Sede del Senado, en “zona sísmica cero”

 

Por Rivelino Rueda

Dentro de los 22 puntos de “alto riesgo”, en caso de un sismo de gran magnitud en la Ciudad de México, se encuentra la sede del Senado de la República, en la colonia Tabacalera de la Alcaldía Cuauhtémoc.

En el Atlas de Riesgo del portal de Datos Abiertos del Gobierno de la Ciudad de México, se señala que este mapa “responde a criterios tanto de la composición del subsuelo como a los inmuebles afectados” en los sismos de septiembre de 2017.

La sede legislativa de Paseo de la Reforma esquina con Avenida de los Insurgentes, en donde antes se ubicaba el Cine Roble –que resultó con severos daños tras los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985– se encuentra en el Cuadrante 1 del Atlas de Riesgos, que abarca las alcaldías Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Azcapotzalco.

De hecho, la sede de la Cámara de Senadores es la única que aparece en el Cuadrante 1 del Atlas de Riesgos de la Ciudad de México.

Las otras zonas con  esta denominación de “alto riego” se encuentran en el Cuadrante 3: Iztacalco, Iztapalapa y Tláhuac, con 11 puntos de peligro; el Cuadrante 2: Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero, con siete puntos de riesgo, y el Cuadrante 4: Benito Juárez, Coyoacán, Xochimilco y Tlalpan, con tres puntos de riesgo.

A pesar de no haber sufrido daños en su infraestructura, el Senado de la República sí tuvo afectaciones tras los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, cuyo costo de reparación superó los 6 millones 300 mil pesos.

El 25 de septiembre de ese año, los integrantes de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta, entonces presididas por el panista Ernesto Cordero Arroyo y el priista Emilio Gamboa Patrón, recibieron cuatro peritajes realizados por despachos especializados, en los que se concluyó que los edificios de la sede legislativa no presentaron daños estructurales.

Sin embargo, fue necesario realizar trabajos de remozamiento para reparar domos, escaleras, muros de tablaroca, aplanados y banquetas.

La estructura del complejo de la Cámara de Senadores tiene un peso aproximado de 45 mil toneladas y 9 mil m2 construidos. La construcción del proyecto inició en 2007 y finalizó en 2010. En su diseño se integraron en un solo espacio tres edificios para albergar a 128 senadores y mil 500 empleados.

El edificio, diseñado por el arquitecto Javier Muñoz Menéndez, es un complejo que se construyó sobre los terrenos del fondo del lago en el que antiguamente se levantó Tenochtitlán.

La construcción de su estructura se hizo en base a 16 mil toneladas de acero, que debían ser eficientes sísmicamente y enfrentar el hundimiento constante de sus terrenos. Otros edificios cercanos han llegado a hundirse hasta 7 cm por año.

No obstante, Mayra Correa Hernández, la corredora inmobiliaria que en 2001 ofrecía en venta ese terreno en la Colonia Tabacalera, advirtió en 2011 que la nueva sede del Senado “fue edificada a contracorriente en ese fallido terreno de la Avenida Reforma gracias al posible contubernio, a la manipulación y a la presunta corrupción de un puñado de legisladores que negociaron la compra del inmueble y violentaron el uso de suelo”.

En declaraciones al periódico Reforma, la corredora inmobiliaria subrayó que en la venta del terreno se estipulaba que la construcción no debería rebasar los seis pisos de altura.

“La nueva sede del Senado tiene 14. Siete pisos de más sobre una alberca de lodo y barro”, advirtió.

Correa Hernández declaró que los priistas Salvador Rocha Díaz y Enrique Jackson; los panistas Diego Fernández de Cevallos y Mauricio Fernández Garza, así como el perredista Jesús Ortega, fueron “los gestores y promotores de lo que podría convertirse en un megafallido proyecto del Bicentenario”.

“Fueron ellos los que ignoraron el certificado de uso de suelo 4380/97, folio 8430,  de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal, en el que se  concedía en ese fangoso lote la autorización de construcción con límite de seis pisos. Terminaron construyendo 14”, sostuvo.

Destacó además que el proyecto original respetaba el reglamento original, ya que “la idea era construir un edificio pequeño, no como sede del Senado actual, sino como un inmueble de oficinas para los senadores que estaban distribuidos en distintas sedes. Ahorrar rentas”.

Incluso, señaló que el arquitecto y corredor inmobiliario, Gabriel Escarrer Juliá, advirtió a los senadores involucrados en la compra del terreno del entonces Cine Roble: “Aquí están los documentos. No pueden construir más. Si construyen más, se cae. Tiene las peores fallas geológicas, por lo menos del DF. Eso sí se los puedo asegurar, y dicho por expertos europeos. ¡Cuidado!”

No obstante, el 13 de abril de 2011 fue inaugurada la nueva sede del Senado de la República, aún sin terminar su construcción. El área construida total fue de 74.724 mil m2 y se distribuye sobre un basamento de dos niveles que ocupa la mayoría del terreno.

Sobre él se dispuso una gran torre de 16 pisos para las comisiones, oficinas, salas de usos múltiples, área de servicios técnicos y parlamentarios.

También se diseñó un hemiciclo de seis niveles que contiene las oficinas de senadores y asesores, servicios básicos, salas de reunión, auditorio y comedores. Finalmente se pensó el pleno para las sesiones de la Cámara de Senadores en el centro del complejo y un estacionamiento subterráneo para 1.500 autos.

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