélico. (Oficialmente, claro está.) Del 2000 al 2016, noventa y tres periodistas han sido asesinados en México. Tan sólo en el 2015, 396 periodistas fueron agredidos por ejercer el derecho de la libre expresión. Pero dejando a un lado a la prensa tradicional, en los últimos años, la ciudadanía ha adoptado una nueva herramienta para mostrar su inconformidad: las redes sociales.
De acuerdo con Alberto Escorcia, un activista mexicano, el gobierno ha manipulado y atacado opiniones en contra del presidente Peña Nieto. Este activista ha publicado en su blog distintas pruebas sobre la manipulación por parte del gobierno mexicano. Últimamente, ha recibido múltiples amenazas de muerte por su trabajo. Durante tres meses, Alberto tuvo que refugiarse en Barcelona. Y mientras tanto, el problema no se toca en los medios nacionales. Desde aquí Alberto, espero que sepas que existimos cientos de mexicanos que te apoyamos.
Después de conocer la situación actual, yo me pregunto, ¿Dónde están nuestros hashtags? ¿Dónde está nuestro #PrayForMexico? ¿Dónde está nuestra bandera en Facebook? ¿Dónde está la atención nacional? El objetivo de este artículo no es menospreciar los problemas internacionales, y mucho menos buscar la lástima externa. Mi único objetivo es generar conciencia entre nosotros. Para poder solucionar un error, debemos de reconocerlo. Somos expertos volteando fuera de nuestras fronteras, pero parecería que nuestros problemas no cuentan. Nuestro país vive una crisis y es hora de reconocerlo. México necesita ayuda. Y sólo los mexicanos podemos ayudarlo. Yo, al igual que millones de personas, creo en un mejor México. Como bien dijo Carlos Fuentes en La región más transparente: «México no se explica; en México se cree, con furia, con pasión, con desaliento.»