Por Eridani Palestino
“SR. GOBERNADOR BASTA DE ROBOS A USUARIOS. PAREN DE MAMAR”, se lee la frase pintada de color blanco en la ventana trasera de una combi de la ruta 86 proveniente de Nezahualcóyotl, Estado de México.
Esta foto, que circuló por redes sociales desde el pasado febrero, hizo que usuarios de la comunidad cibernética manifestaran su hartazgo hacia los asaltos constantes en rutas del territorio mexiquense.
Un mes después, el gobernador Eruviel Ávila anunció el operativo Plan Tres
(Transporte Estatal Seguro), un mecanismo que consiste en brindar seguridad a los usuarios. Sin embargo, las historias de asaltos que se narran siguen siendo parte de la vida cotidiana.
“¡Pero es mi cumpleaños!, y el asaltante me dijo: ‘Ah… Felicidades’”, y nos bajó a todos de la combi”, recuerda Daniela Parra, estudiante de Literatura Dramática y
Teatro en la UNAM. Era mediodía y ella regresaba de la casa de su abuela porque le había preparado un desayuno.
“El asaltante me jaló toda la bolsa, en ella llevaba mis libros de francés y tenía
examen al siguiente día, el maquillaje profesional que usaba en mis funciones y un libro que me había regalado mi papá por ser mi cumpleaños. Estaba nuevo, llevaba como 15 páginas”, señala.
La historia de Parra es una de muchas, pues la situación de violencia e inseguridad que enfrenta el gobierno estatal del priista demuestra su incapacidad para atender esta problemática que se ha venido agudizando desde el inicio de su mandato, en 2011.
De acuerdo con José Guadalupe Uribe Guerra, presidente del Comité del Transporte de la entidad, de 2008 a la fecha se ha registrado un incremento de 300 por ciento en robo a transporte público y de carga. Tan sólo durante el primer bimestre de 2015 se presentaron 241 demandas.
En marzo de este año Uribe Guerra, junto con otros transportistas y empresarios, destacaron que esta situación es debido a la “ausencia de compromiso por parte del
gobierno del estado”, así como la “corrupción de las propias autoridades”, e indicó que sus datos fueron obtenidos a través del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y “son cifras contundentes y confiables”.
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Para Marco Antonio Juárez Anaya, conductor de la ruta 11 que va de Juchitlán la Tolva a Toreo, el asalto es una costumbre e incluso lo califica de “normal”. Él, con una jornada de 6:00 de la mañana a 10:00 de la noche, menciona que la ruta por la que transita es de las más pesadas.
“Estamos hablando de que todo el día se están cometiendo delitos, pero cuando más se cometen es de 8 a 10 de la mañana y de 5 de la tarde a 10 de la noche”.
– ¿Ha tenido alguna mala experiencia?
– No, realmente no he tenido una muy mala experiencia, sólo asaltos normales. Se sube el ratero, les pide sus pertenencias, se baja y se va.
Anaya considera que la noche es primordial para los asaltantes porque “aprovechan para hacer sus fechorías” y porque “es cuando no hay retenes de policías y no hay
nadie quien los vigile”.
Las rutas del transporte público se vuelven cada vez más peligrosas para los ciudadanos que deben trasladarse un par de kilómetros y puedan llegar al trabajo o la escuela en la capital mexicana.
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Ante las críticas por el incremento en la inseguridad en su administración, el pasado 7 de octubre el gobernador dio la instrucción de poner en marcha “otro operativo”, el cual se le denominó “Autobús Seguro”, que consiste en que dos policías estatales acompañen a los pasajeros desde la base hasta la terminal para evitar que se sigan cometiendo estos delitos.
Un día después del operativo, algunos periódicos nacionales y medios electrónicos señalaban que “a pesar de los diversos operativos de seguridad en el Estado de México, los asaltos en el transporte público no disminuyen. Los usuarios son robados por los menos una vez al día”.