Por Rivelino Rueda
Aunque existe un “protocolo de seguridad” en las escuelas públicas y privadas de la Ciudad de México para recoger a niñas y niños de educación preescolar y primaria, en la mayoría de los casos el acuerdo se realiza sólo de palabra entre los padres de familia o tutores y los directivos de las escuelas.
Y si bien en este tema las escuelas de educación básica en la capital del país se rigen por la Guía Operativa para la Organización de los Servicios de Educación Inicial, Básica, Especial y para Adultos de Escuelas Públicas en la Ciudad de México, cada centro escolar define “por la libre” la entrega de menores a la hora de la salida de sus actividades.
“Mi hijo ha ido a escuelas públicas. Nunca lo dejaban salir sin su papá o mamá presente. Estábamos registrados con foto. También se registraba a alguna otra persona alternativa. En nuestro caso es la abuela paterna. Si no llegaban por algún niño, una patrulla debía llevarlo a la delegación (alcaldía). Si lo sacábamos antes de fin de clases había que firmar un libro y explicar la razón”, comenta Sandra Juárez, madre de Leonel, quien cursa el tercer grado de primaria.
En otros centros escolares de educación básica, el protocolo de entrega de niñas y niños se maneja de forma diferente. Pero la tónica es que nunca se firma un documento sobre estos procedimientos al inicio del curso escolar. Todo queda de palabra.
En una escuela privada de educación preescolar, primaria y secundaria ubicada en la Colonia Roma Sur, en la Alcaldía Cuauhtémoc (los directivos piden no revelar datos por motivos de seguridad), el procedimiento es “no entregar a ningún niña o niño sin el aval de la madre, el padre o los tutores”.
Sólo en caso de que los padres no puedan pasar por los menores por un asunto de urgencia, “las niñas y los niños se quedan en el centro escolar hasta que sus padres o una persona que indiquen los padres, perfectamente acreditada, pase a recogerlos, incluso en la noche”.
Cabe destacar que a partir de sexto de primaria, los padres de familia tienen la opción de autorizar que las niñas o los niños se vayan solos a casa a la hora de la salida de sus actividades escolares. Pero también esto es sólo de palabra.
El titular de la Autoridad Federal Educativa de la Ciudad de México (AEFCM), Luis Fernández Fuentes, comentó en la víspera que los maestros de la primaria Enrique Rébsamen incumplieron con “el protocolo”, al permitir que Fátima saliera a la calle sola y, por tanto se estaba realizando una investigación administrativa que podría derivar en sanciones para los funcionarios públicos.
Cabe destacar que la Guía Operativa, que corresponde al ciclo escolar 2018-2019, sólo refiere, en el lineamiento 42, que “para niños menores de seis años, el personal responsable solicitará la credencial correspondiente de las personas autorizadas para tal efecto”.
Y añade: “Por ningún motivo se entregarán los infantes a personas menores de edad, así como a padres, madres de familia o tutores o familiares en estado inconveniente (alcoholizados, drogados, etc.)”.
De acuerdo con el “protocolo” de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la entrega de niñas y niños a la hora del término de sus actividades escolares, se establecen las siguientes clausulas:
- La entrega de alumnos será a personas autorizadas y que tengan la credencial correspondiente.
- Por ningún motivo se entregarán los niños a otros menores de edad, así como a padres, madres, tutores o familiares en estado inconveniente, como pueden ser alcoholizados o drogados.
- En la primera reunión con padres de los alumnos, la escuela les informará que deben respetar el horario escolar aunque no coincida con sus horarios laborales.
- En caso de no presentarse al término de la jornada escolar a recoger al alumno, hay un tiempo de tolerancia de veinte minutos, pasado ese tiempo se solicitará apoyo a las autoridades para que los niños sean trasladados por el director o personal autorizado a la agencia 59 del ministerio público, ubicada en la colonia doctores.
- En el caso de los alumnos que regresen solos a su domicilio, deberán estar plenamente identificados y se debe contar con un documento que contenga la autorización de la familia a tal situación.